Los morados ignoran las primarias y prescinden de un crítico
26 abr 2023 . Actualizado a las 05:00 h.Los dos principales partidos a la izquierda del PSOE en Asturias vivían ya una escalada de tensión interna cada vez más intensa en las últimas semanas y estalló con renuncias y denuncias de acoso en la noche de la inscripción de las candidaturas. Cada uno con sus circunstancias, en Podemos y en Izquierda Unida, se lanzan a la campaña con el lastre de fuertes querellas internas que diluyen su propósito de ser determinantes incluso para entrar en el Gobierno astur con el PSOE.
El conflicto más grave es el de Podemos Asturies, que se arrastra desde la celebración de las primarias para elegir a la dirección orgánica, en las que se impuso un sector, y la votación para elaborar la candidatura autonómica, en la que venció el otro. Fueron unas primarias a cara de perro y tras los resultados nadie trató de buscar la conciliación entre los bloques. La noche del lunes, la dirección del partido confirmó que sacaba de la lista al número cuatro, el sancionado Jorge Fernández, y sus compañeros del sector crítico, que ya habían acompañado a la candidata, Covadonga Tomé, en la sede de Gijón, exigieron ver las listas en mitad de la calle.
Estos requerimientos llevaron al coordinador interino, Rafael Palacios (que sustituye a la secretaria general, Sofía Castañón, de baja por enfermedad) a reclamar que los críticos condenaran la «violencia» que, a su juicio, se ejerció contra los trabajadores del partido que llevaban las listas al registro electoral. El sector crítico manifestó en varias ocasiones su cercanía a Yolanda Díaz, lo que ha llevado a los oficialistas a acusarlos de promover «su proyecto en otra parte, pero no en Podemos».
El expulsado, Jorge Fernández, pidió a la candidata Tomé que «siga adelante» pese a la reconfiguración de la lista y acusó a la dirección del partido de permitir un «pucherazo».
El errejonismo complica el plan
Izquierda Unida se las prometía mucho más felices hasta las últimas 48 horas. La coalición, que durante el último año había logrado cerrar muchas heridas internas y se sentía reivindicada en la posición tradicional de la federación asturiana (siempre adversa a la unión con Podemos), llegó a la víspera de la precampaña con una lista de compromiso con todas las corrientes internas y, además, tras cerrar dos acuerdos para concurrir a los comicios en alianza con Izquierda Asturiana y los errejonistas de Más País.
Sin embargo, la incorporación de la exdiputada regional de Podemos Nuria Rodríguez (que dejó el partido morado al terminar la legislatura) hizo saltar por los aires las costuras del acuerdo entre familias. El sector en el que se encuentra la anterior portavoz parlamentaria, Ángela Vallina, manifestó su disgusto por ser desplazados varios por este fichaje y cinco presentaron su renuncia denunciando que no se respetaba la autonomía de la organización. La dirección asturiana defendió que había seguido el procedimiento usual, pero la anhelada unidad interna, imposible en los últimos años, fue demasiado precaria y se fracturó horas antes del arranque de la precampaña.
¿Puede influir todo esto en el próximo Ejecutivo asturiano? El PSOE gobernó en solitario en esta legislatura y aspira a hacer lo mismo en la nueva, pero desde IU se tiene el propósito manifiesto de entrar en el Ejecutivo si dieran los números. En declaraciones a La Voz de Asturias, el presidente del Principado, Adrián Barbón, indicó que esperaba que se resolviera lo mejor posible. «Soy consciente de que hay un espacio a la izquierda del PSOE que seguramente nunca nos va a votar, pero yo lo respeto mucho. Deseo que esa crisis no afecte y que haya una movilización del espacio progresista en su amplio espectro», recalcó Barbón.