Génova se debate entre el no y la abstención ante una estrategia pensada para presionarles
19 oct 2020 . Actualizado a las 09:00 h.La única incógnita que resta por despejar en la moción de censura presentada por Vox que acogerá el Congreso desde las 9 del miércoles hasta el mediodía del jueves es lo que acabarán votando los diputados populares. Pablo Casado duda entre el no, la opción con más papeletas, y la abstención, ya que Génova sí descarta dar su apoyo a Abascal para relevar a Sánchez; entre otros muchos aspectos, porque las cuentas no dan. Así, la interpretación que hacen tanto en las filas del Gobierno y de sus aliados parlamentarios como en las del principal partido de la oposición es que este movimiento de Vox solo busca presionar al PP.
Muy en la línea del efectuado en mayo del 2017 por Podemos a tan solo dos días de las primarias más calientes que se recuerdan en el PSOE y en las que Sánchez acabó recuperando la dirección tras una dura pugna contra la expresidenta andaluza Susana Díaz. La moción de censura registrada entonces por Podemos fue técnica y oficialmente contra Rajoy y sus supuestos tijeretazos al estado del bienestar, pero en realidad iba dirigida contra el PSOE, el principal rival electoral de los morados. Por eso aquella jugada parlamentaria guarda tantos paralelismos con la esta semana. La de Iglesias no prosperó, tampoco lo hará esta, que será la quinta que acoja el Hemiciclo desde la reinstauración de la Democracia en España.
Entre medias se celebró la única moción de censura que salió adelante hasta la fecha. El 1 de junio del 2018 Sánchez lograba 180 votos gracias al decisivo sí del PNV, que declinó la presidencia a favor de los socialistas tras haber apoyado los Presupuestos populares tan solo unos días antes, cuentas públicas que todavía siguen vigentes.
González y Hernández Mancha
Con anterioridad a la intentona de Pablo Iglesias del 2017, las Cortes habían vivido otras dos mociones que se saldaron con el mismo resultado: el fracaso. La primera fue protagonizada en 1980 por Felipe González. El expresidente del Gobierno socialista, por entonces líder de la oposición, buscó el asalto a Moncloa, en aquel momento ocupada por Adolfo Suárez. El andaluz se quedó a 24 votos de conseguirlo. Los apoyos de los diputados socialistas, comunistas, andalucistas y tres representantes del Mixto no resultaron suficientes. Mucho más lejos se quedó Antonio Hernández Mancha en 1987. El líder de Alianza Popular solo logró recabar el respaldo de 67 parlamentarios para hacer caer el Gobierno de González, que ya estaba instalado en la presidencia, pero a través de las urnas.
Iglesias logró en su momento 82 insuficientes síes para convertirse en presidente que salieron de Podemos, ERC, Compromís y EH Bildu. A falta de que el PP fije su postura, todo apunta a que Vox logrará batir la marca más baja y se quedará en sus 52 escaños, al no lograr ni un apoyo.