![Foto de archivo de Marlaska, Sánchez y Mohamed VI en una reunión en Rabat el 19 de noviembre del 2018.](https://img.lavdg.com/sc/lcE38pe2uc7hP_cjw_x42zQ2mj0=/480x/2018/11/19/00121542663121672653884/Foto/efe_20181119_163516026.jpg)
El presidente del Gobierno mantuvo su primera reunión con el rey marroquí cinco meses después de ser investido. El control de la inmigración irregular fue uno de los asuntos centrales de sus conversaciones
20 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.El rey de Marruecos, Mohamed VI, recibió ayer en su palacio de Rabat a Pedro Sánchez como colofón a su primera visita al país magrebí. Un viaje en el que el control de la inmigración irregular fue uno de los asuntos centrales de sus conversaciones con el primer ministro, Saadedín al Othmani. El presidente del Gobierno se comprometió ante su homólogo marroquí a mediar para que la Unión Europea dedique «de manera estructural» fondos de cooperación para frenarla.
Cinco meses después de instalarse en la Moncloa, Sánchez hizo ayer su primera visita a Marruecos, un giro respecto a la costumbre seguida por todos sus antecesores de que el país norteafricano fuera el primer destino internacional de un presidente del Gobierno de España. La mala salud del monarca alauí y problemas de agenda habían pospuesto el desplazamiento.
Pero la parte sustantiva del viaje se abordó en el encuentro con el primer ministro marroquí. Sánchez explicó en una comparecencia conjunta que ambos países tienen «una sintonía plena» para abordar el control de la inmigración irregular que llega a las costas españolas desde suelo marroquí y con las devoluciones exprés de los que saltan las vallas de Ceuta y Melilla. Unas expulsiones que se llevan a cabo al amparo de un acuerdo bilateral suscrito en 1992, y que permitió que España entregara a fines de agosto a 116 inmigrantes que habían superado el día anterior el vallado ceutí. Hasta el 30 de octubre han llegado a España desde Marruecos 48.000 inmigrantes irregulares, y el Ministerio del Interior prevé que a fin de año superen los 57.000. Las cifras previstas duplican las del 2017.
Sánchez se comprometió a trabajar para que Bruselas asuma que tiene que «volcar recursos de manera estructural para Marruecos» porque la inmigración irregular que busca llegar a Europa a través de España no es un asunto coyuntural o la consecuencia de un efecto llamada. La UE aprobó en agosto pasado una partida anual de ayuda a Marruecos y dispuso un desembolso de 140 millones de euros, pero la entrega todavía no se hizo efectiva, aunque se calcula que lo será comienzos del 2019.
Al Othmani puso énfasis en que la UE, además de ayudar económicamente a Marruecos, debería implicarse en el desarrollo de los países africanos emisores de inmigrantes para frenar los éxodos en el punto de salida. Sánchez admitió que la lucha contra la inmigración irregular es «una responsabilidad compartida» entre España, Europa y Marruecos, que tiene un componente de «seguridad» importante, pero que no es el único.