Yolanda Díaz impulsa una plataforma para unir el voto a la izquierda del PSOE
ESPAÑA
El proyecto de la vicepresidenta segunda del Gobierno chocaría con la resistencia de Íñigo Errejón, Ione Belarra e Irene Montero
31 jul 2021 . Actualizado a las 12:34 h.«Estoy escuchando muchas voces de la calle para ver qué opinan sobre la conformación de un espacio que pueda cambiar la vida de la gente». La aspiración de Yolanda Díaz de crear una plataforma política que trascienda el ámbito de Unidas Podemos y agrupe de manera transversal a fuerzas de izquierda, nacionalistas, ecologistas y feministas no es nueva. Pero la vicepresidenta segunda del Gobierno ya no oculta que trabaja activamente en la conformación de esa confluencia que incorpore a «muchos espacios diferentes» para «levantar un proyecto de país para la próxima década». Un espacio que no se vea limitado en lo orgánico por una estructura tan vertical como la de Podemos y en lo electoral por un programa excesivamente dogmático en lo ideológico. Díaz, que no milita en Podemos ni en Izquierda Unida y es la dirigente política nacional con mejor valoración en casi todas las encuestas, tendría a Íñigo Errejón, con el que ya ha contactado, como principal rival a la hora de liderar ese proyecto.
El precedente de AGE
El fichaje de Pablo Iglesias. La experiencia de aglutinar a fuerzas progresistas de distintas procedencias no es nueva para Díaz. Tras su fallida etapa en el Gobierno de coalición con el PSdeG en el Ayuntamiento de Ferrol como concejala de Esquerda Unida, que acabó en ruptura, y después de fracasar en el 2009 en su intento de entrar como diputada de Esquerda Unida en el Parlamento gallego, se alió con Xosé Manuel Beiras en la Alternativa Galega de Esquerda (AGE) en el 2012. Allí confluían ya Esquerda Unida y Anova-Irmandade Nacionalista, pero también los ecologistas de Equo y Espazo Ecosocialista Galego. Fue ella quien fichó como asesor de AGE en aquella campaña a un entonces desconocido profesor llamado Pablo Iglesias, al servicio de IU, y que en el 2014 fundaría Podemos. Luego, en el 2015, Podemos, Anova y Esquerda Unida forjaron En Marea.
Los escollos del plan
Errejón, Belarra y Montero. El plan de Díaz de trasladar ese modelo a nivel nacional choca con dos escollos aparentemente insalvables. Por una parte, Íñigo Errejón está embarcado en una operación similar tras el éxito histórico que supuso superar al PSOE en Madrid. El ex número dos de Podemos quiere convertir a Más País en fuerza hegemónica en el espacio ecologista y feminista, al estilo de los verdes alemanes, disparados en los sondeos, y difícilmente se abrirá a un pacto en el que él no sea el líder. Errejón ya rechazó una candidatura conjunta con Iglesias en las elecciones madrileñas y salió triunfador de ese pulso. Y, por otro lado, tanto Ione Belarra como Irene Montero trabajan para mantener el liderazgo de Podemos, sin que ni siquiera esté claro que se vayan a plegar a que Díaz sea la candidata, como reclamó Iglesias antes de dejar la política. Y Díaz no parece dispuesta a intentar siquiera ese reto mientras no tenga un apoyo unánime.
Sin hiperliderazgo
«Las cosas internas no interesan». Lo que busca ahora Díaz es trasladar el modelo creado en su día en Galicia a la política nacional. La retirada de Pablo Iglesias y el fin del hiperliderazgo que representaba en Podemos ayudan a ese plan, que pretende no solo reagrupar a las formaciones con las que Unidos Podemos llegó a alcanzar 71 escaños en el Congreso en el 2015, sino ampliar ese espacio. Díaz ha logrado ser bien valorada incluso por votantes de centro y de derecha. Y cree que el debate interno entre las confluencias de Unidas Podemos o las luchas por el liderazgo de la formación morada no ayudan a seguir ampliando ese espacio. «Las cosas internas no le interesan a nadie», afirmó el pasado jueves, instando a «abandonar las etiquetas» y crear un espacio «con una nueva mirada», que pueda «cooperar» con el PSOE.
Fuera las etiquetas
Del PCE, pero socialdemócrata. La propia Díaz se aplica a la hora de borrar etiquetas del pasado. Aunque milita en el PCE, acaba de asegurar que las políticas que ella practica «son socialdemócratas». Y el mismo hecho de ser vicepresidenta de un Gobierno de coalición con el PSOE supone ya una rectificación. «Con ellos es imposible gobernar. Las bases del PSOE son de izquierdas pero su cúpula es del régimen», afirmó en el 2014. El objetivo ahora sería cooperar con el PSOE, pero como fuerza mayoritaria.