La irrupción de Vox confirma que España no es una excepción en el auge de la derecha radical y antisistema europea
03 dic 2018 . Actualizado a las 09:10 h.El resultado de las elecciones es un terremoto político cuya trascendencia supera con mucho el ámbito de Andalucía y rompe el tablero político nacional. Se trata de un verdadero punto de inflexión que no solo entierra definitivamente el bipartidismo, que ya estaba herido de muerte, sino que supone la puerta de entrada en las instituciones de la derecha radical, populista y antisistema, en auge en el resto de Europa desde hace años, pero que era marginal en España.
Después de 40 años gobernando en Andalucía, caso único en toda Europa, el proyecto socialista, convertido ya en un régimen en esta comunidad, está agotado. En ese fuerte castigo tiene una influencia decisiva la crisis interna del socialismo, con un cruenta ruptura entre Susana Díaz y Pedro Sánchez que desmotiva a una parte del electorado socialista, y la alianza del PSOE con el independentismo en la moción de censura con Rajoy.
¿Es exportable a la política nacional la entrada de Vox?
La espectacular irrupción de Vox significa que una parte del electorado español de la derecha más extrema que tradicionalmente votaba al PP como mal menor ha perdido el miedo a optar por formaciones con un discurso mucho más radical y antisistema, cercano a los movimientos de ultraderecha que proliferan en el resto de Europa. Una vez que ese sector del electorado ha visto que ese voto es útil y se traduce en una representación parlamentaria que puede condicionar Gobiernos, el efecto Vox puede multiplicarse en las municipales y autonómicas, e incluso más en las generales. La situación puede ser similar a la que se produjo con Podemos en las europeas del 2014, en las que logró cinco escaños y de allí salió disparada en sus expectativas electorales.
La pérdida del miedo a mostrarse públicamente partidario de formaciones radicales, de derecha o de izquierda, suele tener un efecto multiplicador. El resultado de Vox le permite además imponer fuertes condiciones al PP y Ciudadanos para formar Gobierno, porque, una vez que se ha consolidado, la repetición de los comicios andaluces podría ampliar aún más su representación.
¿Sale reforzado Pablo Casado en el PP?
Sí. El propio Pablo Casado, contra el criterio de algunos de sus asesores, consideró estas elecciones como «una primera vuelta de las generales». La arriesgada apuesta le ha salido bien al nuevo líder popular. El resultado es malo, pero la paradoja es que los populares tienen en su mano alcanzar la presidencia de Andalucía por primera en la historia. Las expectativas eran pésimas, pero además de evitar el temido sorpasso de Ciudadanos, Casado, que se ha implicado a fondo en esta campaña, puede presentar el resultado como un éxito personal, que tiene más valor si se tiene en cuenta la espectacular irrupción de Vox. El debate que se abre ahora en el PP es si debe girar aún más a la derecha para tratar de recuperar el voto emigrado a Vox o centrar más el discurso para plantear la batalla a Ciudadanos y presentarse como una alternativa claramente de derechas, pero moderada, al Gobierno de Pedro Sánchez.
¿Qué alternativa tiene Rivera con este resultado?
Ciudadanos ha vuelto a caer en el error de generar unas expectativas tan altas que su excelente resultado de ayer puede ser visto como una decepción por su electorado, que daba por hecho el sorpasso al PP, los veía ya como la fuerza hegemónica del centroderecha y situaba a su líder, Albert Rivera, como única alternativa a Pedro Sánchez. La encrucijada es además muy complicada para Ciudadanos. Facilitar el gobierno a Susana Díaz en alianza con Podemos sería suicida para Rivera en próximos comicios. Pero dar el Gobierno andaluz al PP y hacerlo en alianza con un partido de derecha radical lo aleja de la posición de partido de gobierno.
¿Puede haber adelanto de las generales?
En el Gobierno, Pedro Sánchez era hasta ayer el menos partidario de un adelanto electoral, al contrario que otros ministros. Lo ocurrido en Andalucía viene a dar la razón al jefe del Ejecutivo, porque el hecho de que el PSOE retroceda de manera tan catastrófica en su gran feudo es un aviso de que no tiene asegurada una victoria en las generales. Y también de que la política de alianzas y apaciguamiento con el independentismo catalán lastra enormemente las posibilidades del PSOE en otras comunidades. Lo más probable ahora es que Sánchez trate de alargar al máximo la legislatura, incluso sin Presupuestos, y de forzar la máquina en las políticas sociales para llegar a las generales en mejores condiciones.
¿En qué situación queda ahora Podemos?
El resultado de Adelante Andalucía confirma el declive de Podemos y sus confluencias en toda España y deja al partido en una situación muy complicada, con el cuestionamiento creciente de Pablo Iglesias como líder. Pero el problema no es solo Iglesias, porque el fracaso de Teresa Rodríguez implica que la contestación interna al secretario general de Podemos, de la que ella es el principal estandarte, tampoco sirve para revitalizar la alianza de comunistas y populistas. Este mal resultado moderará los últimos intentos de Iglesias de marcar distancias con Sánchez y de forzarle a adelantar elecciones si no aprueba los Presupuestos. Ahora son aliados en aguantar al máximo para ganar tiempo.
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