La examiga del rey emérito defiende ahora que Juan Carlos fue objeto de un «golpe de estado interno» por parte de la reina Sofía y de Rajoy
18 sep 2020 . Actualizado a las 13:52 h.Corinna Larsen, ha afirmado en una entrevista publicada en Paris Match que el rey emérito le reveló sus temores, antes de abdicar, de que estaba siendo objeto de lo que la empresaria alemana califica de «golpe de estado interno» instado tanto por la propia familia real, con la reina Sofía al frente, como por el expresidente del Gobierno, Mariano Rajoy. La publicación, que rápidamente se ha convertido en viral, se acompaña en la revista francesa de varias imágenes que la examiga íntima del monarca habría proporcionado al medio. En concreto es una la que, por inédita, causa ya un destacado revuelo. En ella se ve a Juan Carlos I vestido de forma informal y acompañando al hijo de Corinna, Alexander, en una barbarcoa. Según destaca el pie de la foto, la imagen habría sido tomada en la finca La Angorrilla, propiedad de Patrimonio Nacional y situada muy cerca del palacio de la Zarzuela.
Ya en el texto, la publicación recoge cómo, según Corinna, el exmonarca fue «muy explícito» al confiarle su preocupación ante dos frentes, siendo el primero el que formaban su esposa y «sus lugartenientes», ya que Sofía tendría prisa por poner a su hijo en el trono porque tenía mucha más influencia sobre Felipe que sobre el entonces monarca.
Sobre el segundo frente, Larsen señala en la entrevista, recogida por Europa Press, que Juan Carlos I apuntó directamente hacia el expresidente del Gobierno Mariano Rajoy, que pretendía «castrarle y debilitar la monarquía».
Preguntado por la salida de España del emérito y su elección por los Emiratos Arabes Unidos, la que fuera amiga del rey señala que, a su juicio, en una crisis de esta envergadura la Familia Real debía haber estado unida. «Enviar al exrey con su salud frágil al exilio y en pleno periodo de covid es irresponsable», afirma al la publicación francesa.
Corinna Larsen añade que no dudó del origen de los 76 millones de dólares (65 millones de euros) que según su versión Juan Carlos le donó como «reconocimiento» a lo que significó para él por la relación que ambos mantuvieron entre los años 2004 y 2009, dado que no tenía razón alguna «para cuestionar a un jefe de Estado». Se trata de unos movimientos bancarios que están siendo investigados por la justicia Suiza.
Según su testimonio, las revelaciones que han salido en relación con este asunto están «manipuladas y utilizadas de manera sensacionalista para crear una polémica gigantesca» pero «todo está motivado por una agenda política».
A la pregunta de si puede confirmar que Juan Carlos le pidió su mano a su padre, responde que «a finales del 2008 fue a verle a Berlín» antes de regalarle a ella, a principios del 2009, «una magnífica sortija de compromiso». Según dice, la tomó como una «garantía de la seriedad» de su relación, pero sabía «que ese compromiso no podría concretarse».