Los atentados de la Rambla y Cambrils llegan hoy a juicio con solo tres acusados

Cristian Reino BARCELONA / COLPISA

ESPAÑA

Agentes de la policía municipal de Barcelona atienden a uno de los heridos en el atentado en la Rambla
Agentes de la policía municipal de Barcelona atienden a uno de los heridos en el atentado en la Rambla David Armengou | EFE

Ocho de los miembros de la célula terrorista perdieron la vida en la explosión de un chalé o abatidos por los Mossos

10 nov 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

El 17 de agosto del 2017 Cataluña sufrió el peor atentado islamista de su historia. Dieciséis personas fueron asesinadas en dos ataques terroristas, uno en la Rambla de Barcelona y horas después en Cambrils, Tarragona. En la capital catalana perecieron catorce personas arrolladas por una furgoneta que recorrió la Rambla durante 500 metros por la zona peatonal y en la localidad de la Costa Dorada murió una mujer también atropellada por un coche en el que viajaban cinco terroristas. Un hombre fue además asesinado por Younes Abouyaaqoub, conductor de la furgoneta en la Rambla, en su huida tras cometer el atentado en la capital catalana. Cuatro días después, Younes murió abatido por la Policía catalana en Subirats (Barcelona). Unas 130 personas resultaron heridas.

El juicio por los atentados yihadistas comienza este martes en la Audiencia Nacional. Se sientan en el banquillo tres de los miembros de la célula de Ripoll (Girona): Mohammed Houli Chemlal, Driss Oukabir y Said Ben Lazza. Los autores materiales de la masacre, no obstante, no serán nunca juzgados: ocho terroristas murieron o bien en una explosión de un chalé de Alcanar (Tarragona), donde preparaban los atentados, o perdieron la vida o bien abatidos por la Policía catalana tras los atentados. Dos de ellos fallecieron en la explosión, cinco perdieron la vida poco después del atentado de Cambrils y el octavo, en Subirats.

Los tres acusados no serán juzgados por asesinato, pues el juez instructor no vio suficientes indicios de que participaran directamente en los hechos. Se enfrentan a penas de 8 a 41 años de prisión por pertenencia a banda terrorista, tenencia y fabricación de explosivos y estragos en grado de tentativa. Las acusaciones populares solicitan, en cambio, 15 prisiones permanentes revisables para dos de ellos, pues sí creen que pueden ser considerados autores de los atentados.

El auto de procesamiento del juez Fernando Andreu determinó que los atentados, el de la Rambla y el posterior de Cambrils, fueron improvisados por los terroristas, después de que los planes originales se frustraran tras la explosión del chalé de Alcanar, donde fijaron su base operativa y donde preparaban las bombas, justo el día antes de la tragedia. Los investigadores sostienen que la célula terrorista planeaba un atentado aún más mortífero.

Viaje a París

Cinco días antes de los atentados, miembros de la célula viajaron a París, por lo que se sospecha que pretendían un atentado simultáneo entre España y Francia. En concreto, contra la Sagrada Familia, el Camp Nou y la Torre Eiffel. Entre el 16 y el 17 de agosto alquilaron tres furgonetas que querían hacer explotar cargadas de explosivos. Al enterarse de la detonación en el chalé, los miembros que no estaban en la finca improvisaron un atentado alternativo. A las cinco de la tarde del 17 de agosto, Younes Abouyaaqoub condujo una de las furgonetas Rambla abajo y provocó la tragedia.

Mohamed Houli Chmelal es el único superviviente de la explosión del chalé de Alcanar que se sentará en el banquillo, en un juicio presidido por el juez Alfonso Guevara, presidente de la Sección Tercera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, con una dilatada experiencia en procesos judiciales contra ETA y yihadistas. Houli era presunto miembro de la célula. En la explosión de Alcanar murieron dos terroristas. Entre ellos, el imán de Ripoll, Abdelbaki Es Satty, de nacionalidad marroquí, al que se sitúa como cabecilla de la célula y como responsable de la radicalización de los demás miembros del comando.

La Fiscalía pide 41 años de cárcel para Houli por tenencia y fabricación de explosivos, pertenencia a organización terrorista y voluntad de causar grandes daños. La Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona, personados como parte, solicitan entre 44 y 95 años. Las acusaciones populares y asociaciones de víctimas del terrorismo piden prisión permanente revisable y 2.000 años de cárcel. Driss Oukabir, hermano de uno de los terroristas fallecido, se enfrenta a 36 años de cárcel, según la petición de la Fiscalía, por los mismos delitos que Houli. Said Ben Iazza está acusado de colaboración con la célula. Habría facilitado la compra de explosivos. Se enfrenta a ocho años de prisión, según el Ministerio Público. Todos ellos están en prisión preventiva.