El jurado declara culpable a Patrick Nogueira del cuádruple crimen de Pioz sin ningún eximente

LA VOZ

ESPAÑA

Patrick Nogueira, que asesinó a cuatro miembros de su familia.
Patrick Nogueira, que asesinó a cuatro miembros de su familia. EUROPA PRESS

El juez tendrá que decidir si lo condena a prisón permanente revisable como solicita la Fiscalía

03 nov 2018 . Actualizado a las 23:26 h.

El Jurado ha declarado hoy a Patrick Nogueira culpable del asesinato de sus tíos Marcos Campos Nogueira y Janaina Santos Américo y de sus primos de 1 y 4 años en Pioz (Guadalajara), con intencionalidad, ensañamiento con los menores y sin considerar ningún eximente.

Tras alrededor de ocho horas de deliberación hoy y las cinco de ayer, el tribunal del jurado, compuesto por siete hombres y dos mujeres, ha entregado el veredicto a la magistrada, Elena Mayor y, a continuación, el portavoz ha dado lectura al texto.

El jurado popular considera probado que las cuatro muertes fueron asesinatos al existir alevosía e intencionalidad, así como abuso de confianza, y ha afirmado que las víctimas no tuvieron posibilidad de defensa.

Además ha contemplado el ensañamiento con los menores, al dar por probado que estaban presentes en el momento de la muerte de su madre, tal y como solicitaba la acusación.

Asimismo, no ha considerado ningún atenuante, y ha precisado que ha quedado probado que los hechos se realizaron «con plena conciencia de lo que se hizo e impulsividad nula», como recoge EFE.

El tribunal del jurado también afirma que el acusado «tiene la capacidad de discernir y tiene plena conciencia de lo que hizo y que quería hacerlo».

En relación a la prueba diagnóstica del PET TAC aportada por la defensa, según la cual el procesado tiene un daño en el cerebro, el jurado cree que «no es concluyente», y aunque sí estima que el acusado tiene una anomalía, esta «no interfiere en su capacidad de decidir».

Por último, ha manifestado que no procede la revisión de las penas ni la petición de indulto.

Tanto el Ministerio fiscal como las acusaciones han mantenido su solicitud de pena de prisión permanente revisable porque dos de los asesinados eran menores, mientras que la defensa ha pedido una condena de 40 años de cárcel.

El acusado, en su último turno de palabra, pidió perdón, admitió los hechos, dijo que había causado mucho sufrimiento pero que él también sufría, y puso de manifiesto que quería cambiar y recibir tratamiento.

En sus conclusiones definitivas, la fiscal rechazó la existencia de un posible daño cerebral en Nogueira y subrayó que solo los peritos de la defensa sostenían esa teoría, mientras que los psicólogos y forenses públicos y los citados por la acusación no la contemplaban.

Asimismo, señaló que el encausado no actuó con impulsividad, sino que «todo fue planificado, planeado previamente».

La abogada de la defensa, sin embargo, trató de demostrar que Nogueira «tiene el cerebro enfermo que le lleva a esta situación».

Los hechos juzgados ocurrieron el 17 de agosto de 2016, cuando Patrick Nogueira acudió al chalé de Pioz donde vivía su tío, Marcos Campos; su mujer, Janaina Santos -ambos de 39 años y procedentes de Brasil- y sus dos hijos, de 1 y 4 años de edad, y acabó con la vida de toda la familia.

A los dos adultos los mató, descuartizó y metió en bolsas de plástico y a los dos niños, tras asesinarlos, los guardó también en bolsas de plástico.

Los cuerpos sin vida de los cuatro miembros de la familia no fueron descubiertos hasta un mes después, el 17 de septiembre de 2016, cuando un empleado de mantenimiento alertó a los vigilantes de seguridad de la urbanización del mal olor que procedía de la vivienda.

Una vez conocido el veredicto, será el tribunal el que dicte la sentencia imponiendo las penas pertinentes al acusado y, ante el veredicto del jurado, podría enfrentarse a la prisión permanente revisable, con lo que pasaría a ser el quinto caso en España.

Las claves del caso 

El 17 de agosto del año 2016, Patrick Nogueira Gouveia cumple con su rutina y pasa parte del día en el gimnasio de Alcalá de Henares. Según sostiene la Fiscalía en su escrito de acusación, a la salida opta por coger un autobús en dirección a Pioz. Y lo hace con un único y firme propósito: acabar con la vida de su tío, su esposa y primos pequeños. Para su cometido, se equipa con un cuchillo o navaja -de cuyas características poco se sabe, ya que no se han encontrado pruebas-, varias bolsas de basura, cinta de precintar y, lo que es más sorprendente, un par de pizzas.

Sobre las 16 horas llega a la puerta de la casa de sus familiares, un chalé situado en la Urbanización la Arboleda. Tras pasar un tiempo con su tía Janaina Santos y los dos pequeños de la familia tomándose las dos pizzas que había llevado hasta la casa, Janaina se dirige a la cocina para recoger los platos del fregadero; una situación que Patrick Nogueira aprovecha para dar su primer golpe. La tía del acusado, desprotegida con las manos ocupadas lavando la vajilla, no es capaz de repeler el ataque del joven, que le asesta un corte en el cuello con un cuchillo que le provoca la muerte. 

Patrick Nogueira no termina ahí. Tras acabar con la vida de su tía se dirige a los dos pequeños -de 1 y 4 años- para también acabar con su vida. «Acababan de contemplar lo sucedido con su madre y paralizados de miedo y debido a su corta edad no tuvieron ninguna posibilidad de evitar la agresión», ilustra la Fiscalía. Patrick Nogueira continúa con el horror y decide descuartizar y meter en las bolsas de basura los cadáveres de sus víctimas. El cuerpo de su tía lo secciona por la mitad «a nivel del piso abdominal inferior» con unas tijeras de podar el jardín y lo reparte entre dos bolsas (reforzadas con otra bolsa) que cierra con cinta americana. Los cuerpos de los menores, que no seccionó, también los introduce en sendas bolsas que también cierra con cinta de precintar.

Con terrible frialdad, limpia toda la sangre y deposita las bolsas en el salón mientras espera la llegada de su tío Marcos Campos, que llega sobre las 21 horas a casa después de su jornada de trabajo. Le pilla por sorpresa, una vez más, desarmado, y sin poder esquivar el golpe. Patrick Nogueira ataca a Marcos Campos en el pasillo propinándole varias cuchilladas en el cuello que le causan 14 heridas mortales. Acto seguido procede de la misma manera que con su tía: lo secciona y lo mete en bolsas. 

Durante las horas que pasan entre el asesinato de su tía y la llegada de su tío, Patrick Nogueira intercambia varios mensajes de WhatsApp con Marvin Henriques Correia, un amigo brasileño de 18 años con el que se comunicaba prácticamente a diario. El contenido de la conversación, que reprodujo en su momento un programa de televisión brasileño, da buena cuenta del perfil que esgrimieron los investigadores sobre el asesino de Pioz: psicópata, sin remordimientos, incapaz de mostrar empatía, manipulador, egocéntrico, superficial e insensible.

  • Patrick: Solo estoy esperando al cuarto integrante
  • Marvin: Me imagino la escena. Llegando para matar
  • Patrick: Llegué con dos pizzas. Charlamos un poco
  • Marvin: ¿A quién acuchillaste primero?
  • Patrick: A la mujer, después a la mayor de tres años, después al niño de un años. Hasta dudé de mí. Pensé que me daría asco, pero ahora me he convencido, soy un enfermo.
  • Marvin: Sal como si nada, sal por delante por la mañana como si fueses a dar un paseo o algo así.

A la increíble conversación se suman toda una serie de imágenes en las que se puede ver a Patrick Nogueira posando con el cadáver seccionado de su tío.

Tras los atroces asesinatos, Patrick Nogueira limpia la casa y se asea; coge el autobús de vuelta, se deshace del cuchillo (en un lugar que los investigadores todavía no han podido determinar) pero deja las bolsas con los cuerpos en la escena del crimen.

¿Por qué los mató?

Es una pregunta que los investigadores no han sido capaces de responder y a la que el acusado tampoco ha querido dar respuesta. Patrick Nogueira, nacido en Brasil en el año 1996 en el seno de una familia acomodada, es hijo de un conocido radiólogo dueño de una importante clínica del país. 

Antes del crimen de Pioz, el joven ya había sumado a su historial algunos antecedentes en Brasil. Con tan solo 17 años había apuñalado a un profesor en el aula alegando que lo había hecho porque le «llamaba maricón». Tras la agresión, y después de pasar durante seis meses por tratamiento psiquiátrico, Patrick Nogueira se traslada a España con un objetivo: convertirse en futbolista profesional. Sus tíos Marcos Campos y Janaina Santos no lo dudan y lo acogen en su casa de Torrejón de Ardoz, en la que también viven los dos hijos de la pareja María Carolina, de tres años, y David, de tan solo un año.

La convivencia dura solo cinco meses. El asesino de Pioz rompe la convivencia con sus tíos en julio del 2016 y se traslada a un piso compartido con dos chicas en Alcalá de Henares. Marcos y Janaina también cambian de domicilio e inician una nueva vida en un chalé alquilado en Pioz. Una vida sin Patrick, con el que no vuelven a tener ningún tipo de contacto hasta el día de los hechos.

La vida de Janaina y Marcos tampoco había sido sencilla. A finales del 2013 decidieron abandonar su país, Brasil, para iniciar una nueva vida en España. Marcos ya había probado suerte en A Coruña en dos etapas: entre el 2000 y el 2003 y posteriormente entre los años 2010 y 2011. En esas épocas prestó sus servicios para el grupo musical Alarma, para después trabajar en una panadería de Meicende y posteriormente en otra de Santa Cruz. 

A pesar de su experiencia en A Coruña, la pareja optó por instalarse en Madrid. Allí comenzó a trabajar en un local brasileño de Torrejón de Ardoz y en otro restaurante argentino situado en un centro comercial. Pero las cosas no le fueron tan bien como esperaba y durante una temporada se vio obligado a pelear contra el desempleo. El día de los asesinatos, el 17 de agosto del 2016, Marcos Campos volvía a su casa tras cumplir con su primer día de trabajo.

Los cadáveres, hallados un mes después

El olor nauseabundo que desprendía la vivienda fue el causante de que se encontraran los cuerpos de los cuatro asesinados. Pero hubo que esperar. Un mes después de los hechos, el 17 de septiembre del 2016, uno de los encargados de mantenimiento de la urbanización dio la voz de alarma. Los vigilantes de seguridad se trasladaron hasta la vivienda en la que comprobaron el terrible hedor que desprendía. Llamaron a la puerta y, al no responder nadie, inspeccionaron el interior desde una de las ventanas. Las bolsas de basura del salón cubiertas de moscas fueron suficiente razón para avisar a la Guardia Civil.

El descubrimiento hizo disparar las alarmas de Patrick Nogueira que, dos días después de que la noticia saltara a los medios, adquirió un vuelo desde Madrid con destino a Brasil. Volvía a casa con la idea de desaparecer hasta que las aguas se calmaran. Las primeras pesquisas de la investigación le dieron un respiro. La información de las primeras horas apuntaba a un ajuste de cuentas. 

Pero los primeros indicios provocaron un pronto giro en todo el caso. Los investigadores encontraron en la escena del crimen varias huellas dactilares en las bolsas de basura, restos de sudor y unas huellas de zapatilla que coincidían con las de Patrick. El asesino no contaba con ello. De hecho, en uno de los mensajes que intercambió con Marvin llegó a jactarse de haberlo hecho todo con guantes sin dejar ninguna huella en el lugar. Pero sus descuidos lo sentenciaron. En el piso que había compartido con sus dos compañeras, los investigadores recogieron una cuchilla de afeitar de la que extrajeron restos de ADN que coincidían con los de la escena del crimen. Patrick Nogueira estaba sentenciado. Dos días después de volar hacia Brasil, un juzgado dictaba una orden de detención internacional. 

Casi un mes después de que la policía lo situara como principal sospechoso, y asediado ya por todas las pruebas incriminatorias, el asesino de Pioz se entrega voluntariamente a la Guardia Civil, a quien sí que reconoce los crímenes pero a los que nunca ha querido aclarar las razones que lo llevaron a tan salvaje asesinato.