PSOE y PP reforman la ley del «solo sí es sí» y abren otra fractura en el Gobierno

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

La ministra de Igualdad Irene Montero califica el de hoy como un «día triste», en una sesión a la que no asistió el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez

20 abr 2023 . Actualizado a las 14:57 h.

El PSOE y el PP, junto a Ciudadanos, PNV, Coalición Canaria, PDECat y los dos ex diputados de UPN, han sacado adelante en el Congreso la reforma de la ley del «solo sí es sí». La votación final reflejó un marcador de 233 votos a favor, 59 en contra de Unidas Podemos, ERC, EH-Bildu, Más País y Compromís, entre otros, y 4 abstenciones de Junts. El debate mostró la profunda división en el Gobierno de coalición, en un pleno en el que estuvo ausente el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de visita a Doñana.

La ministra de Igualdad, Irene Montero, impulsora de la norma ahora rectificada tras haber generado un millar de rebajas de condenas para agresores sexuales y violadores y un centenar de excarcelaciones, calificó el de hoy como un «día triste» porque la reforma auspiciada por el PSOE y respaldada por el PP es, su juicio, una «clara vuelta atrás».

La ministra insistió en que la reforma saca el consentimiento del corazón de la ley y reprochó al PSOE que hubiera rechazado todas las propuestas que le propuso Unidas Podemos para reformar la ley, incluidas aquellas que elevaban las penas en la mayoría de los delitos. Según Montero, la intención de los socialistas ha sido siempre «volver al Código Penal anterior», algo que supone, a su juicio, «un grave retroceso». «Hoy nos quedamos en minoría, pero vamos a seguir trabajando. Es lo que mejor sabemos hacer las feministas. Seguir adelante», concluyó Montero.

Críticas del PP 

A pesar de respaldar la reforma , el PP se mostró muy crítico con el Gobierno y exigió que después del millar de rebajas de condenas se produzcan dimisiones, sin que pueda solventarse lo sucedido con una petición de perdón por parte del presidente del Gobierno que, según la portavoz popular, Cuca Gamarra, no se debe a un arrepentimiento sino a un cálculo electoralista al apreciar la sangría de votos que se estaba produciendo. «No busca parar una sangría inmoral, sino frenar una sangría electoral», afirmó Gamarra. La portavoz popular destacó la paradoja de que con esta reforma hay «un Gobierno que se censura a sí mismo» pero en el que «nadie dimite» a pesar del «daño que han causado a la sociedad». Reprochó a Sánchez, al que consideró como «el principal culpable» de la aprobación de la ley, su ausencia en el Congreso. Sí asistió al pleno la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, que votó en el sentido de su grupo.  

El PSOE se defiende

Desde el PSOE, su portavoz, Andrea Fernández, defendió la actuación de su grupo por «responsabilidad» y «honestidad» ante los efectos no deseados por la ley, que calificó en todo caso como una buena norma que «no ha funcionado adecuadamente». Reprochó a las ministras de Unidas Podemos, el «ruido» que han generado en torno a esta reforma y a los populares el haber tratado de sacar «sacar rédito político» de la situación. «Su única intención ha sido generar miedo y complicidad social», sostuvo.

Fernández trato de minusvalorar el acuerdo alcanzado con el PP asegurando que solo se han pactado modificaciones técnicas, mientras que el PSOE es el que ha llevado el peso de toda esta reforma para impedir que se sigan produciendo rebajas de penas y excarcelaciones. «Hablaremos con quien sea necesario para solucionar este asunto. Encantados de atraerles a las posiciones del feminismo», añadió sobre la posición del PP.

El PSOE escuchó también las críticas de su aliados habituales de ERC y EH Bildu por haber cedido a las presiones de la derecha para modificar la ley. Pilar Vallugera de ERC explicó que esta ley se hizo porque «el 92% de las agresiones quedan impunes» y «tenía la intención de decir a las mujeres que su libertad es sagrada». Ahora, añadió «volvemos a que no dijo que no». Reprochó además al PSOE que se alíe con el PP contra una ley de una ministra de su Gobierno.

Isabel Pozuela, de EH Bildu, dijo que la reforma es «un retroceso», porque «las derechas quieren frenar el cambio de valores que el movimiento feminista lleva años trabajando». «Esta reforma nos hace a las mujeres rehenes del machismo estructural», sostuvo.

La portavoz de Vox, Carla Toscano, cargó contra el PP al que acusó de convertirse en «cómplice» y de hacerse «corresponsable» de la ley del «solo sí es sí» al pactar esta reforma con el PSOE. «Ustedes ya no son alternativa. Si van a seguir el camino que les marca Pedro Sánchez, apártense y dejen a Vox defender las batallas que ustedes han abandonado», dijo Toscano. Los 52 diputados del partido de Santiago Abascal decidieron no participar en la votación.

Mikel Legarda del PNV, defendió su apoyo a la reforma como una manera de «reparación por la alarma social por el tratamiento de algunos delitos, a sabiendas de que esta reforma es a futuro, no va a deshacer lo ya hecho».

El representante del BNG, Néstor Rego, calificó la reforma como un «retroceso para las mujeres» y una vuelta al Código Penal de La Manada. Según indicó, el aval de la «derecha ultra» del PP deja claro el carácter «regresivo» de la reforma aprobada. Acusó por ello al PSOE de «hacer un cálculo electoralista» al reformar la ley.

Tanto la ministra de Igualdad, Irene Montero, como la portavoz de Unidas Podemos, Lucía Muñoz, hicieron alusión al caso del futbolista Dani Alves que, según su criterio, se beneficiaría de la reforma aprobada porque no se produjeron heridas y el acusado insiste ante ello en que se trató de sexo consentido.

La mayoría formada por el PSOE y el PP rechazó todas las enmiendas propuestas por los grupos contrarios a la reforma e impuso finalmente su mayoría.