Canadell presidió la Cámara de Comercio de Barcelona de la mano de la ANC
03 ene 2021 . Actualizado a las 05:00 h.Hay quien asegura que Colón, Leonardo da Vinci, Cervantes, Marco Polo o los hermanos Pinzones eran catalanes. Y que si los libros no lo han reconocido es porque la historiografía castellana lo ha silenciado durante siglos para perjudicar a Cataluña. Lo sostiene el polémico Instituto de la Nueva Historia, que recibe subvenciones de la Generalitat y concita el desdén de los historiadores. Pero lo mantiene también Joan Canadell, expresidente de la Cámara de Comercio de Barcelona y número dos de la candidatura de JxCat para las elecciones catalanas del 14 de febrero.
Los posconvergentes han apostado por dos dirigentes de perfil muy radical para liderar sus listas. Nacionalistas de pura cepa que no tienen que avergonzarse de ello, como ha pedido el cantante Lluís Llach a los dirigentes independentistas. La número uno, Laura Borràs, suscribió el polémico manifiesto Koiné de defensa del monolingüismo, que califica a los catalanes nacidos en el resto de España como «colonos lingüísticos». Canadell también se refiere de esta forma a los catalanes que no han nacido en Cataluña. Su ascenso ha sido meteórico. Hasta hace nada era un perfecto desconocido, propietario de una empresa de gasolineras. Estuvo a punto de salir elegido presidente de la Asamblea Nacional Catalana.
Con ese trampolín, en dos años ha pasado de ganar unas elecciones en la Cámara de Comercio de Barcelona, a ser el número dos de la lista de JxCat por Barcelona y con opciones de ser el cabeza de lista, si Laura Borràs acaba siendo inhabilitada por la causa abierta por presunta corrupción que tiene abierta en el Tribunal Supremo. Siempre con el permiso de Carles Puigdemont, que ha mostrado su deseo de encabezar la candidatura, un gesto simbólico porque no podrá hacer efectiva la elección por su situación penal, pero con indudable prestigio cazavotos por su carisma entre el mundo secesionista.
«España es paro y muerte»
Canadell, que en su día llamó a los catalanes a llevar una careta de Puigdemont en el asiento del coche para «recordar a los presos y exiliados», fue de los primeros que aprovechó la pandemia para cargar contra España y mantener que en una Cataluña independiente se habrían lamentado menos víctimas. «España es paro y muerte; Cataluña, vida y futuro», afirmó. No consta que hasta la fecha haya pedido disculpas.
Su cuenta de Twitter, como ya le pasó a Quim Torra con artículos de corte xenófobo del pasado, es un arsenal con mucha munición para la oposición. «El día que entiendan que Cervantes (Servent) era de la nación catalana y que con El Quijote se mofaba de Castilla, reirá todo el mundo», escribió. «¿Cuándo os haréis eco del expolio histórico que padecemos? Colon, Cervantes, Lazarillo de Tormes, Da Vinci, Marco Polo», añadió.
El mundo gira en torno a Cataluña, según las teorías de las que es seguidor el Instituto de la Nueva Historia, calificado por la Academia de centro divulgador de la seudohistoria. Los terraplanistas en versión catalana.
También defendió a Donald Trump. «Pediría por prudencia que el mundo ‘indepe' no se sitúe en contra de Trump», tuiteó. Y sobre el rey y Pujol apuntó: «Mientras no se investigue el origen de la fortuna del rey Juan Carlos no quiero oír hablar de ‘caso Pujol'. Ya le juzgaremos cuando seamos Estado», remató.
Eso en Twitter. Ahora defiende que Cataluña sea un país como Dinamarca, Holanda o Austria y no que juegue en la «liga de las autonomías, como Madrid o Andalucía». Y es que, a su juicio, España es el «peor país de Europa». Propone que a partir de ahora la Generalitat debería tener una doble contabilidad. Por un lado, la que tiene como autonomía «gestionando la miseria dentro de España» y, por otro, la que tendría si Cataluña fuera un Estado. Para explicar todo lo que podría hacer y no hace (por culpa de España).
La doble cara de JxCat
JxCat, no obstante, tiene una doble cara porque no solo se presenta como una formación cien por cien independentista, sino como la que se preocupa de la gestión. De la misma manera que Puigdemont, desde la presidencia del Consejo para la República, se pone como objetivo de la próxima legislatura reactivar la declaración unilateral de independencia del 27 de octubre del 2017. Su partido gobierna en la Diputación de Barcelona, tercera institución de Cataluña, con el PSC. Ante la imputación de la presidenta, la socialista Nuria Marín, JxCat ha cerrado filas con la dirigente socialista.