Tomás Gimeno mató a sus hijas en su finca, las envolvió en toallas y las metió en bolsas de basura antes de tirarlas al mar
ESPAÑA
La autopsia revela que la pequeña Olivia murió por un edema agudo de pulmón. La niña estaba ya muerta cuando fue lanzada al agua, según un neumólogo. La madre quiere borrar el apellido del parricida Tomás Gimeno, que le fue infiel varias veces durante su matrimonio
15 jun 2021 . Actualizado a las 12:57 h.Tomás Gimeno, padre de Olivia y Anna, planificó la muerte de sus hijas para provocar a la madre «un dolor inhumano» y sumirla en la incertidumbre, pues en su pretensión se hallaba que sus cadáveres jamás fueran localizados. Esta es la tesis que mantiene la titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Güímar en un auto dictado este sábado.
Olivia, cuyo cadáver apareció en una bolsa atada a un ancla, murió a causa de un edema pulmonar agudo, según el informe de la autopsia. Su hermana Anna corrió el mismo destino, según da por hecho el juzgado que investigaba los hechos. La segunda bolsa que contenía el cadáver de la más pequeña de las hermanas fue encontrada rota y vacía, con solo unos lastres en su interior.
Olivia estaba ya muerta cuando fue lanzada al agua, según un neumólogo
El edema pulmonar agudo, que ha causado la muerte de la niña Olivia Gimeno, según la autopsia, se produce tras una intoxicación por envenenamiento respiratorio al inhalar algo tóxico, según ha explicado a Efe el vicepresidente de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), Germán Peces-Barba. Este neumólogo considera que si Olivia falleció por edema pulmonar agudo estaba ya muerta cuando fue lanzada al agua ya que «si hubiera sido un ahogamiento tendría que haber agua aspirada por vía pulmonar».
Peces Barba ha explicado que el edema pulmonar se produce cuando los alveolos exudan un líquido (el edema) que inunda esos alveolos que dejan de funcionar porque no hay paso a la entrada del aire. A juicio del experto, el edema pulmonar se produce «ante una exposición a algo tóxico, algo irritante o abrasivo que suscita la respuesta de exudar el edema», que es un líquido que está donde debe haber aire y corta la barrera para recibir oxígeno.
En el caso de Olivia, según Peces Barba, «estamos ante una reacción inflamatoria del pulmón y el contenido del pulmón es el exudado, si la niña hubiera sido lanzada viva al agua tendría agua del mar en su interior y eso no sería un edema, sería un ahogamiento».
Fajo de 6.200 euros
Tomás Gimeno se llevó a sus hijas el día 27 de abril a las cinco de la tarde, con el compromiso de devolverlas al domicilio materno a las nueve. A los pocos minutos, el padre se dirigió en su coche Audi A3 color blanco a un centro educativo de El Rosario, adonde acudía Olivia dos veces por semana. Allí se vio con su pareja actual, directora del centro escolar, a quien entregó un estuche en forma de lapicero con cinta de embalar. Le pidió que lo abriera a las 23.00 horas. Lo hizo casi cinco horas antes y encontró en su interior un fajo de billetes por valor de 6.200 euros y una carta de despedida.
Acto seguido el presunto asesino puso rumbo al domicilio de sus padres, donde dejó a sus hijas hasta las 18.30 horas. En ese lapso de tiempo acudió solo al puerto de la Marina de Santa Cruz de Tenerife. Se dirigió a su barco e introdujo en el agua el motor y lo arrancó para ver si funcionaba.
Regresó al domicilio de sus padres a las 19.47 horas y se llevó a las niñas. Fue entonces cuando acudió a su casa de Igueste de Candelaria. «Presuntamente, en dicha finca Tomás dio muerte a sus hijas, envolviéndolas en toallas e introduciéndolas en bolsas de basuras y estas en bolsas de deporte», que colocó en el vehículo. Volvió a tomar el coche, ya con los cadáveres de sus hijas en su interior, y se encaminó a casa de sus padres donde llegó a las 21.13 horas para dejar a escondidas a su perro Oto, dos tarjetas de crédito con sus claves y dos juegos de llaves de su Alfa Romeo negro.
Eran las 21.27 horas cuando el presunto asesino se presentó en el puerto de la Marina de Santa Cruz de Tenerife, y el vigilante le abrió la puerta. En tres viajes, desde el puerto hasta su lancha, trasladó las bolsas de deporte, donde se encontraban los cuerpos de Anna y Olivia.
Pese a las circunstancias, habló con su mujer a las 21.51 horas para decirle que ya no iba a ver más a las niñas ni a él, que se iba con ellas y que «iba a empezar una nueva vida». «Cuando ya estaba suficientemente alejado de la costa y sobre una zona que conocía profunda, Tomás arrojó al mar las bolsas de deporte que contenían el cuerpo sin vida de su hija Olivia y presuntamente el de su hija Anna, ambas amarradas a un ancla por medio de una cadena y un cabo», relata la jueza.
En la bocana de la dársena pesquera, el barco del asesino se cruzó con una embarcación de la Guardia Civil, que supervisó a distancia la nave. Los agentes propusieron la imposición de una sanción al presunto asesino por infringir el toque de queda. Gimeno fue a su coche para buscar la documentación y dijo a los guardias civiles que pasaría la noche en el barco, cosa que no hizo.
El investigado se quedó sin batería del móvil y pidió un cargador al vigilante del puerto. Ninguno de los que le ofrecieron eran compatible, así que compró uno en una gasolinera. Regresó a la Marina para cargar el teléfono. A las 00.27 horas zarpó de nuevo. Sobre las dos de la madrugada volvió a hablar con su exmujer y mandó mensajes de despedida a sus amigos. El resto del relato ya se conoce: la localización del barco a la deriva, la sillita de retención infantil y el hallazgo de Olivia.
Mientras tanto, a la conmoción instalada en la sociedad canaria en particular, y en el conjunto de España por extensión, tras el hallazgo del cadáver de la pequeña Olivia se suma ahora la tensa espera por localizar los otros dos cuerpos y poner punto final a esta dramática historia.
La madre quiere borrar el apellido de un parricida que le fue infiel
Beatriz Zimmermann quiere que el apellido Gimeno no aparezca jamás asociado a las pequeñas y que deje de figurar en todos los registros. Así lo anunció el portavoz de la familia y presidente de SOS Desaparecidos, Joaquín Amills. «Ella interpreta que las niñas no merecen llevar el apellido de una persona tan malvada y de esa calaña», dijo Amils sobre Gimeno al tiempo que destacaba la entereza y la fuerza de Zimmermann: «Ha demostrado no tener odio, solo tener generosidad y gratitud. Esa es la Beatriz que he visto todos los días. Ella es la que nos ha dado esperanza a todos».
Amills subrayó que la personalidad de Gimeno es la de un «narcisista y machista» que se creía en posesión de todo, recoge Colpisa. También desveló en un programa de televisión que Tomás Gimeno era un marido infiel que mantuvo numerosas aventuras con otras mujeres durante su matrimonio, incluida una relación estando embarazada Beatriz de la menor de sus hijas, Anna, cuyo cuerpo aún se sigue buscando.
Avería en el buque oceanográfico gallego
Mientras tanto, el buque oceanográfico gallego Ángeles Alvariño del Instituto Español de Oceanografía (IEO), con base en Vigo, regresó ayer al puerto de la capital tinerfeña por primera vez en trece días a causa de una avería en el equipamiento y para proceder al avituallamiento y relevo de la tripulación.
El buque oceanográfico gallego buscaba un cinturón de plomos de buceo que llevaba el padre, de unos ocho kilos de peso, y parte de la cadena del ancla para intentar localizar los cuerpos de Anna, la niña pequeña de solo un año, y el del parricida Tomás Gimeno.
La jueza dicta una orden internacional contra Gimeno por dos delitos de homicidio
La magistrada del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Güímar ha dejado sin vigencia la orden internacional para la detención de Tomás Gimeno por un delito de sustracción de sus hijas Anna y Olivia. En su lugar, ha acordado otra orden internacional por la presunta comisión de dos delitos agravados de homicidio y uno contra la integridad moral en el ámbito de la violencia de género, informa Europa Press. La jueza instructora del caso también ha declarado la pérdida de competencia del Juzgado de Güímar a favor del Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Santa Cruz de Tenerife, donde tiene domicilio la madre de Anna y Olivia.
Según el auto de la magistrada, conocido ayer, hasta la localización del cuerpo sin vida de Olivia el pasado jueves, se habían barajado diversas hipótesis, pero únicamente se habían encontrado indicios acerca de una posible sustracción de las menores por parte de Tomás.
De este modo, desde el Juzgado se trabajó en la búsqueda de cualquier indicio posible que permitiera la localización de las niñas y su padre, sin descartar que se pudiera haber fugado con ellas, dedicando el mayor esfuerzo a la posibilidad de encontrarlas con vida, de ahí que se adoptara una orden internacional de detención contra Tomás y el secreto de las actuaciones.
Sin embargo, la localización del cuerpo de Olivia ha supuesto la objetivación de la comisión de delitos más graves, pues la intención que Tomás tuvo el 27 de abril cuando se llevó a sus hijas no fue sustraerlas de su madre y entorno para llevárselas a un paradero desconocido, sino presuntamente darles muerte de forma planificada y premeditada. Tal y como recoge el auto, todo ello se produjo con el fin de provocar un inhumano dolor a su expareja, a la que de forma deliberada buscó dejar en la incertidumbre acerca del destino que habían sufrido sus hijas al ocultar sus cuerpos, tras darles muerte, en el fondo del mar, eligiendo lugares alejados de la costa y profundos, donde pensaba que nunca serían encontradas. Todo ello tras anunciar, tanto a su expareja, como a su entorno cercano, que se iba con las niñas y que no les volverían a ver.
Si bien solo se ha localizado, hasta el momento, el cuerpo de Olivia, la hipótesis más probable respecto a Anna es, desgraciadamente, la misma. La segunda bolsa amarrada al ancla se localizó rota, sin nada en su interior, salvo unos lastres.
Atroces actos
Del auto se desprende que Tomás Gimeno había planificado los atroces actos que presuntamente cometió el 27 de abril. El trágico desenlace supone, por un lado, la desaparición de la causa que motivaba el secreto de todas las actuaciones y, por otro, la constatación de indicios acerca de la posible comisión de dos delitos agravados de homicidio y uno contra la integridad moral en el ámbito de la violencia de género.
Esto supone la necesidad de dejar sin efecto la orden internacional de detención previamente dictada por un delito de sustracción de menores, para acordar otra orden internacional de detención que responda a los delitos anteriormente citados dirigida a evitar la posibilidad de que Tomás, cuyo cuerpo no ha sido localizado, pueda sustraerse a la acción de la justicia.