Tropic, el maná submarino por el que luchan España y Marruecos
La revista «Science» calcula que en este antiguo volcán a 250 millas de Canarias hay cobalto suficiente para construir 277 millones de coches eléctricos
A 250 millas de la isla de El Hierro, a más de 4.000 metros de profundidad, llevaba años oculto un auténtico tesoro. Se llama Tropic y es un antiguo volcán que se eleva desde el lecho del océano hasta los 1.100 metros de superficie. En el año 2016, una expedición británica con colaboración española, la James Cook 142, descubrió que buena parte del monte está recubierto de costras de ferromanganeso con altos contenidos de metales muy apreciados en la alta tecnología, como el telurio o el cobalto, entre otros. Una de las mayores reservas conocidas de varios minerales que serán claves en la llamada «revolución verde». Una auténtico maná. Pero de los grandes montes submarinos de esa zona, Tropic es precisamente el único que está más allá de las 200 millas españolas y esa es la clave del conflicto abierto entre España y Marruecos por la frontera marítima.
El equipo británico que estudió esas costras sostiene que puede tratarse de la mayor reserva de telurio conocida en el mundo, de unas 2.600 toneladas. El equivalente al 10 % de las reservas mundiales de ese mineral, casi imprescindible para fabricar paneles solares. Por eso Bruselas lo incluye entre las materias primas que considera formalmente «estratégicas» para la Unión Europea. Su precio en el mercado fluctúa entre 200 y 500 dólares por kilo. La revista Science ha traducido en uno de sus últimos número la dimensión de esa reserva de minerales: Solo Tropic alberga cobalto suficiente para construir 277 millones de coches eléctricos (54 veces la flota mundial actual de esos vehículos) y telurio bastante para fabricar paneles solares que cubrirían por sí solos la mitad del consumo de electricidad del Reino Unido, la séptima potencia económica del planeta.
Tras el conflicto abierto entre Marruecos y España resurge la gran duda: ¿realmente se puede explotar el yacimiento? Sí y no, o no por ahora. Y esa respuesta vale tanto para cuestiones jurídicas, como técnicas. La ONU todavía no ha aceptado la petición española ni la marroquí, lo que dificultaría cualquier petición de explotación, pero formalmente esas siguen siendo aguas internacionales, y la Autoridad Internacional de Fondos Marinos podría considerar y otorgar un permiso.
La minería marina a grandes profundidades es una industria en desarrollo, casi naciente, pero de la que ya existen algunos ejemplos en el Pacífico. En el caso de Tropic fuera explotable, algo que está por ver, también habría que evaluar el impacto ambiental de esa actividad. Y destacados grupos científicos -entre ellos, miembros del equipo de la misión que descubrió el telurio- han pedido que ese monte submarino sea protegido internacionalmente, por sus hábitats de corales y por ser una zona de cría de los calamares gigantes.
Mucho más que telurio y cobalto
Geológicamente, Tropic es uno más entre decenas de montes en la llamada «Provincia submarina de Canarias» y Naciones Unidas tiene desde hace cinco años sobre la mesa una petición de España para asumir su titularidad, ampliando la plataforma continental del archipiélago desde las 200 millas actuales hasta las 300. Sin embargo, la reclamación que hace España de esa zona del Atlántico se superpone en el monte Tropic a la que también podría hacer el Sahara Occidental, administrado por Marruecos.
Más allá del conflicto de intereses políticos y legales, equipos científicos internacionales empiezan a publicar trabajos que advierten de que en Tropic hay algo más que materias primas para una soñada revolución tecnológica verde, hay ecosistemas muy valiosos, relativamente escasos y con un estado de conservación «prístino». Es la tesis que defienden en la revista «Frontiers in Marine Sciencies» catorce investigadores de las Universidades de Edimburgo (Reino Unido), Azores y Oporto (Portugal), Bergen (Noruega), la Sorbona (Francia) y Nova Southeastern (EEUU), además del Centro Nacional de Oceanografía (NOC) del Reino Unido. Y entre ellos figura el director científico de la misión que descubrió el yacimiento de telurio, Bramley Murton, del programa MarineE-Tech del NOC.
Este grupo de científicos, encabezado por Berta Ramiro Sánchez, de la Escuela de Geociencias de Edimburgo, sostiene que ese monte submarino situado aún en aguas internacionales debe ser protegido bajo la figura de Área Ecológica y Biológicamente Significativa, porque alberga «numerosos ecosistemas marinos vulnerables». En concreto, detallan que las propias imágenes de vídeo tomadas por los robots de la expedición que descubrió el telurio muestran que Tropic está cubierto por corales de quince especies y esponjas conocidas como hexactinellidas (Poliopogon amadou) también documentadas en algunos fondos marinos de Canarias, de Azores o de Brasil, pero que aquí tienen densidades y características «únicas»
Estas imágenes, añaden, muestran, además, huevos de calamares de aguas profundas, que sugieren que se trata de un área de cría para esa especie, así como jardines de colares comparables a los que se han documentado en otros montes submarinos de Canarias como el Banco de la Concepción (al nordeste de Lanzarote) o El Hierro Ridge. «Tropic alberga comunidades bentónicas diversas y casi prístinas, incluyendo varios ecosistemas marinos vulnerables» -subrayan- que en han crecido gracias a las privilegiadas condiciones de nutrientes que proporcionan el afloramiento de aguas profundas del norte de África y el aporte de minerales de las calimas del Sahara. Y sobre todo, remarcan, se trata de ecosistemas formados por especies de crecimiento extremadamente lento, muy vulnerables a impactos humanos como la pesca de arrastre o la minería de aguas profundas. Y difícilmente iban a soportar el impacto de que se arranque a ese monte submarino su preciada costra de 20 centímetros para extraer de ella los minerales «high-tech».
Los metales descubiertos en los montes submarinos de Canarias quizás no puedan explotarse antes de 20 años, pero suponen ya una reserva estratégica para la Unión Europea, que hoy depende al 100 % de países externos -a veces con condiciones muy complejas- para abastecerse de ellos. Javier Crespo, el científico del Instituto Geológico y Minero de España (IGME) que participó en la expedición británica, recomendaba hace unos meses no centrar el foco solo en ese elemento, sino también en el cobalto y en las tierras raras, dos materiales presentes además en el resto de montes submarinos canarios. «La dependencia de la Unión Europea con los metales considerados estratégicos es total. Casi todos ellos se los tenemos que comprar a terceros países, a estados muchas veces con situaciones geopolíticas complejas, que en un momento dado pueden dejar de abastecernos de un recurso determinado clave para fabricar ordenadores o tabletas o paneles solares», adviertía Crespo, en declaraciones a Efe. La gran mayoría del cobalto que consume la industria de la alta tecnología de Europa y Estados Unidos procede de países del centro de África, algunos de ellos inestables. Por su parte, China controla tanto el mercado de las tierras raras como el del telurio, dos componentes claves en los teléfonos móviles, los generadores eólicos o las placas solares. «China controla más del 90 % del mercado de las tierras raras. Si China, por ejemplo, cierra el grifo por la circunstancia que sea, vamos a tener problemas», subrayaba este científico.
Siete preguntas para entender el conflicto
Al presentar este lunes las dos leyes sobre las fronteras maríticas al Parlamento de su país, el ministro marroquí de Exteriores, Naser Burita, reconoció la posible colisión con las aspiraciones de otros países respecto a su deseo de ampliar la plataforma continental a 350 millas, pero añadió que se podría pensar en «zonas de cogestión y coexplotación en lugar de ser de soberanía». También apuntó otra clave que deberá ser interpretada respecto a cómo espera establecer los límites con Canarias: Marruecos, dijo, se basaba hasta ahora «en la línea mediana, pero este principio no vale cuando tienes en frente una isla. En este caso se aplica el principio de equidad. Si uno tiene 750 kilómetros de costas y el otro 10 kilómetros no se puede aplicar la línea mediana. Aquí entra el principio de equidad (...) Marruecos no se inventó estos nuevos principios. Ya existían en los acuerdos internacionales, solo que Marruecos no los tomaba en cuenta en sus antiguas leyes».
Estas son diez cuestiones claves en la controversia que se puede suscitar en torno a esa monte submarino situado a poco más de 250 millas (463 kilómetros) al suroeste de El Hierro.
1. ¿De quién es el mar?
La Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar de 1982 dispone que todo país puede ejercer su soberanía sobre las doce primeras millas de mar (22 kilómetros) medidas a partir de su costa. Es el llamado «mar territorial» y, en él, cada Estado es soberano sobre el espacio aéreo, el agua, el suelo y el subsuelo. De las doce a las 200 millas (22 a 370 Km), cada país puede establecer su zona económica exclusiva (ZEE) en el que es soberano para explorar, extraer, conservar y administrar los recursos naturales del mar y el subsuelo (incluyendo seres vivos, minerales y energía). Y, en tercer lugar, cada Estado puede solicitar a Naciones Unidas la ampliación de su plataforma continental para extender sus derechos sobre el subsuelo marino hasta las 350 millas (648 Km), en un procedimiento reglado que requiere de informes oceanográficos, geográficos y jurídicos.
2. ¿Qué pasa si se solapa?
Se abre una negociación entre los países interesados. Generalmente se establece una mediana equitativa que separa las aguas asignadas a cada país. El sistema prima los acuerdos entre Estados, pero el procedimiento también puede terminar en una corte internacional.
3. ¿Cómo se reparten las aguas?
Entre el archipiélago español y la costa de Marruecos no hay la distancia suficiente para que cada país se reserve 200 millas de ZEE. Sin un acuerdo formalmente aceptado por ninguno de los dos países, hasta el momento Madrid y Rabat han respetado una mediana imaginaria que delimita las aguas de cada país y que ambos han asumido tácitamente en momentos clave, como en el 2014 y el 2015, cuando Marruecos autorizó prospecciones petrolíferas marinas en su lado de esa línea imaginaria y España hizo lo propio en el suyo.
4. ¿Qué pasa con el Sahara Occidental?
Es motivo de una fuerte controversia desde hace décadas. Para Naciones Unidas, desde 1960 (cuando todavía era provincia española) es un territorio en proceso de descolonización. Está ocupado desde 1975 por Marruecos, que lo considera parte de su país a todos los efectos. Más allá del contencioso histórico con el Frente Polisario y la denominada República Árabe Saharaui Democrática, que rechazan de plano tal anexión, esa postura de Marruecos ha chocado varias veces contra instancias internacionales. En el 2018, por ejemplo, el Tribunal Superior de Justicia de la Unión Europea falló que el acuerdo de pesca entre Bruselas y Rabat no puede aplicarse a las aguas del Sahara Occidental, porque «el territorio del Sáhara Occidental no forma parte del territorio del Reino de Marruecos» .Las dos leyes aprobadas este lunes inicialmente por la Cámara de Representantes del Parlamento marroquí (Cámara Baja) incorporan de forma jurídica las aguas del Sahara al mar territorial de Marruecos.
5. La ampliación de la plataforma
En el 2014, España solicitó a la ONU ampliar la plataforma continental de Canarias a 350 millas, lo que dejaría bajo su jurisdicción un territorio marítimo adicional de 220.000 kilómetros cuadrados (equivalentes a casi la mitad de la extensión de la España continental, que ronda el medio millón de Km2).
Madrid ha presentado informes científicos para sostener sus alegaciones, en el sentido de que el espacio de océano situado al oeste y suroeste de El Hierro no pertenece al contienente africano, sino que es una prolongación natural de Canarias, con múltiples montes submarinos formados por el mismo vulcanismo que hizo emerger a las islas. En su petición a la Comisión sobre los Límites de la Plataforma Continental (CLPC) de Naciones Unidas, España ya manifestaba que su propuesta podía solaparse por el norte con la que hiciera Portugal desde Madeira, aunque también adelantaba que tanto Madrid como Lisboa eran proclives a negociar un acuerdo.
En cuanto al problema del sur, la petición eludía mencionar a Marruecos, con esta fórmula: «La posible extensión de la plataforma continental española podría superponerse con una eventual ampliación más allá de las 200 millas marinas de la plataforma continental del margen continental saharaui».
6. ¿Qué respondió Marruecos?
En el 2015, su representación ante Naciones Unidas dijo que tomaba nota de la petición española, pero también advertía de que afectaba a áreas situadas entre Marruecos y España «que aún no han sido delimitadas» y rechazaba cualquier solución «unilateral». Y dos años después registró su propia petición de ampliación a 350 millas.
7. ¿Qué más hay en esa zona?
Entre otras cosas, decenas de montes submarinos, muchos de ellos descubiertos en las últimas décadas. Buena parte de ellos son conocidos como «Las Abuelas de Canarias», porque los formaron los mismos procesos geológicos que las islas, millones de años antes. Algunos de los más importantes, como The Paps, Echo, Drago o Bimbache, están en las 200 millas españolas. Pero queda Tropic.