Sánchez elevará a Calviño a la vicepresidencia segunda y Yolanda Díaz ocupará la tercera con Trabajo

Paula de las Heras MADRID / COLPISA

ESPAÑA

La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz
La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz MINISTERIO DE TRABAJO | EP

Iglesias evita el choque sobre ese movimiento que busca, según el PSOE, dar «coherencia» a la estructura del Gobierno

16 mar 2021 . Actualizado a las 22:14 h.

La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, será vicepresidenta, pero no segunda como es ahora Pablo Iglesias, sino tercera. Y Nadia Calviño ascenderá un puesto en el escalafón. Pedro Sánchez aseguró el lunes que no habría «problema» para asumir el planteamiento que lanzó su socio de coalición al anunciar por sorpresa su decisión de abandonar el Gobierno para competir contra la popular Isabel Díaz Ayuso en las elecciones del 4 de mayo en la Comunidad de Madrid. Pero su afirmación tenía matices. El jefe del Ejecutivo y el secretario general de Unidas Podemos celebraron este martes una reunión, tras el Consejo de Ministros, para hablar sobre cómo se acometerá el relevo impuesto por este último giro de guion en la política española. Y en ella, Sánchez ya trasladó a Iglesias que la ministra de Trabajo tendría que elegir: o mantenía la cartera y entonces pasaba a ocupar la vicepresidencia tercera u ocupaba la vicepresidencia segunda y tendría que renunciar a su actual ministerio.

Los socialistas aseguran que los reparos del presidente no tenían más fundamento que la necesidad de «dar coherencia a la estructura del Gobierno» y argumentan que, siendo ministra de una cartera económica, Díaz no podía pasar a estar por delante de la actual vicepresidenta y ministra de Economía, Nadia Calviño. Esta vez, Iglesias pareció aceptar el planteamiento y lejos de poner el grito en el cielo, como en otras ocasiones, transmitió a los suyos la idea de que todo estaba bien.

Al término del encuentro con Sánchez, de hecho, la Secretaría de Estado de Comunicación emitió un comunicado en el que aseguró que, en términos generales, había habido entendimiento entre ambos. Y el portavoz de Unidas Podemos en el Congreso, Pablo Echenique se apresuró a corroborarlo. «Faltan detalles de los que tendrán que informar ellos, pero me consta que en lo fundamental está ya hecho», dijo.

La pelota estaba en el tejado de la propia Yolanda Díaz y esta ha preferido mantener las competencias que ha venido desempeñando hasta la fecha. No solo porque el suyo es probablemente el ministerio con más atribuciones y capacidad de gestión de los logrados por Unidas Podemos en el acuerdo de coalición, sino porque en él ha logrado brillar por encima de sus colegas y desde él pretende seguir dando algunas de las batallas más importantes para la formación: la subida del SMI y la derogación de la reforma laboral.

En principio, no habrá pega para atender el otro requerimiento de Iglesias, que Ione Belarra, actual secretaria de Estado para la agenda 2030 y muy crítica contra la ministra de Defensa, Margarita Robles, se haga cargo del ministerio de Derechos Sociales. «No vetamos», afirman fuentes del PSOE y el Gobierno.

Estabilidad

La principal preocupación del jefe del Ejecutivo en este momento, en el que España se juega recibir los fondos europeos para la recuperación y los ciudadanos viven la angustia de la pandemia, es en todo caso ofrecer una cierta imagen de estabilidad y tratará de que la salida del líder de Podemos sea lo más limpia posible. «No va a hacer algo que provoque más ruido que soluciones», remarcan en el Gobierno.

La ministra portavoz y titular de Hacienda, María Jesús Montero, se mostró  tajante, en ese sentido, al negar la posibilidad de que Sánchez aproveche la ocasión para adelantar elecciones. En el PSOE creen que no tendrían nada que ganar porque, aunque podrían subir en torno a doce escaños, según las encuestas internas, seguirían, hoy por hoy, dependiendo de Podemos. En el Gobierno y en el partido, además, hay quien cree que la marcha de Iglesias -que no se materializará hasta finales de abril, cuando empieza la campaña electoral- puede ser una oportunidad para rebajar el grado de confrontación que ha caracterizado la vida de la coalición hasta la fecha porque, así como el líder de Podemos entiende que la manera de no ser engullido por los socialistas es hacer públicas sus discrepancias, Díaz ha demostrado que tiene otra forma de hacer política.

Sin embargo, no todos los socialistas comparten esa lectura y los más prudentes llaman a esperar los resultados de las elecciones madrileñas antes de dar nada por hecho. Montero, en cualquier caso, se esmeró por transmitir, en su comparecencia habitual tras el Consejo de Ministros, que el Ejecutivo no quiere ya más sobresaltos. Y aunque en el PSOE hay quien no descarta que Sánchez aproveche para hacer una crisis de Gobierno más amplia, ella garantizó que lo que no variará es la «hoja de ruta» de la coalición.