Rivera se lanza al ataque directo contra Sánchez y siembra dudas sobre su integridad
ESPAÑA
Tiende la mano al PP para un Gobierno de coalición
23 abr 2019 . Actualizado a las 07:10 h.A por Pedro Sánchez desde el primer minuto. «Amiguismo y enchufados en más de 500 cargos», puso encima del atril al arrancar Albert Rivera para soltar las sentencias ensayadas durante el fin de semana en un plató alquilado. «A los únicos que les ha ido bien es a los amigos de Sánchez en las empresas públicas», espetó para hacer flaquear la integridad ética del presidente socialista de quien dijo colocó a su anterior jefe de gabinete en Correos «por 200.000 eurazos y no sabe pegar un sello», siguió. «Agárrense las carteras si viene el señor Iglesias de Sánchez», siguió golpeando donde más duele, sin dejar de calificar al PP, aunque con menos énfasis, de «vieja derecha».
El candidato de Ciudadanos dio muestras claras de haberse entrenado a fondo para el debate. Descalificación y propuesta, fue la cadencia de casi todas sus intervenciones, y píldoras muy medidas, para identificar como gemelos a Sánchez y a Iglesias, y a ambos como maestros de la subida de impuestos. «Cójanse la cartera», reiteró. Pero también disparó dudas sobre la política impositiva del PP para decir que sus recetas no sirven ya. Invitó a Casado por ello a pactar un catecismo fiscal liberal porque, recordó, el milagro económico del PP está en la cárcel, dijo mostrando una foto de Rodrigo Rato, mientras subrayó que Casado, como diputado con Rajoy aprobó la mayor subida del IVA, o que en Galicia se cobra el impuesto de sucesiones que él promete eliminar. El candidato de C’s dejó claro que está dispuesto a pactar con Casado y no con el PSOE, aunque a ambos, al bipartidismo, los acusó de los males de España.
El presidente de los autónomos y de las familias, se autodenominó Albert Rivera para anunciar revoluciones en materia laboral, familiar o de igualdad. Contratos indefinidos para todos, bonos de 2.400 euros para las familias con tres hijos... Y cuando el candidato socialista le acusó de mentir, soltó otro misil: «Aproveche y diga la verdad sobre su tesis doctoral». «Lleva la palabra indulto escrita en la frente» o «baje del Falcon», salieron entre sus frases acuñadas para el debate, y citó al chalé de Iglesias cuando el candidato de Unidas Podemos le echó en cara sus cambios de posiciones.
Crecido en el debate territorial, Rivera aseguró que le duele España y de ese dolor culpó a Sánchez, al que dejó retratado sobre su atril con una foto con Quin Torra durante gran parte del debate, como con otra instantánea que depositó sobre el espacio de Sánchez pero que este ignoró.
A la hora de los pactos, se ofreció de nuevo al PP «para un gobierno de coalición, constitucionalista, sin nacionalistas y que mire al futuro». «Me arrepiento», añadió, del pacto del 2015 con el PSOE, por el vinculo directo que insistió une a Sánchez con los independentistas. «Tiendo la mano al PP, pero no me contesta», inquirió sin éxito a Casado, para dibujarse como presidente de un Gobierno liberal y sin nacionalistas.
Y en su minuto final llamó a las parejas que no pueden tener hijos, a los autónomos, a los pensionistas indignados, de cuyos males culpó a Sánchez y a Iglesias, así como de haber dado alas a los separatistas. «No nos van a callar nunca, ¡vamos España!», terminó apelando al optimismo con el eslogan naranja.
LO MEJOR Salpicó casi todas sus intervenciones con propuestas en materias como la fiscal, laboral, o familiar entre otras.
LO PEOR Excesivo uso del recurso de fotografías y reproducciones para tratar de certificar sus acusaciones.