El secesionismo sitúa en la protesta contra la cumbre con Francia la excusa para reactivar el «procés»

Cristian Reino BARCELONA / COLPISA

ESPAÑA

El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, este miércoles en rueda de  prensa
El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, este miércoles en rueda de prensa David Zorrakino | EUROPA PRESS

El independentismo recupera una relativa unidad entre ERC y Junts

19 ene 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

El independentismo se la juega este jueves con la manifestación convocada para las nueve de la mañana contra la cumbre que España y Francia celebran en Barcelona y con la que tratará de escenificar, en contra de la opinión del Gobierno, que el procés no se ha acabado. Por primera vez en mucho tiempo, el secesionismo ha aparcado sus rencillas al menos por unas horas y dará una imagen de unidad. Convocan las tres plataformas nacionalistas (ANC, Òmnium y Consejo para la República) y participarán en la concentración los dirigentes de los tres partidos con representación parlamentaria (ERC, Junts y la CUP), extremo que no se dio en la Diada del 11S. Está por ver cuánto dura esta unidad, ya que hay críticas en el secesionismo al doble lenguaje de ERC, que estará en la protesta representada por Oriol Junqueras, y en la cumbre protagonizada por Pedro Sánchez y Emmanuel Macron, en la que Pere Aragonès actuará de anfitrión, sin poder participar en las reuniones.

Aragonès defendió ayer su presencia en la cita. «Estoy seguro de que los que atacan las instituciones catalanas, criticarían mi ausencia», afirmó. «Los enemigos de Cataluña desearían que no esté», aseguró.

Hay además antecedentes de que la unidad en el secesionismo es muy débil. ERC y Junts ya no son socios desde hace tres meses y las últimas protestas convocadas en Barcelona dejaron una imagen de división profunda en el independentismo. La ANC convocó la Diada contra el Gobierno catalán y contra ERC, que no fueron a la cita, Carme Forcadell (ERC) salió abucheada e insultada en el quinto aniversario del 1-O y en la protesta organizada por la ANC contra la reforma del Código Penal, el 6D, con la presencia de Junts y la CUP, no acudieron ni ERC ni Òmnium.

El clima político en el independentismo está enrarecido. Junts acusa a ERC de haber pactado con el Gobierno una reforma del Código Penal con el objetivo de facilitar la extradición de Carles Puigdemont. La Generalitat sigue defendiendo el avance que a su juicio supone la reforma, pero las relaciones entre ERC y el Gobierno pueden quedar tocadas si al final el cambio no sirve de nada, Junqueras continúa inhabilitado y los dirigentes republicanos pendientes de juicio por el 1-O, entre ellos Jové y Salvadó, son condenados a penas de prisión.

El secretario general de Junts, Jordi Turull, aseguró ayer que la protesta contra la cumbre debe servir al movimiento nacionalista como «punto de inflexión». «Es una oportunidad para demostrar nuestra fuerza», dijo. La cumbre en sí no llama a la movilización. Sí en cambio, las últimas decisiones judiciales en relación a los dirigentes independentistas. El nacionalismo considera una «provocación» por parte del Gobierno que decida celebrar el encuentro con Macron para certificar el fin del procés. Este sí es un acicate para la movilización.