El reparto de cuotas en Unidas Podemos frena la renovación en sus ministerios
ESPAÑA
Admiten el desgaste de Garzón y Castells, pero ven poco margen para cambios
26 jul 2021 . Actualizado a las 05:00 h.El Gobierno de coalición encara la segunda parte de la legislatura con la vista puesta en superar la pandemia y empezar a desarrollar su programa, al calor de la llegada de los fondos europeos de recuperación. En Unidas Podemos se mantuvieron ajenos a la remodelación llevada a cabo en ocho ministerios por Pedro Sánchez. Una maniobra que en el partido morado interpretan como parte de la estrategia socialista para rearmarse de cara a las siguientes elecciones y que la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, tampoco descarta para los suyos. La disyuntiva ha abocado a ambos socios a mirarse de reojo e intentar marcar sello propio. En el 2023, si no se adelantan las generales, volverán a ser rivales en las urnas.
En Podemos reconocen que a Díaz y a la ministra de Derechos Sociales y actual secretaria general del partido, Ione Belarra, solo les frena el delicado reparto de cuotas que mantienen con sus confluencias para llevar a cabo esa remodelación ministerial. De sus cinco carteras, Consumo corresponde al coordinador de Izquierda Unida, Alberto Garzón; Universidades, a Manuel Castells, que representa la porción de En Comú Podem. Por parte de la formación que fundó Pablo Iglesias están la propia Belarra e Irene Montero (Igualdad); y Díaz (Trabajo), que aunque no tiene carné del partido -es militante del PCE- ejerce como interlocutora dentro del Gobierno.
Mientras que en público varios dirigentes como el portavoz parlamentario, Pablo Echenique, y Garzón descartan cualquier cambio y recuerdan la marcha de Pablo Iglesias del Ejecutivo como su «gran remodelación», lo cierto es que Díaz, según insinuó hace semanas y confirman fuentes cercanas a ella, sí se ha planteado llevarlos a cabo. En concreto, en Consumo y Universidades, carteras en las que los morados admiten desgaste. El escollo pasa por mantener unida la red de alianzas en Unidas Podemos, que podría verse comprometida si estos cambios son interpretados desde Izquierda Unida o los comunes como un ataque.
Alquileres e impuestos
El coste político que tendría responder con un movimiento similar al cambio de caras en el sector socialista del Gobierno es elevado, por ello, la semana pasada relanzaron su ofensiva para presionar a los socialistas con su «agenda social», en vísperas de la negociación de los Presupuestos.
En estos dos años que restan a la legislatura, si no hay adelanto electoral, Unidas Podemos intentará diferenciarse del PSOE frente a los votantes de la izquierda, y Díaz y Belarra han elegido la regulación de los alquileres como principal caballo de batalla.
La ministra de Derechos Sociales aseguró el viernes que la futura ley de vivienda «cumplirá con el acuerdo de gobierno» e incluirá esta medida. La vicepresidenta segunda, por su parte, reunió el martes a sus diputados para transmitirles la misma idea: «Hasta ahora el Gobierno lo que ha hecho es sobrevivir, gestionar la mayor pandemia del siglo, pero ahora es el momento de impulsar la agenda social». Díaz puso en el candelero asuntos delicados, como la derogación de la reforma laboral y la subida de impuestos a las rentas altas.