Pedro Sánchez no adelgaza el Gobierno, pese a ser el segundo con más ministros de Europa

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

Nuevo Gobierno de Sánchez julio 2021.Estos son las tres vicepresidentas y los 20 ministros que forman con Pedro Sánchez el cuarto Gobierno de coalición
Estos son las tres vicepresidentas y los 20 ministros que forman con Pedro Sánchez el cuarto Gobierno de coalición Efe / La Voz

La negativa de Podemos a perder carteras, incluso conservando la cuota, mantiene un Ejecutivo desproporcionado y con un récord de gasto en asesores designados a dedo

12 jul 2021 . Actualizado a las 09:00 h.

El plan inicial de Pedro Sánchez incluía una reducción de carteras. Primero, porque el adelgazamiento del Gobierno con más ministros de la democracia (22) casaba con el modelo presidencialista que impone en esta segunda parte de la legislatura. Y segundo, porque así enviaba un mensaje de austeridad en el gasto público cuando toca subir impuestos en un contexto de crisis. Pero la numantina resistencia de Unidas Podemos a perder alguno de sus cinco ministros, incluso manteniendo el mismo porcentaje de carteras, frustró ese plan. Si los morados retenían sus cinco, el PSOE seguía con 17.

El resultado es que el Gobierno de España se mantiene como el segundo con más carteras de Europa, solo superado por el del italiano Mario Draghi, obligado a hacer un auténtico sudoku en un Ejecutivo con representantes de hasta seis partidos y con un presidente del Consejo de Ministros independiente. La eliminación de una de las cuatro vicepresidencias no reduce el organigrama, dado que Félix Bolaños asume el Ministerio de la Presidencia que ocupaba Carmen Calvo.

Países con mucha mayor población tienen ahora menos ministros que España. Alemania, con 83 millones de habitantes, tiene solo 15 carteras. Francia, con 67 millones, se arregla con 17. Y el Reino Unido, con 66 millones, tiene 21 ministros. Sánchez tenía en su mano economizar reunificando, por ejemplo, Ciencia y Universidades, desgajadas en su día para dar un ministerio a Manuel Castells, o eliminando Consumo, que se desligó de Sanidad para buscar hueco a Alberto Garzón. E incluso dejando en dos las vicepresidencias, una para el PSOE y otra para Unidas Podemos. Pero ha optado por un Gobierno largo y estrecho, que le permite además incorporar alcaldesas en promoción de cara a las municipales y también plantear alternativas a barones díscolos como el castellanomanchego Emiliano García-Page o el aragonés Javier Lambán.

 El ejército al mando de Redondo

Pero, más allá de que se mantenga un Ejecutivo claramente desproporcionado en número de departamentos, lo que está por ver es si con la reorganización en los segundos escalones del nuevo Gobierno se frena el número de cargos designados a dedo en la Administración de Sánchez o si, por el contrario, esa cifra, que se encuentra ya en niveles desconocidos en democracia, aumenta y dispara aun más el desembolso en asesores del Gobierno.

En este momento, según los datos de la propia Intervención General de la Administración del Estado (IGAE), el gasto en personal eventual adscrito al Gobierno asciende a 24,5 millones de euros en lo que va de año. Es la cifra histórica más elevada de ningún Ejecutivo en España. Ese dato, correspondiente al pasado mes de mayo, indica que el montante sigue aumentando pese a la crisis originada por la pandemia, porque esos 24,5 millones de euros suponían ya un incremento del 17 % en el gasto respecto al registrado en abril, que ya marcó un récord histórico. En solo un año, el gasto en personal de confianza y de libre designación por los ministros ha aumentado en más de 3,5 millones de euros, sin contar a los funcionarios adscritos a cada departamento. El gasto total en altos cargos, que incluye a ambos, asciende a 40 millones de euros solo en el 2021.

Es previsible al menos que la salida de Iván Redondo de la jefatura del Gabinete de la Presidencia, y su sustitución por Óscar López, adelgace la cifra de asesores y el correspondiente gasto en ese departamento. El hasta ahora principal estratega de Sánchez, que controlaba además la comunicación, había creado un verdadero ejército en Presidencia con cerca de 500 asesores a su cargo dedicados a esas funciones y elegidos a dedo.