Macarena Olona: «Alguien de Vox tiene que parar estos ataques contra mí»

Javier Arias Lomo MADRID / COLPISA

ESPAÑA

Macarena Olona en uno de sus últimos actos con Vox.
Macarena Olona en uno de sus últimos actos con Vox. José Manuel Vidal | EFE

La exdiputada avisa a Abascal de que «hay algunas líneas rojas que no se pueden traspasar»

14 nov 2022 . Actualizado a las 19:54 h.

Macarena Olona (Alicante, 1979)ha vuelto a la vida pública cuatro meses después de su salida de Vox apuntando a un futuro político que de momento deja, a la espera de cómo lo concrete, en el compromiso «continuar sirviendo a los españoles. Pero la abogada del Estado —en excedencia hasta diciembre— sí pide respeto a su antigua formación y advierte de que se defenderá de los ataques y amenazas que reciba en el nuevo camino que ha emprendido.

—¿Cree que hay ciudadanos decepcionados con usted porque piensen que su dimisión fue una maniobra?

—Que puede haber ciudadanos decepcionados es algo que tengo absolutamente claro, y por eso lo que he hecho, cuando afortunadamente los problemas de salud quedaron atrás y volví a salir a la vida pública, es pedir perdón. De manera específica a Andalucía, una tierra a la que dije que necesariamente iba a estar ligada en el caso de que se me hubiese permitido volver a la primera línea política.

—¿Cómo han sido estos cuatro meses desde su salida de Vox?

—¿Cuatro meses? Parece una vida. Han sido de tal intensidad que a veces tengo una cierta sensación de vértigo. También por lo que estoy viendo en algunos casos, cosas de ciertas personas que nunca habría imaginado o vivir determinadas experiencias en primera persona.

—¿Por qué no denuncia en la Justicia los hechos que, a su juicio, podrían ilegalizar a Vox?

—Mantengo este leal silencio por el riesgo de activación del proceso de ilegalización de Vox. Hablamos de cuando un partido incumple el mandato del artículo sexto de la Constitución y no tiene una estructura y un funcionamiento democráticos. El problema de estar escuchando diez, veinte o cien voces hablando de lo mismo es que esto podría despertar la tentación por parte de quienes ven a Vox como un adversario. Podrían intentar desactivarlo a través de esta vía. No es lo mismo esas voces que la mía. Como soy consciente de ello, mantengo un leal y respetuoso silencio, para que nadie pueda utilizarme para hacer daño a un proyecto que desde luego considero necesario para España.

—¿Cómo ve a Vox ahora?

—Lo único que puedo decir sobre Vox es que le deseo lo mejor para añadir a continuación que miro hacia adelante. Y como miro adelante, lo único que pido es que se me respete, y que nadie piense que necesito autorización o permiso para seguir caminando, porque camino de frente y por derecho. Y a cada golpe, lo que estoy haciendo es defenderme sin adoptar una actitud de ataque. Y eso se tiene que ver, alguien lo tiene que ver para parar los ataques.

—¿Qué hará si esos ataques a los que se refiere se recrudecen?

—Hay líneas rojas que no se pueden traspasar. Por ejemplo, difundir un audio sexual falso sobre mí o amenazarme directamente con la frase «vamos a por ti, puta». Y quien piense que por ser una persona que combate el hembrismo en el que se ha convertido el feminismo de género significa que sea una mujer que acepte ir dos pasitos por detrás, se está equivocando y mucho. Espero que en algún momento todos adoptemos la misma posición, porque lo que no es justo para los votantes de Vox es que se les obligue a elegir entre papá y mamá. El camino que yo recorro es al lado de los españoles a derecha e izquierda.

—¿Hay cargos de Vox que le hayan asegurado que irían con usted a un nuevo partido político?

—Hay muchísimas personas en Vox que me trasladan el enorme cariño que sienten hacia mí. Desde luego están muy apenados por la situación que estamos viviendo y por las injusticias que se están cometiendo hacia mi persona. A todos ellos les digo lo mismo: manteneros en una posición de protección porque no quiero que sufráis ningún tipo de daño.