El joven que fingió el coma diabético en el avión patera, a unos policías que lo detuvieron en el 2020 en Marbella: «Voy a violar a vuestras hijas»
ESPAÑA
A los agentes locales que lo arrestaron en Puerto Banús hace 15 meses los habría amenazado el marroquí con frases como: «Tengo la vida para buscaros y mataros, voy a violar a vuestras hijas, me da igual que me caigan 20 años»
15 nov 2021 . Actualizado a las 09:19 h.Yassine ocupaba el asiento F de la fila 4 del vuelo de la compañía Royal Air Maroc entre Casablanca (Marruecos) y Estambul (Turquía), más conocido por ser el primer avión patera de Europa. Él fue quien, supuestamente, fingió un coma diabético para provocar el aterrizaje de emergencia en el aeropuerto de Mallorca.
El ardid permitió que 22 jóvenes marroquíes y un palestino huyeran por las pistas del aeropuerto balear, una situación que la jueza describe como un «caos sin precedentes» en el espacio aéreo europeo y de «dimensiones internacionales»: paralizó la actividad durante tres horas, ocasionó el desvío de 11 vuelos a Ibiza y Menorca y obligó a cancelar otros 22.
La policía cree que la enfermedad era el último eslabón de un plan preconcebido urdido en un grupo de Facebook llamado «Brooklyn». Los agentes del Grupo IV de la Ucrif de Palma de Mallorca pudieron recuperar algunos de los mensajes difundidos en la red social, pese a que habían sido borrados. Una de esas publicaciones es casi la crónica anunciada de lo que pasó en el aeropuerto.
La pieza clave de ese plan era Yassine, un joven de 24 años, natural de Marruecos, que quería volver a España y que presuntamente hizo de señuelo para provocar el aterrizaje de emergencia. Por los síntomas que mostraba, un doctor que iba a bordo (la magistrada precisa que el médico no fue uno de los que posteriormente huyeron) dijo que el pasajero del 4F posiblemente estaba sufriendo un coma diabético.
El avión tomó tierra en el aeropuerto de Son Sant Joan de Palma de Mallorca la tarde del 5 de noviembre. A las 18.25 horas, Yassine fue trasladado con un amigo en una ambulancia al Hospital Son Llatzer. El acompañante aprovechó para escapar poco después de llegar al centro sanitario.
Tras realizarle varias pruebas, el médico de urgencias que atendió a Yassine constató que no presentaba signos de «patología urgente» ni enfermedad «objetivable en el momento actual», así que le dio el alta. Lo que probablemente no sabía Yassine es que sobre él pesaba una requisitoria del Juzgado de Instrucción número 1 de Marbella, que lo puso en busca y captura para sentarlo en el banquillo por atentado a cuatro policías locales.
Sucedió el 17 de agosto del 2020, sobre las 7.05 horas. La sala del 092 recibió una llamada que informaba de una pelea tumultuaria en la avenida de las Naciones Unidas, en Puerto Banús. Cuando la patrulla iba de camino, se registró un segundo aviso que alertaba de que se había producido también un atropello. Al llegar, los agentes vieron a un muchacho que intentaba meterse debajo de una furgoneta de Acosol, la empresa de aguas de la Mancomunidad de Municipios de la Costa del Sol occidental. El conductor pensó que intentaba simular un atropello.
El joven estaba muy nervioso. Iba desnudo de cintura hacia arriba, sangraba por la boca y por la nariz y tenía señales de golpes por todo el cuerpo. Dijo que lo habían agredido y que le habían robado el móvil, pero modificaba constantemente su versión de los hechos.
En busca de pelea
Mientras lo atendían, unos viandantes se acercaron a los policías y les informaron de que el joven, efectivamente, había estado implicado en una pelea. Pero también señalaron que el chaval llevaba un rato buscando bronca y que incluso había interferido el tráfico hasta que, finalmente, fue agredido por un grupo de 20 personas. El empleado de una pizzería cercana corroboró esta versión y además contó que el joven había estado lanzando piedras contra su establecimiento al tiempo que provocaba a todas las personas que se encontraban en la zona.
Lejos de calmarse, Yassine cargó entonces contra los policías locales, a los que supuestamente amenazó con frases como: «Tengo la vida para buscaros y mataros, voy a violar a vuestras hijas; soy un asesino, me da igual que me caigan 20 años». Los agentes le pidieron que se identificara e indicara su domicilio. Según fuentes policiales, se negó a facilitarlo y proporcionó diferentes nombres. Luego cogió su cinturón, se lo ató al cuello y dijo que se iba a matar, intentando arrojarse a la avenida.
Otra dotación acudió en apoyo de sus compañeros. Entre los cuatro trataron de quitarle el cinturón del cuello y mantenerlo en la acera. El joven, según la versión policial, reaccionó con violencia, dando golpes, empujones y una patada a un agente.
Escupió a los agentes mientras trataban de reducirlo, escupió «sangre y saliva» a los cuatro funcionarios -a uno de ellos lo alcanzó en la cara, el cuello y un brazo- mientras decía que iba a contagiarles. Cuando lograron introducirlo en el patrulla, siguió profiriendo amenazas y se golpeó la cabeza contra el cristal hasta que rompió la puerta trasera derecha.
En el Hospital Costa del Sol mantuvo la misma actitud. Lanzó una patada en la cabeza al vigilante de seguridad, que logró esquivarla «a duras penas», y se resistió a tumbarse en una camilla. Hubo que sedarlo e inmovilizarlo de pies y manos. Cuando le tomaron la temperatura, tenía 38 grados, lo que obligó a los agentes a hacer cuarentena por el riesgo de contagio. No se ha logrado constatar si finalmente dio positivo en Covid-19.
Al cachearlo, una vez inmovilizado en el hospital, los policías encontraron, ocultos en sus genitales, un formulario de solicitud para el permiso de residencia -estaba en situación irregular en España- y un pasaporte marroquí. El nombre no coincidía con ninguno de los que dio. Era Yassine, al mismo joven al que ahora se investiga por fingir el coma diabético en el avión.
Por los hechos sucedidos en Marbella, la Fiscalía lo acusa de atentado a la autoridad, dos delitos leves de lesiones y daños. Pide para él una condena de un año y nueve meses de cárcel, una multa de 8.280 euros y dos indemnizaciones: una de 210 euros para uno de los policías y otra de 528 euros para el Ayuntamiento por los desperfectos en el patrulla.
El juzgado trató de localizarlo para comunicarle el auto de procedimiento abreviado, pero no lo logró. El 17 de diciembre lo puso en busca y captura. Yassine regresó a Marruecos y no volvieron a saber de él hasta el aterrizaje del avión patera. Yassine ha ingresado en prisión junto a otros 11 supuestos participantes del plan de fuga que -en palabras de la jueza- «puso en entredicho la seguridad del tráfico aéreo». Entre los encarcelados también está el joven que lo acompañó al hospital. De los 13 restantes, dos fueron devueltos al avión y 11 siguen a la fuga.