El periodista sigue pensando que la democracia que trajo la Transición «ha sido la época de mayor esplendor que ha vivido España en los últimos siglos»
12 jul 2020 . Actualizado a las 05:00 h.El periodista Fernando Jáuregui, con más de 50 años de oficio a sus espaldas, publica La ruptura. La revolución en marcha que no supimos ver (Almuzara), un libro en el que analiza el proceso que, en su opinión, está acabando con la España del 78. Jáuregui sigue pensando que la democracia que trajo la Transición «ha sido la época de mayor esplendor que ha vivido España en los últimos siglos».
—¿En qué consiste la ruptura?
—Hay tres rupturas simultáneas. Una, con el bipartidismo, con el primer Gobierno de coalición en 80 años. La segunda, institucional, con la caída del juancarlismo, que ha saltado hecho pedazos, al igual que el espíritu del 78. Y la tercera, la de nuestra vida cotidiana, nada va a ser igual tras el coronavirus.
—¿El objetivo sería instaurar un «régimen» diferente al de 1978?
—Sin duda ya estamos en un «régimen» diferente al del 78. Estamos inaugurando unos métodos, unos caminos, unos sistemas nuevos. Algunas cosas como las conocíamos, desde la separación de poderes hasta la independencia judicial o el funcionamiento del Parlamento, ya no son las mismas. Luego, la Corona no va a poder seguir funcionando como hasta ahora nunca más. Vamos hacia un sistema completamente nuevo.
—¿Cómo ha influido la entrada en el Gobierno de Unidas Podemos en este marco de ruptura?
—En la Transición hablábamos de evolución o ruptura. Podemos va por la ruptura, por la revolución, en esta segunda transición en la que estamos. Eso no va a salir, pero no quiere decir que no va a haber tensiones. Podemos es un partido republicano que está intentando acelerar la caída de la monarquía, lo que ahora mismo sería muy perjudicial y prácticamente imposible. A Sánchez le corresponde la tarea de defender el baluarte monárquico, le guste o no.
—En el libro dice que, con el estado de alarma, hemos vivido una suerte de autocracia.
—Gobernar ha sido muy difícil. Pero, ¿era imprescindible este estado de alarma prorrogado seis veces? No. ¿Eran necesarias las cortapisas a la libertad de expresión que ha habido, y sigue habiendo, la falta de transparencia, las patadas a la separación de poderes? Claro que no. Creo que la democracia española ha perdido bastantes grados en los últimos meses. Y no solo por la pandemia.
—¿Qué le ha parecido la gestión de Sánchez?
—Hay que reconocer su dedicación y que los Gobiernos de nuestro entorno no han estado mejor, pero se podía haber hecho con más empatía y transparencia; y nos han colado cosas como la inclusión de Iglesias en el consejo de control de los servicios secretos. Han fallado muchos controles democráticos.
—¿Y la labor de Casado?
—Debería haber abierto una vía de cooperación crítica y exigente con el Gobierno, en la línea de Feijoo. No hubiese pasado nada si Casado se hubiese ofrecido para ser vicepresidente. Pero ha jugado a un desgaste del Gobierno que no se ha producido. Se ha equivocado en su estrategia.