La ministra de Exteriores fue la artífice de la acogida en España de Brahim Gali
04 jun 2021 . Actualizado a las 05:00 h.La que fuera directora del Centro de Comercio Internacional y subsecretaria general de la Organización de las Naciones Unidas, Arancha González Laya, es la ministra de Pedro Sánchez que más choques ha tenido con sus compañeros. La jefa de la diplomacia española, una jurista más experta en cuestiones comerciales que en las de cortesía internacional, se ha enfrentado en varias ocasiones a sus compañeros de Defensa, Margarita Robles; Transportes, José Luis Ábalos; e Interior, Fernando Grande-Marlaska. El año pasado, la Moncloa la apartó en la crisis del Delcygate, la llegada a España de la vicepresidenta venezolana, sancionada por la Unión Europea, para que la solucionase Ábalos.
Estos días, a raíz del conflicto con Marruecos, desatada por acoger al saharaui Brahim Gali, Laya fue advertida por Marlaska de que ese «grave error» acarrearía consecuencias en la política de Marruecos, más teniendo en cuenta que sobre él pesaba una requisitoria judicial. El titular de Migraciones, José Luis Escrivá, intentó poner paz: «No hay relación entre una cosa y otra». Finalmente, Pedro Sánchez dio su consentimiento a Laya. Pero Marlaska, piloto de las relaciones con Rabat en materia de inmigración se olía «una crisis diplomática». El martes, con la marcha de Gali a Argelia volvieron a saltar chispas. Un avión argelino intentaba recogerlo en Logroño. Exteriores lo sabía, pero Defensa, no, y cuando llegó al espacio aéreo español, en la zona de Ibiza, controladores militares ordenaron que volviera por donde había llegado. Horas más tarde, y con Exteriores, Defensa y Transportes ya informados, otra aeronave lo recogió en Pamplona. Laya se quitó así un peso de encima, pero, tras meses prodigándose en los medios, el miércoles suspendió la comparecencia con su homóloga belga y evitó tener que explicar la marcha de Gali.