Interior reconoce el uso masivo de gases en la tragedia de Melilla

Melchor Saiz-Pardo MADRID / COLPISA

ESPAÑA

Tragedia de la valla de Melilla
Tragedia de la valla de Melilla RC

La Guardia Civil admite ante los diputados que usó casi dos centenares de botes durante las avalanchas mientras Marlaska insiste en que «no hubo ningún muerto en territorio español»

07 nov 2022 . Actualizado a las 16:44 h.

Desde el principio fue la principal denuncia de los supervivientes contra las fuerzas de seguridad españolas: buena parte de las víctimas mortales que se produjeron el 24 de junio en la valla de Melilla estaban entre el grupo de subsaharianos que quedó atrapado en el cuello de botella que se produjo en la puerta del paso fronterizo de Barrio Chino. Unos inmigrantes que, por efecto de los gases que se lanzaron fundamentalmente desde la parte española, quedaron inconscientes o aturdidos durante cerca de diez minutos entre las avalanchas y tapones que se produjeron cuando sobre las 8.40 de la mañana los irregulares lograron violentar la cancela.

Este lunes, la Comandancia de Melilla reconoció a los diputados de la Comisión de Interior del Congreso desplazados a la ciudad autónoma para investigar aquellos hechos que, efectivamente, la Guardia Civil hizo un uso masivo de material antidisturbios aquel viernes negro en el que fallecieron entre 23 y 72 inmigrantes, de acuerdo con las diferentes fuentes. Según el recuento oficial, el instituto armado usó para tratar de repeler a los dos millares de subsaharianos que intentaron entrar a Melilla: 86 botes lacrimógenos, 28 botes de gas, 65 pelotas de goma, 41 aerosoles lacrimógenos grandes y 12 de otro tipo, amén de realizar 270 salvas.

Como ejemplo comparativo, en la otra gran tragedia migratoria en la que estuvieron involucradas las fuerzas de seguridad, la muerte de 15 inmigrantes en la playa del Tarajal de Ceuta en febrero del 2014, se usaron solo 5 botes de gas, aunque muchas más pelotas (145).

Interior reculó

Los diputados de la Comisión de Interior del Congreso en esta visita exprés a la ciudad autónoma que quedó reducida a poco más de tres horas y media, lograron finalmente acceder al lugar exacto de la tragedia. El Ministerio del Interior, en contra de lo prometido a los propios parlamentarios, en un principio decidió no permitir a los diputados entrar en la «infraestructura» del paso de Barrio Chino, donde se produjeron las avalanchas y los disturbios.

El departamento que dirige Fernando Grande Marlaska al inicio ofreció exclusivamente a los representantes del PSOE, Unidas Podemos, PP, ERC, PNV y EH Bildu un paseo por los alrededores del paso de Barrio Chino y el visionado de un vídeo, a lo que los parlamentario se negaron en redondo, exigiendo a la Comandancia el acceso a las instalaciones fronterizas con Nador donde se produjeron los hechos. Finalmente, Interior accedió a la petición ante el plante de los parlamentarios que amagaron con boicotear el resto de la visita.

Cámaras desenchufadas

En la Comandancia de Melilla, primera parada de este viaje y en la que los parlamentarios estuvieron dos horas, estos pudieron visionar una pequeñísima parte de las grabaciones en poder de Interior. Se trató de imágenes aéreas previamente editadas. Nada de imágenes cercanas porque, alegó la Guardia Civil, las cámaras de Barrio Chino estaban desconectadas al estar el paso cerrado al tráfico de personas. En cualquier caso, unas grabaciones que en palabras del diputado de EH Bildu, Jon Iñarritu, el parlamentario que más activamente está promoviendo la depuración de responsabilidades por esta tragedia, prueban «sin género de duda» que «parte de los hechos ocurrieron en zona bajo control operativo de las fuerzas de seguridad españolas». Tras la visita al paso de Barrio de Chino, Iñarritu se reafirmó en que en territorio español tuvieron lugar «hechos importantísimos (de la tragedia) y no tangenciales como aseguró Grande-Marlaska». Sus afirmaciones contrataron con las del diputado de Unidas Podemos Enrique de Santiago que dio por «satisfactorias» las explicaciones de la Guardia Civil.

El teniente coronel Arturo Ortega, jefe en funciones de la Guardia Civil en Melilla, fue el encargado de dar los detalles a los diputados. El mando reconoció que, a pesar de tener informaciones previas sobre la posibilidad del asalto, en el momento de la avalancha solo había diez uniformados del instituto armado en la zona de Barrio Chino. El despliegue final llegó a 80 miembros de la Guardia Civil y otros cuarenta efectivos de otros cuerpos de Melilla.

«Grabaciones íntegras»

Este breve visionado de imágenes editadas, en las que además se mezclaron grabaciones de otro salto violento de marzo, no convenció a ninguno de los miembros de la comisión de Interior. No obstante, El titular del Interior se comprometió a poner a disposición de la comisión de Interior «todas las grabaciones íntegras» en poder de las fuerzas de seguridad sobre los sucesos del 24 de junio y que, según el ministro, están ya en poder de Fiscalía y del Defensor del Pueblo. Eso sí, Grande-Marlaska ya anticipó que, en contra de lo que sostiene el documental de la BBC que ha desencadenado la ofensiva parlamentaria de los socios del Gobierno, «no hubo ningún muerto en territorio español», por lo que no hubo deportaciones de cadáveres al otro lado de la frontera tal y como apunta la cadena británica.

Grande-Marlaska, una vez más, insistió en que del visionado de esas imágenes solo se puede deducir la «proporcionalidad y legalidad de la actuación de la Guardia Civil» frente a un «ataque violento a una frontera de la UE» que provocó 50 heridos entre las fuerzas de seguridad española.