Aragonès fija el 2030 como límite para la celebración de un referendo secesionista
ESPAÑA
«No concibo una reunión en la que no esté Sánchez», dice sobre la mesa de diálogo
31 ago 2021 . Actualizado a las 16:24 h.El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, presiona al Gobierno días antes de la reunión de la mesa de diálogo, prevista para la tercera semana de septiembre, y dos semanas antes de la Diada del 11S, que este año se presenta más desmovilizada. Por primera vez desde su investidura, Aragonès ha fijado una fecha concreta a su objetivo de celebrar un referendo sobre la independencia. En una entrevista en TV3, el dirigente se ha propuesto que los catalanes puedan votar sobre la independencia antes del 2030. De tal manera, ha señalado, que para los Juegos Olímpicos de ese año, que podrían tener lugar entre Barcelona y los Pirineos, la delegación catalana pueda desfilar con bandera propia.
Aragonès había evitado hasta la fecha establecer límites temporales a la reivindicación de un referendo, que volverá a poner sobre la mesa en la próxima reunión con el Gobierno central. El jefe del Ejecutivo catalán ha anunciado que la Administración central y la catalana trabajan en dos fechas para la celebración de la mesa de diálogo en la tercera semana de septiembre. No ha dicho cuáles, pero sí ha dejado claro que «no concibe» la ausencia de Pedro Sánchez en el encuentro. «No lo entendería», ha avisado.
Aragonès continúa presionando a Sánchez para que acuda a la reunión de la mesa para buscar una solución a la cuestión territorial. El Gobierno no ha confirmado aún su asistencia. «Si nos creemos que sirve para resolver el conflicto, hay que darle el máximo de relevancia», ha afirmado. En principio, la delegación catalana solo contará con miembros de la Generalitat: el presidente y consejeros. Y no otros actores, como el presidente de ERC, Oriol Junqueras, como se especuló en un primer momento.
La vía escocesa
Aragonès fija el objetivo de celebrar en el 2030 un referendo y para la mesa de diálogo, en concreto, se propone como objetivo que se avance en los procedimientos: reconocer el conflicto y las propuestas de cada uno y que el acuerdo final se someta a votación y que si hay una mayoría clara a favor de la independencia y persistente en el tiempo, no puede mantenerse la negativa a la consulta, según su criterio. Aragonès defiende la vía escocesa y recuerda el reciente anuncio del Gobierno de Londres que señaló que si un 60 % de la sociedad escocesa quiere un nuevo referendo, habrá una segunda votación por la independencia. «Aquí superamos de largo ese 60 %», ha asegurado. Sin embargo, las encuestas dicen otra cosa. El CIS catalán de mayo que preguntó por este asunto concluyó que solo un 44,9 % desean que Cataluña se convierta en Estado.
El Gobierno conmina a Sánchez para que acuda a la mesa y presiona también para que esta no solo se convierta en una foto formal. Aragonès reclama avances y amenaza con que si este foro «no se encarrila» como un ámbito de negociación política, ERC dejará de apoyar al Ejecutivo central. «O se da una solución democrática o volverán los momentos de inestabilidad», ha advertido. Habrá nuevos choques, ha avisado. O se cumple el acuerdo de investidura entre ERC y el PSOE -y se comprometen a resolver el conflicto en la mesa-, o «todo saltará por los aires», ha advertido.
En clave catalana, Aragonès no ha rechazado un eventual apoyo del PSC a los Presupuestos de la Generalitat.
PSOE y En Comú restan importancia a la composición de la mesa frente al contenido
La viceprimera secretaria del PSC, Eva Granados, defendió ayer que la composición de las delegaciones del Gobierno central y de la Generalitat para la mesa de diálogo sobre Cataluña no es «tan importante» como la necesidad de que haya «voluntad de diálogo y de acuerdo», y ha pedido «discreción» para que sean los dos Ejecutivos los que decidan quién se estará en ese foro. Así lo aseguró en una rueda de prensa en la sede socialista de la calle Ferraz, al ser preguntada sobre la petición del presidente catalán, Pere Aragonés, para que esa nueva reunión de la mesa que servirá para retomar el diálogo con Cataluña se produzca al más alto nivel, con la participación del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
Por su parte, el portavoz de En Comú y diputado en el Congreso, Joan Mena, afirmó que la presencia del presidente Sánchez en la mesa de diálogo sería una buena noticia, pero añadió en el mismo sentido que Lastra que «lo importante es el contenido» y no la forma del encuentro. «Nos preocupa más el contenido que se abordará; deberíamos centrarnos más en el contenido que en la forma, en quién formará parte», aseguró en rueda de prensa telemática, después de que el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, dijera que no entendería que Sánchez no acudiese.