El conseguidor de la jet madrileña a Villarejo: «Quiero forrarme otra vez y morir rico»

LA VOZ REDACCIÓN / AGENCIAS

ESPAÑA

El excomisario José Manuel Villarejo
El excomisario José Manuel Villarejo Europa Press

Adrián de la Joya está investigado por cobrar sobornos de un empresario que quería evitar la extradición a Guatemala

01 jun 2019 . Actualizado a las 17:21 h.

El empresario Adrián de la Joya, investigado en el caso Villarejo y que ahora está en el punto de mira como socio del excomisario, dejó claras sus aspiraciones en una conversación con este hablando sobre un tema de Irán: «Yo quiero volver a forrarme otra vez. Yo quiero morir rico».

De la Joya, al que le requisaron cuatro coches de lujo con matrículas suizas, es uno de los imputados en la pieza Pit del caso Villarejo, a cuyo sumario ha tenido acceso Efe, y aparece en las conversaciones grabadas por el propio excomisario como uno de sus más estrechos colaboradores.

Estas grabaciones, junto con el resultado de los registros a su casa, le muestran como un hombre con un alto nivel de vida y con aspiraciones no menos elevadas: «Yo quiero morir rico y la única forma de morir rico es con un tema como el que tú tienes entre manos, eso lo tengo yo más claro que la hostia».

Estas palabras salen de su boca en una conversación con Villarejo y con el abogado Enrique Maestre el 20 de abril del 2016, en la que este les expone la posibilidad de trabajar para el naviero Ángel Pérez-Maura, amigo suyo, para que eviten su extradición a Guatemala por corrupción.

Antes de explicarles el negocio, De la Joya insta a Maestre a hablar de un tema de Irán que no se llega a especificar en la reunión. «Ha encontrado la veta», dice refiriéndose a ese asunto. «Bueno, esto de Irán lo dejaremos para una comida que yo os invitaré si Dios quiere a la vuelta de Estados Unidos, pero vamos a lo del muñeco ahora, que yo creo que es un muñeco mediano que puede reportar una serie de milloncitos también», responde Maestre para desviar el tema a Pérez-Maura.

Pero De la Joya insiste: «Sí, pero yo quiero hablar contigo de Irán», y Maestre contesta que ya lo harán pero que le llevaría varias horas explicárselo. «Yo te voy a decir una cosa, mi última veta se terminó en el 2008 y estoy de secano desde hace 8 años, y estoy con muchas preocupaciones. Y estoy hasta la polla. Yo quiero volver a forrarme otra vez», informa De la Joya a Maestre. Acto seguido, le pide que al menos les de «las migajas» de ese asunto iraní, y Maestre contesta: «Cuenta con ellas».

Luego el abogado les expone el asunto de Pérez-Maura y cómo él ha hablado ya al naviero de Villarejo en términos de que el excomisario «es un profesional como la copa de un pino, y que es un resuelve problemas de la hostia». «Pepe Villarejo es un tío con una honradez aquí sobrada, Pepe Villarejo es tal, Pepe Villarejo un... en fin... es un Quijote de la hostia», dice Maestre resumiendo su conversación con el naviero, unas palabras que arrancan la risa del excomisario presente: «Pero no te metas en internet para no llevarte un disgusto, no».

En otra conversación para negociar las cantidades que pedir a Pérez-Maura, que finalmente pagó 7,4 millones a Villarejo, Adrián no se conforma: «Yo a este tío le quiero sacar muchísimo más dinero. No me sirve el ahora pájaro en mano, así no vamos a ningún lado, es un vuelo gallináceo y así yo no juego. Nunca en mi puta vida he jugado yo así, por eso he ganado mucho dinero». Y continúa: «Pepe se acojona con mi forma de actuar, pero tío, no te acojones, que soy muy listo y sé lo que hago».

A De la Joya, que se confesaba «como un hermano» del empresario Héctor Hoyos, socio del exjefe de campaña de Donald Trump y, según el empresario español, «número tres de la CIA», le requisaron cuatro coches de lujo en el registro a su vivienda de la calle Lagasca, en el exclusivo barrio madrileño de Salamanca. Los coches, valorados por la policía en unos 700.000 euros, tienen todos matrículas suizas y estaban en un aparcamiento cerca de su casa. Eran un Mercedes AMG G63, un Porsche 911 Targa 4S, un Porsche 911 GT3 y un Ferrari 488 GTB, el más caro de todos, valorado en 238.000 euros. También se le intervino una llave de la marca Porsche pero no se localizó el vehículo al que pertenecía.

En su casa se requisaron 8.000 euros en efectivo metidos en una caja fuerte y repartidos en 4 billetes de 500 euro, 3 de 200, 14 de 100 y 10 de 50, así como otros 945 euros y una pistola semiautomática Smith & Wesson CS9.