
La jueza ha dado seis meses más a los investigadores intentar resolver cómo apareció el cadáver de la joven atropellada en un pueblo en Valladolid, 23 días después de su desaparición
15 dic 2023 . Actualizado a las 12:16 h.Esther López salió de la casa de sus padres en el pueblo vallisoletano de Traspinedo en la noche del 12 de enero del 2022. Había quedado con sus amigos en uno de los bares del pueblo para ver un partido de fútbol del Real Madrid. Tras el encuentro, se fue con uno de sus compañeros y no se supo más de ella. La familia denunció su desaparición y 23 días después, el 5 de febrero, la Guardia Civil halló su cadáver en una de las cunetas de la carretera de entrada a su pueblo.
El domingo, cientos de personas se concentraron en Valladolid para recordarla. Ha pasado un año y el caso sigue todavía sin resolverse. A los largo de estos doce meses los investigadores de la Guardia Civil han tenido bajo vigilancia a tres de los amigos de la víctima: Óscar S., de 38 años y copropietario de una agencia de viajes, Lucio Carlos G. conocido como Carolo, de 42 años y camarero de profesión, y Ramón G. el manitas, de 48 años, él único de los tres que fue detenido durante cinco días antes de encontrarse el cuerpo de Esther.
A pesar de la múltiples pruebas periciales practicadas hasta el momento, nada parece apuntar de forma clara hacía ninguno de estos tres investigados. La Guardia Civil se ha centrado especialmente en Óscar, la última persona que estuvo con Esther y la última que la habría visto con vida, «un lobo con piel cordero», en palabras de Inés López, la hermana de la desaparecida. Sobre él también pesan las innumerables contradicciones acumuladas en sus cuatro versiones sobre lo ocurrido aquella madrugada a las afueras de Traspinedo, un pueblo de Valladolid de unos mil vecinos y en el que viven sus padres.
Las sospechas sobre Ramón G., un conocido traficante de droga dedicado al menudeo, se han ido diluyendo poco a poco a pesar de haber sido el único detenido y encarcelado por la muerte de la joven. Los registros que realizaron los investigadores en su vivienda y su vehículo fueron negativos. Finalmente fue liberado.
Óscar S. es el principal sospechoso. Lo es para la familia y para la Guardia Civil, pero por ahora sin pruebas. En las miles de páginas de informes que componen el extenso sumario todavía no hay respuesta para los interrogantes que podrían permitir construir el relato. La jueza instructora dio seis meses más a los investigadores para dar respuesta a esas incógnitas. Solo se sabe con certeza lo que reveló la autopsia: que la joven murió en horas próximas a su desaparición y que las lesiones que presentaba su cadáver son compatibles con un atropello. Pero se desconoce dónde pudo ocurrir y el motivo, si fue accidental o no, y ni quién fue el autor. Aún hoy no se puede asegurar que el punto donde apareció Esther, junto a la cuneta de la carretera de Traspinedo, es el lugar en el que murió o si el cuerpo fue trasladado allí y estuvo guardado 24 días en otro sitio.