Puede suponer un acercamiento en temas de Estado entre Gobierno y PP
25 oct 2020 . Actualizado a las 05:00 h.Contra todo pronóstico, Pablo Casado salió triunfante de la moción de censura que Santiago Abascal había planteado para erosionar al PP. Pedro Sánchez también se refuerza frente al discurso demagógico y exento de un programa de gobierno del líder de Vox, que mostró claramente sus limitaciones. Esa es la conclusión de los politólogos consultados por La Voz.
Ganador
Casado y Sánchez. «Como se preveía, ha ganado el Gobierno de Sánchez e Iglesias, a quien Vox había servido en bandeja la ocasión de erigirse en referente central y repartidor de carnés de moderación y estabilidad», señala Carlos Barrera. «También ha salido reforzado Pablo Casado, desmarcándose de unas formas políticas, como las de Vox, ajenas a la tradición histórica del PP y reivindicando valores con los que se pueden identificar sus potenciales votantes», añade.
«Desde un principio se sabía que la moción beneficiaba a Sánchez, ya que a todas luces era una moción al PP y a su líder», asegura Santiago Martínez. «Pero parece que el gran triunfador es Casado, justo lo contrario de lo que Abascal quería, por eso el gran perdedor con mayúsculas es Abascal», concluye.
Golpe de efecto
Los aciertos de Casado. ««Ha sido un acierto aprovechar el gran foco que ha supuesto esta moción y toda la expectativa generada en torno a su reacción para reforzar esa imagen moderada y estadista que ya empezó con la expulsión de Cayetana Álvarez de Toledo de la portavocía parlamentaria», afirma Martínez . «Probablemente sea el gran ganador de la moción porque estará ensanchando su masa de votantes en el centro y abandonando a votantes más radicales a los que nunca llegaría porque ya están entregados a Vox, y poco a poco volverán al PP al ver las debilidades y carencias de Abascal y los suyos», sostiene. «Será un proceso lento, pero Casado se ha dando cuenta de que ese es el camino», añade «Veremos si no sufre la tentación de dar bandazos en esta estrategia, por lo que debería aprender de lo ocurrido con los que dieron Ciudadanos y Albert Rivera», concluye.
«Es evidente que si Vox optó por presentarla es porque sabía que podía beneficiarle, que tendría minutos de protagonismo mediático, y dejaba el PP en una tesitura complicada», explica Magda Gregori. Pero «Casado jugó bien una carta: crear expectativa manteniendo en secreto el sentido del voto hasta el último minuto; era consciente de que Vox pretendía con esa moción disputarle el liderazgo de la derecha y decidió aprovechar la ocasión para reforzar su figura, alejarse de la extrema derecha y virar hacia el centro».
«La moción ha dado oxígeno a Casado, que ha podido diferenciarse y, por primera vez, situar a Vox en el ámbito de la extrema derecha; incluso los referentes europeos del PP pusieron tuits alabándolo», asegura Verónica Fumanal.
El gran perdedor
Abascal, demagogia sin programa. Barrera no tiene dudas: «El gran perdedor ha sido Vox porque no ha podido presentar un programa creíble de gobierno, que es de lo que se trata en una moción de censura».
Fumanal también es contundente: «Ha habido un claro perdedor, Vox, que se vio absolutamente arrinconado, evidenciando por primera vez el cordón sanitario en el Congreso».
Martínez explica que «Abascal ya empezó mal dudando si defender personalmente o no la moción consciente de que era una moción fallida, con lo que dio una imagen cobarde ante la opinión pública durante estos meses». Dicho esto, «presenta una moción claramente de interés partidista para arrinconar a su rival, Casado, durante una crisis como la actual, lo cual le penaliza, ya que la ciudadanía lo que demanda es colaboración entre los políticos, y no división». «Su defensa de la moción fue un ejercicio de demagogia que desnuda claramente las carencias discursivas de Abascal, pero también la falta de programa de Vox; después de tanto tiempo se hace evidente que no tienen un programa sino un retazo de mensajes populistas y de ideas deslavazadas», sostiene. «Su reacción de sorpresa ante el discurso de Casado también le erosionará», añade.
Punto de inflexión
Acercamiento. «Más allá de posibles ganadores o perdedores, la moción de censura genera un punto de inflexión en esta legislatura», estima Gregori. «Sánchez la ha aprovechado para anunciar que paraliza la reforma de la ley del CGPJ y abrir la puerta a una negociación con el PP», afirma. «La moción ha dividido aún más a la derecha, pero también ha servido para cohesionar el Gobierno de coalición», añade. «El tiempo dirá si el discurso de Casado se traslada en hechos o decisiones concretas, es decir si esto significa que el PP quiere virar hacia posiciones más centristas, también para llegar a acuerdos puntuales con el Gobierno», señala. «Pero creo que quedó claro que la estrategia de los populares es arrinconar a Vox y esto puede jugar un papel importante en futuras elecciones, como las catalanes previstas para el 14 de febrero», afirma.
«Todo apuntaba a que solo iba a servir para unir a los miembros del Gobierno, pero paradójicamente puede ser el puente de entendimiento entre Sánchez y Casado, puesto que el presidente ya ha manifestado que daría marcha atrás en su reforma unilateral del Poder Judicial para buscar un nuevo escenario de negociación con el PP», expone Martínez. «Pero sin duda esta moción ha servido para que Casado abandone el cortoplacismo para dar una imagen sosegada de político de Estado que no ha ofrecido durante la pandemia», concluye.
El líder del PP busca captar a los indecisos de centro
¿Servirá la moción para mover el voto? «Toda acción política, por pequeña que sea, tiene su reacción electoral por pequeña que sea», asegura Martínez. «Creo que PP y PSOE se beneficiarán porque volverán a ponerse en el imaginario colectivo como los dos principales partidos de Estado», explica. Para el politólogo, «Casado quizás haya logrado poner la semilla para una importante mejora electoral en el futuro, ya que son los indecisos del centro del espectro ideológico los que deciden elecciones y no los extremos». «Si fuera Sánchez no estaría tan contento del resultado de la moción, pues en la expectativa creada hace meses tras su anuncio, seguramente no estaba contemplada esta acertada reacción de Casado», concluye. «La moción de censura ha sido más bien un gran debate electoral, aunque sin elecciones a la vuelta de la esquina, y una especie de mesa de negociación política», afirma Barrera. En su opinión, «ese ha sido su principal valor, lejos de la naturaleza teórica de lo que es una moción de censura en nuestro ordenamiento constitucional». «Los distintos actores principales han tenido que retratarse y posicionarse de cara a sus electorados y a sus relaciones con los demás partidos porque queda una aún larga legislatura por delante», estima.
Según Fumanal, la moción no va a tener efectos políticos en las comunidades en las que gobiernan PP y Cs con apoyo de Vox. «Abascal amenaza con algo que no puede cumplir, no puede dar los gobiernos a Gabilondo o Susana Díaz; ellos son prisioneros de su propio discurso», sostiene.