Sin familia y abocado a crecer en un centro de menores, el futuro del parricida de Elche
ESPAÑA
La jueza ordenó hoy su internamiento en régimen cerrado a la espera de ser juzgado por un tribunal especializado
14 feb 2022 . Actualizado a las 14:35 h.Sin familia y abocado a encarar la mayoría de edad en un centro de reeducación. Este es el futuro inmediato al que se expone el joven Santi, el adolescente de 15 años que el martes acabó a tiros de escopeta con la vida de sus padres y de su hermano en Elche. Estaba muy enganchado a un videojuego, el Fortnite, y desató su violencia después de que su madre decidiera privarle de la videoconsola y el wifi tras bajar notablemente su rendimiento académico.
El autor confeso del parricidio pasó la noche del viernes y el sábado en una sala custodiada especialmente habilitada para menores de los calabozos de la comisaría de la Policía Nacional de Elche, y a primera hora de este domingo fue puesto a disposición de la Fiscalía. La jueza de guardia de Alicante acordó, a petición del Ministerio Fiscal, el internamiento en régimen cerrado en un centro de menores a la espera de ser juzgado por un tribunal especializado.
Fuentes policiales señalaron a Europa Press la «consternación» ante la «frialdad» y el comportamiento del menor, del que no se tiene conocimiento de que tuviera patologías previas. No obstante, apuntan que el menor era «muy activo» en el videojuego y en redes, aunque en persona era «tímido y no protagonizaba actos violentos» en el instituto.
El futuro que le aguarda ahora a Santi será, previsiblemente muy parecido al antecedente calcado que se vivió en Murcia hace 22 años por obra de José Rabadán, el conocido como asesino de la catana. Como en el caso de Elche, quitó la vida a su progenitores con extrema violencia cuando apenas contaba 16 años. El joven fue hallado culpable y sentenciado a ocho años de reclusión, seis en un centro de menores y dos más en un régimen de libertad vigilada.
Obsesión con el protagonista
Reservado y solitario, Rabadán se obsesionó con los videojuegos, en especial con Final Fantasy. Llevado por su afán de parecerse al protagonista del violento juego, pidió a sus padres que le compraran una espada japonesa. El 1 de abril del 2000, Rabadán madrugó y acudió a la habitación de sus padres armado con la catana. Tras matar a sus progenitores, le quitó la vida a su hermana, que padecía síndrome de Down.
El controvertido y polémico documental, Yo fui un asesino (2017), reconstruyó el perfil del joven homicida tratando de dilucidar por qué planeó y ejecutó a sangre fría aquel horrendo crimen. El parricida ofreció su testimonio de lo sucedido. Al alegato de Rabadán se sumaron los testimonios de familiares, amigos y vecinos de la familia; policías y periodistas que investigaron y siguieron el caso; psiquiatras que lo trataron, entre otros.