Pedro Sánchez defiende que España es una democracia plena y Pablo Iglesias insiste en negarlo

ESPAÑA

Socialistas y morados reflejan su tensión y no se aplauden unos a otros
18 feb 2021 . Actualizado a las 09:00 h.El Congreso se convirtió en el escenario en el que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, expresaron sus diferencias en torno a la calidad de la democracia española. La oposición planteó una batería de preguntas a ambos para que el jefe del Ejecutivo aclarara si estaba de acuerdo o no con el número tres de su Gobierno cuando afirmó que en España «no hay una situación de plena normalidad política y democrática» y para que el propio Iglesias aclarara si se reiteraba o no en sus palabras.
«España es una democracia plena, que figura entre las 23 democracias plenas del mundo según un estudio que evaluó a 177 países», señaló Sánchez en respuesta a la líder de Ciudadanos Inés Arrimadas. Eludió sin embargo cuestionar a Iglesias e indicó que el Gobierno trabaja para que España suba en ese ránking, con la «extensión de los hábitos democráticos, como por ejemplo la defensa de la libertad de expresión, la participación pública y la extensión de derechos y libertades».
Pero al llegar su turno, el vicepresidente segundo del Ejecutivo se ratificó en su tesis de que no hay una democracia plena. «Ojalá hubiera plena normalidad democrática en España, pero si no la hay es precisamente por lo que su partido le ha hecho a la democracia española», le respondió al secretario general del PP, Teodoro García Egea. Iglesias variaba así su argumento, porque cuando hizo sus declaraciones afirmó que en España no había «normalidad democrática» por el hecho de que el líder de ERC, Oriol Junqueras, esté en la cárcel y el de Junts per Catalunya, Carles Puigdemont, esté «en el exilio». Para reforzar su tesis, ayer destacó el hecho de que en el Congreso se estuviera discutiendo si en España hay o no normalidad democrática.
PP y Cs hablan de «sandeces»
En su intervención, Garcia Egea dijo que lo que no es normal democráticamente es que un Gobierno acose al Poder Judicial, que una exministra sea fiscal general, o, que «se pague a una niñera con dinero público». «Los españoles se preguntan si aparte de decir usted sandeces, trabaja algo por España», le espetó líder de Podemos. En su réplica, Arrimadas pidió también en a Iglesias que deje de decir «sandeces» y reclamó a Sánchez que «reaccione y actúe de una vez» ante las actuaciones de su vicepresidente segundo «antes de que sea tarde».
Socialistas y morados reflejan su tensión y no se aplauden unos a otros
G .B.
Las diferencias entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, no se quedaron ayer en las palabras, sino que se reflejaron también en los gestos de ambos y en los de todos los miembros de sus respectivos grupos parlamentarios. Tras la intervención de Sánchez defendiendo la calidad de la democracia española, Iglesias, sentado a poco más de un metro, no aplaudió sus palabras, y tampoco lo hicieron el resto de ministros y diputados socialistas. Y después, cuando Iglesias insistió en cuestionar la democracia española, ni Sánchez, ni la vicepresidenta Carmen Calvo, sentada su lado, ni ningún diputado del PSOE aplaudió, en contra de lo que suele ser habitual. Los gestos de unos y otros reflejan las tensiones internas en el Gobierno en los últimos días.