Juan Francisco, el submarinista de la Guardia Civil que salvó a un bebé de morir ahogado en el Tarajal

La Voz REDACCIÓN

ESPAÑA

Un agente del GEAS (Grupo Especial de Actividades Subacuáticas) de Ceuta rescató a este bebé de apenas unos meses de vida
Un agente del GEAS (Grupo Especial de Actividades Subacuáticas) de Ceuta rescató a este bebé de apenas unos meses de vida @guardiacivil

Es la imagen de cómo el personal civil y militar que trabaja en Ceuta lucha por salvar la vida a los millares de inmigrantes que han puesto en peligro sus vidas para acceder a la ciudad autónoma

20 may 2021 . Actualizado a las 11:52 h.

La crisis de Ceuta es también una crisis migratoria. Miles de personas han puesto sus vidas en peligro para llegar a nado a la playa del Tarajal, una travesía que no está exenta de peligros, sobre todo para los más pequeños. Una imagen se ha convertido en viral es la de Juan Francisco, un agente del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas de la Guardia Civil (GEAS) destinado en Ceuta, que ha salvado de morir ahogado a un bebé que había caído al agua durante la jornada de este martes. El menor se encuentra a salvo y en buen estado.

La imagen viral de Juan Francisco es el ejemplo del trabajo de muchos, tanto personal civil como militar, que ayudan a los que han puesto en peligro sus vidas ante la permisividad del gobierno marroquí. La propia Guardia Civil ha querido reconocer en Twitter este gesto que es el ejemplo de otros muchos.

El guardia civil y su compañero Braulio vieron a la madre con el bebé, intentando aproximarse a la costa española. No lo dudaron un segundo y se lanzaron al agua al rescate. «Cogimos al bebé, estaba helado, frío, no gesticulaba...», ha recordado en una entrevista en la cadena Cope. La madre llevaba al bebé en la espalda. En ocasiones no sabían si eran bebés, niños pequeños «mochilas o ropa» lo que portaban los migrantes. «Fue un poco traumático», señala en una información recogida por Colpisa

La jornada fue una de las más duras que recuerdan los miembros de Cruz Roja, del Ejército y de las Fuerzas de Seguridad del Estado desplazadas a Ceuta. «Estábamos atentos a todas las personas que creíamos que no iban a ser capaces de llegar desde donde querían salir a zona española porque la única intención que tenían era llegar como fuera a la parte donde tenemos nuestras ag fuera. Iban con flotadores de juguete, con botellas vacías, con lo que fuera... Algunos llevaban chalecos como de corcho mal colocados. Estábamos muy atentos a las personas más vulnerables que no iban a ser capaces de mantenerse a flote en el agua y había muchos padres y madres con los hijos amarrados como podían. Se los echaban a las espaldas con telas y ropas», ha señalado el agente.

El buzo también lamenta uno de los momentos más negros de la jornada, la desaparición en el mar de un migrante al que perdieron de vista debido a la avalancha de llegadas que se estaba produciendo en ese momento. Unos 1.500 inmigrantes de los 8.000 que entraron en la ciudad autónoma eran menores. Muchos venían solos y otros con sus familias.