Laura Borràs desoye al Constitucional y vuelve a aceptar la delegación de voto del exconsejero Puig

Mercedes Lodeiro REDACCIÓN / LA VOZ

ESPAÑA

La presidenta de la Cámara catalana, Laura Borràs, y el diputado de Junts Francesc de Dalmases
La presidenta de la Cámara catalana, Laura Borràs, y el diputado de Junts Francesc de Dalmases Marta Perez | EFE

La mayoría independentista de la Mesa acordó asumir las consecuencias

21 jul 2022 . Actualizado a las 09:44 h.

La presidenta del Parlamento catalán, Laura Borràs, redobló ayer su desafío al Tribunal Constitucional permitiendo por segunda vez en pocos días la delegación de voto al diputado de Junts y exconsejero Lluís Puig, huido en Bélgica desde el 2017, pese a haber sido anulada por el Tribunal Constitucional (TC).

El diputado de Cs Nacho Martín Blanco advirtió de que esa decisión «contraviene» las sentencias del alto tribunal y que su grupo se reserva tomar acciones legales, como ya avisaron que harían si la Mesa volvía a aceptar el voto. La mayoría independentista del órgano de gobierno de la Cámara ha asumido las consecuencias legales de contar el voto de Puig. Argumenta que la sentencia del TC hacía referencia a un voto delegado anterior. Cs, por su parte, anunció que denunciará por prevaricación, a Borràs, a los miembros de la Mesa y a los secretarios que «reconozcan la validez» del voto delegado de Puig.

En el anterior pleno, Borràs también contabilizó el voto delegado de Puig después de que la mayoría independentista de la Mesa así lo acordara. Lo hizo de modo oral, pero no figuró en las pantallas electrónicas para evitar comprometer a los funcionarios encargados de ese mecanismo. Entonces, el voto delegado constó en la transcripción del pleno y en el diario de sesiones. El acta ha de ser firmada por la presidenta y uno de los secretarios de la Mesa. En esta ocasión, Carlos Riera, de la CUP, se ha ofrecido para estampar su rúbrica.

En relación con el voto delegado, Puig protagoniza otra polémica, ahora sobre la intervención telemática en las comisiones del Parlamento. Todavía no ha usado ese atajo porque no le han dejado. Durante la pandemia se hicieron comisiones híbridas y algunos diputados intervenían a distancia. Pero una vez levantadas las restricciones impuestas por el covid, el reglamento no recoge ese método de trabajo. Sin embargo, el independentismo quiere explorar esa vía para beneficiar a sus diputados y la Mesa ha encargado un informe jurídico para saber si se puede hacer.

También pintan bastos para el diputado de Junts y mano derecha de Borràs, Francesc de Dalmases. ERC se ha unido a los comunes para que el Parlamento le aplique el código de conducta por su actuación en TV3, donde, según varios medios, discutió con una periodista por una entrevista a Borràs que no fue de su agrado. El diputado habría agarrado, gritado y faltado al respeto a la trabajadora. Junts le abrió expediente.

Aragonés reta a Junts a sumarse al diálogo y dejar atrás la estrategia del cuanto peor, mejor 

El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, volvió a tender ayer la mano a sus socios de coalición, JxCat, para que se sumen a la delegación del Gobierno catalán en la mesa de diálogo de la semana que viene y descarten la alternativa del «cuanto peor, mejor» en las relaciones con el Estado.

En la sesión de control al presidente catalán en el Parlamento autonómico, el presidente del grupo de JxCat, Albert Batet, reiteró el «escepticismo» de su formación hacia esta nueva reunión de la mesa de diálogo, porque «al otro lado no hay predisposición real a la negociación, es martillar en hierro frío», recoge Efe. En la réplica, Aragonès reconoció que la posición recelosa de Junts no es una «sorpresa», pero señaló su compromiso con esta vía: «Donde haya una mínima oportunidad para encontrar soluciones en el ámbito antirrepresivo y para poner las bases para la resolución política del conflicto, allí estaré». Tras recordar a sus socios que el diálogo con el Estado es «el primer punto del plan del Gobierno catalán», parafraseó a Nelson Mandela para advertir de que «si esperas las condiciones ideales, estas no llegan nunca».