El PP se juega hoy un legado de 35 años al frente de la Junta de Castilla y León

ESPAÑA

Los populares gobiernan sin alternancia desde el triunfo de Aznar en 1987
13 feb 2022 . Actualizado a las 12:35 h.Ni Madrid, donde el PP gobierna la comunidad sin interrupción desde 1991, ni Galicia, donde Alberto Núñez Feijoo colecciona mayorías absolutas desde el 2009. El auténtico feudo del Partido Popular es Castilla y León, autonomía que permanece en manos de los conservadores desde que, en 1987, un bisoño José María Aznar (todavía bajo las siglas de AP) tomó el relevo del socialista Constantino Nalda al frente de la Junta.
2.094.490 castellanoleoneses con derecho a voto decidirán hoy si se prolonga esa insólita racha de 35 años de Ejecutivos presididos por el PP. Entre ellos, 51.755 jóvenes que pueden votar por primera vez. Hay dos cifras cruciales: los 41 procuradores que definen la mayoría absoluta en unas Cortes con 81 parlamentarios y la barrera del 3 % de los sufragios en la provincia que se exige a los partidos para obtener representación en el hemiciclo (en Galicia, el listón está en el 5 %), lo que puede favorecer la entrada de nuevas formaciones en la Cámara y una mayor atomización del arco parlamentario. Otro de los números de la jornada será el que mide la participación. En los comicios del 2019, acudieron a las urnas el 70,80 % de los censados, pero el contexto ha cambiado radicalmente con la irrupción de la pandemia y la desmovilización que suele acarrear un adelanto electoral. El dato del voto por correo, que se ha desplomado casi un 45 % respecto al 2019, augura una caída de la participación a la que hay que añadir un factor adicional. En la anterior cita electoral coincidían tres comicios: los municipales, los autonómicos y los europeos. Sin el tirón que siempre tienen las elecciones locales, la abstención podría dispararse en un momento en el que, según el último sondeo del CIS, el 60 % de los castellanoleoneses aseguraban no estar nada interesados en la campaña y hasta el 77 % rechazaban la transformación de las autonómicas en un duelo de política nacional.
El precedente del 2019
El candidato del PP, Alfonso Fernández Mañueco, ya rompió en el 2019 la tradición de 28 años consecutivos de mayorías absolutas populares inaugurada por Juan José Lucas en 1991. De hecho, en mayo del 2019, Mañueco ni siquiera ganó los comicios. Obtuvo 29 escaños, muy por debajo de los 35 del socialista Luis Tudanca. Pero el líder conservador unió sus 29 actas a las 12 de Ciudadanos y logró así una mayoría absoluta reforzada con las abstenciones del procurador de Vox y del parlamentario de Por Ávila. El PSOE (35 diputados), Podemos (2) y Unión del Pueblo Leonés (1) votaron hace tres años en contra de un Mañueco que este domingo aspira a lograr un horizonte de 35 escaños y confía en que esta cifra supere la suma de todas las formaciones de izquierdas, dejando así a Vox relegado al papel de convidado de piedra que ya asumió en mayo en la Comunidad de Madrid.
Cs y Podemos llegan a las urnas con escaso margen para resultar decisivos
Los dos partidos que en las generales del 2015 rompieron la hegemonía del bipartidismo, Podemos y Ciudadanos, llegan a esta cita con un claro rol secundario. Cs, con Francisco Igea como cabeza de lista, ya solo aspira a minimizar los daños de un más que previsible batacazo. El exvicepresidente de la Junta es consciente de que los 12 escaños del 2019 son inalcanzables para un partido en caída libre, pero aún así fantasea con lograr un grupo parlamentario que le permita ofrecerse de nuevo a Mañueco como alternativa a Vox. Los sondeos le asignan una horquilla de entre dos y cinco diputados, un apoyo que quizás no sea suficiente para aupar a Mañueco a la presidencia, y un pacto a tres bandas con el PP y Vox parece inasumible en el actual escenario nacional.
También entre dos y cinco escaños conceden las encuestas a Podemos, liderado por Pablo Fernández, que podría ver así multiplicada su representación en la Cámara, donde ahora cuenta con dos procuradores. La caída pronosticada al PSOE (que solo sale vencedor en el CIS de Tezanos) dejaría la suma de socialistas y morados muy lejos de los 41 escaños, aunque algunos analistas apuntan que si la participación cayese por debajo del 65 % sí podría darse una victoria de la alianza de izquierdas.
La obsesión por convertir la cita en una pugna nacional distorsionó la campaña
Desde el minuto uno, el PP decidió convertir el adelanto electoral en Castilla y León en una parada más en la ruta de Pablo Casado a la Moncloa. Pero la obsesión de los conservadores por transformar esta cita autonómica en una pugna a escala nacional acabó por distorsionar la campaña y por restar protagonismo a Mañueco frente a un Casado omnipresente e hiperactivo.
El secretario general de los conservadores, Teodoro García Egea, verbalizó su estrategia augurando que el PP va a ganar todas las convocatorias de aquí a las generales del 2023, en las que se proponen redondear el ciclo electoral con una victoria de Casado. Pero la euforia se fue desinflando a medida que se sucedían los mítines y los sondeos. El crecimiento de Vox, que podría pasar de un diputado a nueve, apunta a que serán determinantes a la hora de formar Gobierno. Y tanto Santiago Abascal como su candidato, Juan García-Gallardo, han dejado claro que esta vez no habrá cheques en blanco y que quieren mando en plaza si Mañueco aspira a que lo apoyen.
Ayuso en acción
Al desafío de Vox han respondido desde las filas del PP con fórmulas variadas y contradictorias. Primero, Génova filtró que si los de Abascal fuesen un obstáculo para forjar mayorías de derechas, habría nueva repetición electoral. Luego, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, apostó sin tapujos por pactar con Vox. Y en el tramo final, Mañueco ya no descartaba esa alianza. Mientras, detrás del telón, los llamados barones moderados del PP gesticulan contra un acuerdo con Santiago Abascal que jalean las terminales mediáticas del ala dura de los populares.
En el flanco izquierdo tampoco se ha digerido bien la transformación de esta contienda autonómica en el enésimo ensayo de las generales. El PSOE ha querido mimar a Tudanca y el propio Sánchez se ha multiplicado para arroparlo, pero con una cierta dosis de cautela para no robar protagonismo ni al candidato ni a la agenda regional. La idea era no repetir el error de mayo en la Comunidad de Madrid, donde Ayuso explotó con éxito el descontento con el Gobierno central.
En Podemos, la noticia ha sido, en cambio, la escasa presencia de dirigentes nacionales. La casi nula participación de Yolanda Díaz en la campaña —acudió a un solo acto y no asistió al cierre— ha reabierto las dudas sobre el liderazgo que le dejó en herencia Pablo Iglesias al dimitir.
La plataforma España Vaciada y otras nueve listas locales elevan a 27 las candidaturas
En función de la provincia en la que voten —no todas las formaciones se presentan por las nueve circunscripciones—, los castellanoleoneses podrán elegir este domingo entre 27 papeletas diferentes. Siete partidos tienen ahora mismo representación en las Cortes (PSOE, PP, Cs, Podemos, Vox, Unión del Pueblo Leonés y Por Ávila), y de las 20 listas restantes con aspiraciones a entrar en la Cámara nada menos que ocho corresponden a formaciones regionalistas y localistas que podrían desequilibrar el tablero de las mayorías y los pactos si acaparan un puñado de actas.
El Partido Castellano-Tierra Comunera es, junto a los animalistas de Pacma y las cinco grandes siglas nacionales, una de las listas que concurren en todo el territorio. La plataforma España Vaciada se presenta en cinco de las nueve circunscripciones, aunque solo en Burgos, Palencia, Salamanca y Valladolid lo hace como marca electoral.
Soria ¡Ya!, vinculado al movimiento, pero que mantiene su propia papeleta, tiene opciones de convertir a Ángel Ceña en procurador, una misión que parece ya más difícil para iniciativas como El Bierzo Existe, el Partido Regionalista del País Leonés, Por Zamora, Unión Regionalista de Castilla y León y Zamora Decide. UPL y Por Ávila, que ya llevan años en el Parlamento regional, cuentan con mantenerse o incluso crecer.
Uno de los factores decisivos a la hora de que estas formaciones obtengan representación es el reparto de escaños por provincias: Valladolid, con 15 actas, León (13), Burgos (11) y Salamanca (10) acumulan 49 de los 81 procuradores.
