Ikoitz Arrese, un exetarra enviado a la cárcel por Marlaska

Mercedes Lodeiro REDACCIÓN / LA VOZ

ESPAÑA

Detencion de Ikoitz Arrese en el 2010 y en la parte derecha inferior de la fotografía en sobreimpresión la imagen de su rostro.
Detencion de Ikoitz Arrese en el 2010 y en la parte derecha inferior de la fotografía en sobreimpresión la imagen de su rostro. Alfredo Aldai | EFE

Tres expresos se encuentran entre los 22 escaños de EH Bildu

14 jul 2020 . Actualizado a las 21:11 h.

El Parlamento vasco acogerá en sus escaños esta próxima legislatura una menestra de diputados tan antagónicos como el mapa que representan. Desde Amaia Martínez, de Vox, vendedora de armas, hasta 22 parlamentarios de EH Bildu. Y, entre estos, tres expresos de ETA: Iker Casanova, Arkaitz Rodríguez e Ikoitz Arrese. Paradojas de la democracia. Víctimas y verdugos en el mismo hemiciclo, como el aceite y el agua en el mismo vaso.

Estos tres exetarras fueron condenados en su día por su vinculación al terrorismo y entre los tres acumulan más de una década de estancia en prisión.

Quien más tiempo ha pasado en una celda es Casanova. Fue condenado en el 2007 a once años de cárcel e inhabilitación para cargo público, pero tras una rebaja del Tribunal Supremo quedó en libertad en cuatro años y fue parlamentario vasco en las dos últimas legislaturas.

Curioso es también el caso de Ikoitz Arrese, uno de los miembros de la organización juvenil Segi, ilegalizada en el 2002, que fueron arrestados hace diez años en Vizcaya. Tenía 23 años cuando el entonces juez de la Audiencia Nacional Fernando Grande-Marlaska lo mandó a la cárcel, acusado de un delito de integración en organización terrorista, pues, según afirmó entonces el ahora ministro de Interior, Segi «sigue constituyendo la cantera a la que recurre ETA para regenerar su tejido militante y que continúa asumiendo la ejecución del terrorismo callejero». Arrese salió de prisión en marzo del 2012.

Arkaitz Rodríguez, actual secretario general de Sortu, fue detenido en el 2009, y condenado a seis años de cárcel junto a Arnaldo Otegui en el caso Bateragune (intento de reconstruir Batasuna). En total le cayeron seis años, y recuperó la libertad en 2015. Cuando Urkullu se preguntó en una ocasión por qué a los aberzales les cuesta tanto condenar la violencia, Rodríguez lanzó dura artillería verbal y le pidió al PNV que reconozca su responsabilidad por gobernar con «el responsable del GAL», «por los 300 «casos de tortura» en la Ertzaintza y por «diseñar la dispersión» de los presos.

Por último, entre los parlamentarios de EH Bildu repite el no menos belicoso Julen Arzuaga, quien probó el banquillo de acusados y quien en una intervención llamó nazis, franquistas y asquerosos a los agentes que asistían como público a un pleno en Vitoria.