Ana Pastor gana fuerza frente a Álvarez de Toledo como la voz del PP en el Parlamento

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

Pool | Europa Press

La exministra y expresidenta del Congreso gana apoyo tras su papel en el decreto de medidas urgentes y en la Comisión para la Reconstrucción

27 jun 2020 . Actualizado a las 15:44 h.

«Soy una vieja rockera que sigue aquí al pie del cañón». Así se definió ayer Ana Pastor, exministra de Sanidad y ex presidenta del Congreso, 24 horas después de su intervención desde la tribuna del Parlamento, la primera en varios años, que simboliza el nuevo tono del PP en lo que afecta a la pandemia del covid-19.

Su elección como portavoz popular en el debate sobre el decreto de medidas urgentes frente al coronavirus, en el que defendió el apoyo de su partido en un tono moderado no exento de crítica, unida a su protagonismo en la Comisión para la Reconstrucción, siempre en tono de consenso, marcan una clara línea divisoria con el discurso de máxima confrontación sin espacio para el diálogo que venía sosteniendo la portavoz parlamentaria, Cayetana Álvarez de Toledo.

La solidez mostrada en el debate por la veterana diputada popular, que acumula ocho legislaturas en el Congreso, ha elevado aún más el respeto ganado en el Grupo Popular y entre sus propios rivales políticos por su capacidad negociadora, primero como titular de Sanidad, luego como presidenta del Congreso y ahora como vicepresidenta segunda de la Mesa.

Su protagonismo en la Comisión para la Reconstrucción -que fue una propuesta del líder del PP-, en la que su condición de médica le ha permitido hacer aportaciones técnicas, define la posición de Estado del partido en lo que afecta a la tarea pendiente tras la pandemia del covid-19. Y relega a un segundo plano, casi episódico y de cara a la galería, las duras intervenciones de Álvarez de Toledo en las sesiones de control, en las que responsabiliza al Gobierno de decenas de miles de muertos durante la pandemia. 

El factor de las elecciones gallegas

El debate que se abre ahora es quién debe ser la portavoz del PP en la Comisión de Evaluación, cuyo objetivo se centrará más en auditar los errores cometidos y las carencias detectadas durante la crisis del covid-19. Un foro que puede derivar por ello en un duro enfrentamiento político y en un estéril cruce de reproches mutuos entre el Gobierno y el principal partido de la oposición en función del tono y de la portavoz que escojan los populares.

En plena campaña de las elecciones gallegas, claves para el PP a la hora de presentarse como única alternativa real al Gobierno de Sánchez en caso de que Feijoo revalide la mayoría absoluta, los estrategas de Génova ven más conveniente reforzar el perfil técnico de Pastor, más acorde con el de gestor eficaz que personaliza Feijoo, que el discurso agresivo y de tierra quemada de Álvarez de Toledo, que ni está ni se la espera en la campaña gallega.

Casado, que fue el principal defensor de la actual portavoz parlamentaria en contra del criterio de una buena parte del partido, no ha tomado todavía una decisión sobre la Comisión de Evaluación, que no se constituirá hasta el mes de septiembre, una vez que se hayan celebrado ya las elecciones gallegas y vascas. El resultado de esos comicios puede ser clave para escoger como portavoz de esa comisión a Pastor o a Álvarez de Toledo, porque la vista, con el interludio de las elecciones catalanas con unas connotaciones muy diferenciadas, estará ya en las próximas generales.

Si Pastor desplaza de nuevo a Álvarez de Toledo, los populares enviarían un mensaje de moderación. La ex ministra fue diplomática ayer al ser consultada al respecto y dijo que estará a lo que le pida Casado. «En mi partido siempre he estado, ya lo sabe, con Mariano Rajoy, arrimando el hombro y pensando en el interés general». Ahora, el líder del PP es el que debe escoger.