La izquierda y la derecha se echan a la cara las cifras de fallecidos por el covid
22 abr 2021 . Actualizado a las 10:43 h.Isabel Díaz Ayuso salió políticamente viva de un debate muy marcado por la gestión de la pandemia. Poco activa, y dejando que los demás se enzarzaran, resolvió sin errores el que se presentaba como su principal escollo en la carrera por revalidar la presidencia de Madrid. Enfrente, el candidato socialista, Ángel Gabilondo, retiró su promesa de no pactar con Iglesias. «Pablo, tenemos 12 días para ganar las elecciones», le dijo, aunque trató de disputar a Ciudadanos el voto moderado en un tono algo más ágil y punzante que el que ha mostrado en sus mítines. «Yo soy de centro», dijo el candidato de Ciudadanos Edmundo Bal, a lo que Gabilondo respondió con rapidez: «yo conozco ese sitio».
El líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, buscó permanentemente el cara a cara con Ayuso, tratando de desorientarla con preguntas constantes y desgranando datos, al igual que la representante de Más Madrid, Mónica García. La candidata de Vox, Rocío Monasterio, provocó permanentemente a Iglesias y marcó terreno propio frente al PP enarbolando sus propuestas más identitarias, mientras que Edmundo Bal se erigió en árbitro de la intensa contienda. «Me niego a pensar que la opción para luchar contra Iglesias es Vox», afirmó.
No hubo choques en el bloque de izquierda, que mantuvo la unidad de acción y se centró en atacar a Ayuso. Y en el otro frente, Monasterio buscó desbordar a la candidata del PP por la derecha, pero la popular eludió siempre ese anzuelo. Ignorando a Gabilondo, aunque le adelantó que no lo apoyará como defensor del pueblo, Ayuso confrontaba directamente con Pedro Sánchez. «Yo no soy Sánchez, soy Ángel Gabilondo», protestó el socialista ante su insistencia en esa estrategia.
Pandemia
Ayuso e Iglesias se arrojaron a la cara los datos de los muertos en Madrid y en España. El líder de Podemos llamó «indecente» a la popular por negar que las cifras de la Comunidad son las peores de España y Europa. La popular tachó de «falso» ese dato, llamó «mezquino» a Iglesias y le acusó, al igual que a Gabilondo, de aprovecharse «del dolor de las familias». «Yo no inventé el virus», dijo, y afirmó que el covid «entró a España por Barajas, donde no ha habido ningún control». Monasterio propuso «abrir Madrid» retirando todas las restricciones y acusó a Iglesias de tener «la desfachatez» de estar «en su chalé de Galapagar viendo series de Netflix a un ritmo de 30 muertos por capítulo». Gabilondo destacó los 6.300 fallecidos en residencias de ancianos y cuestionó el plan de vacunación de Madrid. Pero Ayuso defendió su gestión de la pandemia y presumió de haber «mantenido viva» la economía madrileña. A eso, Gabilondo respondió con el dato del 34,2 % de paro juvenil y tachó de «vergüenza» que Ayuso llame «mantenidos» a quienes están en las «colas del hambre». Pero ahí, Ayuso encontró ayuda de Monasterio, que culpó a Sánchez de haberlas creado.
La polémica de los menas
Lejos de arredrarse por las críticas, Monasterio exhibió en el debate el cartel que cuestiona el gasto en los menas que ha sido denunciado por el Gobierno ante la Fiscalía. Ayuso criticó esa propaganda y negó las cifras de Vox sobre el número de menas. Iglesias «llamó indecente» a Ayuso y aseguró que lo que defiende Vox «no tiene cabida en la democracia», a lo que Monasterio respondió acusándole de liderar a quienes les «apedrean» en los mítines. En materia social, Iglesias defendió su propuesta de regular los precios del alquiler y Gabilondo abogó por «buscar una solución», pero sin comprometerse con la propuesta del líder morado. García se centró en destacar la desigualdad de género y denunció la «carrera de obstáculos» de las mujeres en Madrid.
Sobre los impuestos, Gabilondo mantuvo su plan de no subirlos «en este momento». Pero aquí sí discrepó Iglesias. «Pero vamos a ver Ángel», le dijo, insistiendo en que hay que recuperar los de patrimonio y sucesiones. «Devuelva la indemnización que se ha llevado de todos los españoles», le espetó Monasterio a Iglesias, defendiendo una bajada de impuestos. Ayuso prometió nuevas bajadas y sostuvo que Madrid recauda más con una presión fiscal más baja gracias al apoyo del PP a los emprendedores, frente a un Pedro Sánchez al que acusó de «atacar a Madrid». García culpó Ayuso de descapitalizar los servicios públicos bajo el lema «ayuda a un millonario» Y Bal cargó contra Gabilondo preguntándole que hará cuando Sánchez, presionado por los independentistas catalanes, suba los impuestos a Madrid.
Política de pactos
La aclaración de la política de pactos era una de las incógnitas. Bal apostó por reeditar la coalición con el PP. Iglesias y García se comprometieron a formar con Gabilondo un Gobierno de izquierda y evitar que gobierne la derecha. Monasterio garantizó que los votos de Vox frenarán a la izquierda en Madrid, aunque no reclamó su entrada en el Gobierno. Ayuso apostó por gobernar en solitario. «Ni con Vox ni con el PP», dijo Gabilondo, que olvidó su «con este Iglesias no» y dijo confiar en el apoyo de Iglesias para frenar «al dúo de Colón».
El debate de las elecciones madrileñas, solo la segunda opción más vista del día en televisión
El programa emitido por varias cadenas nacionales fue seguido por tres millones de espectadores en toda España, por detrás del especial de Telecinco sobre Rocío Carrasco
La Voz
Espectáculo o política. El duelo planteado ayer en las televisiones generalistas tuvo un claro ganador. Telecinco logró ser la cadena más vista en España tirando de nuevo del filón Rocío Carrasco. Programó un especial, con entrevista incluida que se convirtió en la opción más vista en España: 3.566.000 espectadores, con un 20,3 % de cuota de pantalla.
El debate a seis de los candidatos a las elecciones madrileñas estuvo cerca, pero no pudo superar la cifra, a pesar de ser emitido, entre otras, por La Primera y el Canal 24 horas, La Sexta, y por supuesto, Telemadrid, la organizadora y distribuidora de la señal del evento. Hasta siete cadenas apostaron por incluir el programa en su parrilla en horario de máxima audiencia. En total 3.325.000 telespectadores, con una cuota del 19 %.
El debate si fue lo más seguido en la comunidad de Madrid, ya que logró una audiencia media de 910.000 personas y el 36,4 % de cuota de pantalla (el porcentaje que lo vio sobre el total que tenía encendida la tele).