Iglesias insiste en que «no hay una plena normalidad democrática» en España: «Voy a seguir diciendo la verdad pese a las amenazas»

Francisco Balado Fontenla
Fran Balado MADRID | LA VOZ

ESPAÑA

SUSANA VERA | Reuters

Presume de decir la «puñetera verdad» en el Gobierno y asegura que nadie dentro del Ejecutivo de coalición le ha sugerido que deje su cargo: «Vamos, solo faltaría». 200 intelectuales y expolíticos del PSOE, PP y Cs piden la destitución del vicepresidente Iglesias

12 feb 2021 . Actualizado a las 00:12 h.

Pedro Sánchez entró este jueves de lleno en la pugna interna que mantienen el PSOE y Podemos dentro del Ejecutivo a consecuencia de unas palabras de Pablo Iglesias en las que cuestionaba los estándares democráticos del país del que es vicepresidente del Gobierno, llegando a equiparar la situación de los líderes secesionistas catalanes con la del opositor ruso Alekséi Navalni. Sánchez no mencionó directamente el asunto, pero resultó evidente su alusión al mismo: «Cuando uno sale de España, se da cuenta de la enorme suerte que tenemos, vital, de haber nacido, crecido y poder vivir en este gran país», manifestó en su intervención durante el acto oficial que acogió hoy la Moncloa.

Sánchez daba continuidad así a la postura fijada en las últimas horas por otros gobernantes del sector socialista, como las vicepresidentas Calvo y Calviño, dos de los grandes contrapesos de Iglesias dentro del Consejo de Ministros y las primeras en rebatir al líder de Podemos su cuestionamiento de la democracia española. Este miércoles también fue el turno Margarita Robles: «España es una democracia plena, una de las más avanzadas del mundo, con instituciones sólidas, con derechos y libertades consolidadas», reivindicó la ministra de Defensa, otra de las voces dentro del Gobierno más críticas con determinados comportamientos o declaraciones de los dirigentes de Podemos.

Estas divergencias dentro de la coalición no son algo inédito, ya que a lo largo de la legislatura PSOE y Podemos han exteriorizado importantes roces, incluyendo asuntos de Estado, lo que sí es novedoso es que, a diferencia de otras ocasiones, esta vez la tensión han ido in crescendo; tal y como admiten sus propios protagonistas, quizá buena parte de la culpa se deba a la proximidad de las elecciones catalanas fijadas para este domingo.

«Esto no va de ránkings»

De este modo, lejos de una rectificación o un intento por dejar que el tema se consuma, el vicepresidente segundo del Gobierno siguió ayer insistiendo con un asunto. Si el lunes en una entrevista en Ara afirmaba que «no hay una situación de plena normalidad política y democrática en España», ayer perseveró en otra entrevista a Rac 1: «Es obvio que en España no hay plena normalidad democrática», insistió. «Voy a seguir diciendo la verdad a pesar de las amenazas», denunció. Para justificar su postura, Iglesias recurrió a lo que llamó «huida» de Juan Carlos I fuera del país, a la inminente entrada en prisión del rapero Pablo Hasel por enaltecimiento del terrorismo e injurias a la Corona o al «bloqueo» para renovar el Consejo General del Poder Judicial.

El número tres del Ejecutivo fue cuestionado sobre la destacada posición que España ocupa en varios ránkings elaborados por diversas organizaciones que evalúan el funcionamiento democrático de cada Estado, clasificaciones en las que está por delante de países de incuestionable tradición democrática, como Estados Unidos o Francia. «Esto no va de ránkings ni de que la democracia española es mejor que la rusa, o que la rusa es mejor o peor que la de Arabia Saudí o la de Marruecos», dijo.

El líder de Podemos garantizó que su relación personal con Sánchez es «enormemente cordial», pero puntualizó que mantienen diferentes posiciones en varios asuntos, entre los que destacó la «defensa de la monarquía» por parte del PSOE. No obstante, Iglesias a que «la lealtad es ser leales a lo que ha hecho posible este Gobierno», dijo, apuntando al programa acordado por ambos líderes tras la repetición electoral de noviembre del 2019.

Por otra parte, el presidente del PP, Pablo Casado, volvió a pedir ayer a Sánchez su cese, detallando que el «responsable» de que un vicepresidente realice estas «impresentables» declaraciones no es el líder de un partido «comunista y populista», sino de quien lo «metió» en el Gobierno.

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Lanzan hoy el manifiesto titulado «Cesar en la infamia: Pablo Iglesias debe ser destituido»

Unas doscientas personalidades del mundo político, intelectual, académico, diplomático y económico han lanzado este jueves el manifiesto titulado «Cesar en la infamia: Pablo Iglesias debe ser destituido» para pedir la destitución del vicepresidente segundo por cuestionar la normalidad democrática en España.

Entre estas personas destacan antiguos dirigentes del PSOE como Joaquín Leguina o Nicolás Redondo Terreros, que preside la Asociación La España que Reúne, del Partido Popular como Soledad Becerril, o de Ciudadanos como Francesc de Carreras o el actual vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Francisco Igea. Asimismo, firman el manifiesto entre otros el historiador José Álvarez Junco, Andrés Trapiello, Feliz de Azúa, la filósofa Adela Cortina, Álvaro Delgado Gal, Rafael Spottorno o el exministro socialista y escritor César Antonio de Molina.

Si su destitución no se produce, advierten, «el coste electoral que pueda sufrir el Partido Socialista será lo de menos. Más debería preocuparnos el precedente de haber llevado al Gobierno a una persona cuya única virtud conocida es la demagogia y cuya única vocación es el frentismo. Las palabras tienen consecuencias. La democracia española no se puede permitir la presencia de un pirómano en el Consejo de Ministros. Ante la historia quedará la responsabilidad de quien lo nombró».