Regístrate gratis y recibe en tu correo las principales noticias del día

Aragonès exige a Junts que aclare con la máxima celeridad si rompe o no el Gobierno

Cristian Reino BARCELONA / COLPISA

ESPAÑA

El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, a la derecha, acompañado en la bancada del Gobierno catalán en el Parlamento autonómico por la consejera de Presidencia, Laura Vilagrà, y el consejero de Empresa, Roger Torrent, que ocuparon el espacio donde se sentaba hasta el miércoles el vicepresidente Jordi Puigneró
El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, a la derecha, acompañado en la bancada del Gobierno catalán en el Parlamento autonómico por la consejera de Presidencia, Laura Vilagrà, y el consejero de Empresa, Roger Torrent, que ocuparon el espacio donde se sentaba hasta el miércoles el vicepresidente Jordi Puigneró Marta Perez | EFE

ERC y JxCat se dan un respiro en la Cámara antes de la negociación final

01 oct 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Después de la no ruptura, de momento, de Junts, los dos socios del Gobierno catalán se dieron ayer una tregua y dejaron las puertas abiertas, aunque no se produjo ningún avance en la delicada situación en la que está el Ejecutivo autonómico.

La de este viernes fue una jornada de gestos en el Parlamento catalán, en el último día del debate de política general, que empezó el martes más o menos tranquilo y acaba con el vicepresidente de la Generalitat cesado por Pere Aragonès y con el Gobierno pendiente de lo que decida la militancia de Junts la semana que viene, si deja el Ejecutivo o no. En las votaciones sobre las resoluciones de conclusión del debate, ERC y Junts evitaron hacerse mutuamente daño.

Junts no apoyó una iniciativa del PP para forzar a Aragonès a someterse a una cuestión de confianza, que fue el detonante de la tormenta cuando lo propuso el martes el portavoz juntero. Esquerra, mientras, apoyó una resolución de Junts que reivindicó el mandato del 1-O como «legítimo». Entre ambos, sacaron adelante 20 de las 21 propuestas conjuntas. Junts no respaldó una moción de los comunes que abogaba por una ley de claridad a la canadiense, como defendió Aragonès el martes.

A pesar de alguna discrepancia, la coalición en la Cámara actuó como un bloque. Es un gesto de distensión. Como el que hizo, pero en sentido contrario, la consejera de Presidencia, Laura Vilagrà, de sentarse en el escaño del vicepresidente destituido, una señal de ERC de que pueden gobernar solos.

El presidente de la Generalitat, no obstante, tomó la palabra para expresar que su voluntad es que el Ejecutivo de ERC y Junts se mantenga. «Mi apuesta es que el Gobierno actual pueda continuar, es mi prioridad», dijo. Pero avisó que, «sobre todo», quiere «continuar sirviendo a la ciudadanía, con un Ejecutivo compactado y centrado». Aragonès reclamó a Junts que decida con celeridad si sigue o rompe. «Todavía estamos a tiempo de arreglarlo, tenemos toda la voluntad», afirmó el portavoz posconvergente, Albert Batet en su réplica. Junts dio el jueves 72 horas a Aragonès para reconducir la situación. Tienen el fin de semana para llegar a un acuerdo y cerrar la crisis. De lo contrario, los cerca de 3.000 militantes de Junts serán llamados el jueves y el viernes próximos a decidir en una consulta interna si su partido deja el Ejecutivo. 

Pugna por el relato

Tras el choque de los días anteriores, este viernes todo parecían buenas intenciones. La lucha por el relato también es importante. Como en años anteriores, ninguno de los socios quiere aparecer como el causante de la ruptura. Aragonès cesó a Puigneró y enseñó la puerta de salida a sus socios, les invitó a marcharse del Ejecutivo, pero dejando la decisión final en manos de los de Puigdemont. El presidente se está manteniendo firme y se niega a variar el rumbo, tal y como piden los posconvergentes.

Los junteros, por su parte, se escudan en la militancia y cargan la responsabilidad en Aragonès por no cumplir, a su juicio, los acuerdos de gobierno. Le piden que liquide la mesa de diálogo, que rompa con el PSOE en el Congreso y que cree un estado mayor del independentismo.