El trabajo del barco se concentró desde el principio en un área de unas diez millas cuadradas, marcada por los miembros del buque y los investigadores de la Guardia Civil
11 jun 2021 . Actualizado a las 10:34 h.La desaparición de las dos pequeñas en Tenerife conmocionó a toda España. Tras varios días buscando pistas sobre Ana, Olivia y su padre en todas direcciones, la Guardia Civil focalizó todas sus sospechas en el mar y recurrió al barco Ángeles Alvariño, con base en Vigo, para explorar una zona muy compleja en busca de cualquier indicio.
Hace diez días llegó a la zona de Puertito de Güimar el Ángeles Alvariño, que desplegó su moderna tecnología para ir encontrando pequeñas pistas. Hasta este jueves a media tarde, cuando halló el primero de los cuerpos de las desaparecidas. A bordo de esta embarcación viaja el robot submarino no tripulado Liropus, capaz de maniobrar hasta los 2.000 metros de profundidad, y que fue empleado, por ejemplo, para la observación del volcán submarino Tagoro, frente a La Restinga (El Hierro). Está equipado con siete cámaras, puede recorrer el fondo marino, enviar imágenes en directo e incluso recoger muestras. Además también cuenta con con un sonar de barrido lateral, un aparato que usa la propagación del sonido bajo el agua para obtener imágenes digitales de la superficie del fondo marino. Las señales acústicas emitidas rebotan en el fondo creando una imagen del mismo. Sus aplicaciones más comunes incluyen la cartografía detallada de comunidades de los fondos marinos, localización de tuberías, viaductos o cables, la búsqueda de objetos o yacimientos arqueológicos sumergidos, entre otros.
«Es un gran laboratorio marino», explicaba a La Voz la semana pasada Santiago Martín, responsable de Astilleros Armón, el fabricante que se encargó de la construcción del buque en el 2011 durante 16 meses para el Instituto Español de Oceanografía (IEO), dependiente del Ministerio de Ciencia e Innovación.
La Guardia Civil había destacado este pasado miércoles las dificultades del trabajo que realiza el buque oceanográfico debido a la compleja orografía de los fondos marinos canarios.
Tras el hallazgo de una botella de buceo y una funda nórdica, propiedad del padre de las niñas, el Ángeles Alvariño siguió trabajando ininterrumpidamente durante todo el día y la noche en la zona acordada por la tripulación del Ángeles Alvariño y la Guardia Civil a partir del geoposicionamiento del móvil de Tomás Antonio Gimeno. la noche del 27 de abril, cuando se hizo a la mar en dos ocasiones sin las niñas.
El trabajo del barco con sede en Vigo se concentró desde el principio en un área de unas diez millas cuadradas, marcada por los miembros del buque y los investigadores de la Guardia Civil. Hasta que llegaron las malas noticias este jueves a media tarde.
Hoy el buque oceanográfico continúa en la zona donde, en el día de ayer, fue hallado el cuerpo sin vida de Olivia para tratar de encontrar a su hermana Anna, de tan sólo un año, y su padre, Tomás Gimeno.