Feijoo va a por todo el centro convencido de que el objetivo de Sánchez es rivalizar con Díaz

María Eugenia Alonso MADRID / COLPISA

ESPAÑA

El presidente del PP, Alberto Núñez Feijoo, en el congreso de los populares extremeños, en Badajoz el pasado sábado, día 16
El presidente del PP, Alberto Núñez Feijoo, en el congreso de los populares extremeños, en Badajoz el pasado sábado, día 16 Jero Morales | EFE

El PP se prepara para un otoño caliente y mantendrá la mano tendida al Gobierno

18 jul 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

«Concluido el período de sesiones, y este pleno extraordinario, quiero agradecerles su colaboración y desearles a aquellos que puedan algunos días de descanso». La presidenta del Congreso, Meritxell Batet, cerraba así el pasado jueves el curso político tras tres maratonianas jornadas parlamentarias en las que Pedro Sánchez volvió a demostrar su capacidad de resiliencia tras la derrota de su partido en las elecciones andaluzas con un giro a la izquierda que le acerca a sus socios y con el que trata de recuperar la iniciativa. Un volantazo que desmontan en la dirección del PP —«Como si alguna vez hubiese estado en el centro», ironizan—, que extrae como principal conclusión del debate sobre la nación que, al acercarse a los postulados de Podemos y «ocupar el espacio de Yolanda Díaz», el dirigente socialista deja vía libre en el centro al primer partido de la oposición.

Sin la opción de que Alberto Núñez Feijoo tomase la palabra —es senador y no diputado—, los populares no ejercieron un papel protagonista en la cita, pero tomaron nota de las catorce medidas de corte «populista» anunciadas por Sánchez; entre ellas y, sobre todo, los dos nuevos impuestos a la banca y a las energéticas, que no parecen, apuntan en Génova, tan destinadas a cubrir las necesidades económicas del país como a garantizar la supervivencia parlamentaria del presidente. «No es justicia social sino hipocresía fiscal», criticó el viernes el líder del PP.

En la cúpula popular intentan rebajar la euforia de la Moncloa y señalan que el Gobierno «no ha salido cohesionado» del debate. Entienden que con la adopción de demandas históricas del espacio a la izquierda del PSOE, Sánchez «ha renunciado a luchar con Feijoo y, ahora, su objetivo es Yolanda Díaz». Las fuentes consultadas interpretan que, tras el batacazo del 19 junio y con todas las encuestas a favor del PP, el líder socialista ha decidido pugnar por ese dominio electoral. De ahí, señalan, que Sánchez haya decidido lanzarse a hacer un «marcaje» sobre la vicepresidenta segunda para tratar de mermar, en lo posible, la nueva plataforma unitaria progresista, Sumar. «Ha visto que no puede quitarle votos al PP», remarcan en el equipo de Feijoo. 

El caladero del centro

Con Sánchez escorado a la izquierda, los conservadores creen disponer en el centro de un amplio caladero de votos para seguir la estela de Juanma Moreno en Andalucía. Una victoria que en Génova confían en replicar en las elecciones autonómicas y municipales de mayo para allanar el camino de Feijoo hacia la Presidencia del Gobierno. Aunque en la dirección dan la legislatura por agotada, no esperan que Sánchez apriete el botón electoral antes de tiempo. «Tratará de resistir hasta el final», aseguran las fuentes consultadas. Sin embargo, hay quien cree que el jefe del Ejecutivo podría forzar un «superdomingo» para aprovechar el viento de cola de las municipales y que los alcaldes «le hagan la campaña».

Sea como fuere, la sala de máquinas del PP ya se ha puesto a funcionar con la convocatoria de los congresos regionales mientras se preparan para un otoño caliente. En Génova defienden que la mayor parte de las medidas económicas aprobadas son meros «parches» que no atacan la raíz del problema y que incluso pueden agravarlo porque alimentan el gasto y con ello la espiral inflacionista. Los expertos coinciden en que a la vuelta del verano vienen curvas y Feijoo y su círculo tienen claro que su oposición estará centrada a partir de septiembre en la economía.

La intención del dirigente gallego es seguir tendiendo la mano al Gobierno, sin que por el momento haya conseguido arrancar a Sánchez ningún acuerdo de Estado. Los conservadores siguen apelando al entendimiento en cuestiones de Estado para apuntalar su «perfil centrista», como hicieron el jueves al abstenerse en la votación del decreto anticrisis.