Sánchez necesitará la autorización del Congreso para endurecer el confinamiento
ESPAÑA
Una vez transcurridos los primeros 15 días, la alarma pasa a depender de la Cámara Baja, que deberá autorizar cualquier «cambio sustancial». El Gobierno no es partidario por ahora de adoptar esa medida
27 mar 2020 . Actualizado a las 13:21 h.El pasado miércoles Pedro Sánchez logró el visto bueno del Congreso de los Diputados para ampliar el estado de alarma hasta el próximo 11 de abril, pero en el Gobierno hay muchas dudas de si será necesario volver a las Cortes para solicitar una prórroga todavía mayor.
La ley no contempla ningún límite para la extensión del estado de alarma. Lo único que recoge es que más allá de los primeros 15 días, en los que el Consejo de Ministros puede actuar por cuenta propia, se necesita el aval de la Cámara Baja mediante una mayoría simple, es decir, más síes que noes, que con el respaldo del PP está más que garantizado. Hasta el momento, Sánchez dispone de permiso para adoptar medidas excepcionales que restringen las libertades de los ciudadanos hasta las 23.59 del sábado 11. Si la crisis sanitaria no remitiese y necesitase volver a la Cámara, en el texto que se someta a la votación deberá contemplarse la fecha exacta hasta la que pretende estirar la alarma, que podrían ser otros 15 días, un mes o lo que estimase oportuno el Gobierno.
Del mismo modo que no puede descartarse una nueva prórroga, tampoco puede desecharse la posibilidad de que en los próximos días se redoblen las medidas y se limite la productividad a los sectores imprescindibles para la lucha contra el COVID-19, como decretó Italia hace unos días. En Moncloa cruzan los dedos para que no haga falta. Para ello, necesitaría volver a acudir al Congreso, tal y como interpreta el catedrático de Derecho Constitucional en la USC Roberto Blanco Valdés: «El estado de alarma ya es del Congreso, y cualquier modificación sustancial de la regulación dispuesta en la prórroga ya votada, deberá contar con su visto bueno».
Eso no quita que algunas matizaciones o pequeños detalles pueda determinarlos el Ejecutivo. Por ejemplo, en el BOE de este viernes se realizan tres pequeños pulidos y matizaciones del Real Decreto 463/2020 del 14 de marzo que afectan a los transportistas, a la formación militar o a un límite para dispensar medicamentos.
El único precedente que existe desde la restauración de la democracia en España para un estado de alarma fue el decretado por Zapatero para lidiar con la huelga de los controladores aéreos, que comprendió de 43 días, desde el 4 de diciembre hasta el 15 de enero.
Todo depende de la curva
El Gobierno asiste ahora con preocupación a la evolución de la curva de contagios confirmados por COVID-19, y todavía es temprano para que ninguno de sus integrantes se atreva a realizar un pronóstico de hasta cuándo puede alargarse la alarma, pero existe la posibilidad de que se prorrogue solo en determinados territorios. Tal y como se recoge en la Ley Orgánica 4/1981, que regula el estado de alarma, de excepción y de sitio, el estado de alarma se puede implantar «en todo o parte del territorio nacional», por lo que a estas alturas no puede descartarse que las medidas de confinamiento se mantengan en vigor solo en determinadas zonas, tratando que los sitios menos afectados empiecen poco a poco a trabajar en la búsqueda de la recuperación de la normalidad. Hace dos semanas estuvo sobre la mesa la opción de cerrar la comunidad de Madrid, el principal foco de contagios, para evitar que el coronavirus se fuese centrifugando por el resto del país.
Además de las terribles consecuencias sanitarias, preocupa mucho el gran impacto que pueda tener esta crisis en el aspecto económico. Esta es la razón por la que de momento Sánchez rechaza endurecer todavía más las medidas de confinamiento y permite que determinados sectores continúen activos a pesar de no ser indispensables para la batalla contra el coronavirus. El portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, mostró sus sorpresa este miércoles en la tribuna de oradores por haberse encontrado en su camino a la Carrera de San Jerónimo a dos jardineros: «¿No se puede dejar crecer el césped un mes?».