Así comenzó el incendio que se llevó por delante trece vidas en la discoteca de Murcia
ESPAÑA
Varios vídeos grabados por el público que estaba en una de las salas, Teatre, muestran cómo el humo empezó a invadir el local e incluso la intervención de un empleado con un extintor. Atalayas, el lugar de fusión entre migrantes y españoles gracias a la música, se convertía en un infierno hace casi siete días
18 dic 2023 . Actualizado a las 13:36 h.Era la calle de la cumbia. El lugar en el que los latinos se sentían como en casa los sábados. «Era el paseo de la alegría». A apenas un kilómetro del centro de Murcia, la zona de discotecas que ardía el pasado domingo era un centro de unión entre migrantes y españoles a través de la música
«Había tecno, pop... pero, sobre todo, mucha cumbia, que es lo que nos une a todos desde Centroamérica hasta el sur», explica en una entrevista con EFE Paulina Carrillo, de la asociación Colombianos Unidos.
El domingo todo cambió. En el entorno de las seis de la mañana una alegre jornada de fiesta quedaba arrasada por un voraz incendio que se llevó por delante trece vidas y dejó 24 heridos.
Este viernes no amanecía mejor para los sentimientos de familiares, allegados y todos aquellos que disfrutaban a menudo de la zona de ocio de Atalayas. La noticia convertía en aún más dura la situación: la tercera discoteca incendiada, Golden, tampoco tenía licencia. Es más, al igual que las también arrasadas Teatre y Fonda, esta sala también tenía una orden de cese de actividad.
A esto hay que unirle los vídeos que grabaron aquellos que estaban esa noche dentro de la discoteca. En uno de ellos se ve cómo el humo empieza a invadir la sala Teatre. Se ve salir de los conductos de ventilación. Jorge, que estaba en la sala, recuerdaba cómo se quemaba el falso techo. La actuación se había detenido y el público empezaba a abandonar la discoteca. Poco después, las llamas aparecían en estos conductos y desde ahí podían haberse extendido de una nave a otra. «Yo vi cómo se estaba quemando el falso techo. Cada vez había más humo y nos dijeron que saliésemos a la calle». La policía está interrogando en las últimas horas a los supervivientes para dar con las claves de lo que sucedió esta trágica noche. Las claves: conocer cómo eran las condiciones de seguridad en las salas y establecer el momento exacto en el que se originó el incendio.
«Como Atalayas y su fondita no había nada»
«He actuado en medio mundo, y como Atalayas y su fondita no había nada», subraya con la voz entrecortada una amiga íntima de los propietarios de Fonda Milagros, el local donde fueron hallados los trece cadáveres: «La Fonda era la sonrisa de Juan, de Mila y de sus hijos. Estar allí era sentirse siempre abrazado».
Atalayas es desde hace unos años zona de ocio nocturno con decenas de locales de copas, discotecas y establecimientos de comida rápida, pero también foco de conflictos ciudadanos por botellones y riñas al amanecer.
Situada a un kilómetro escaso del centro de la ciudad, comparte área con un centro comercial, edificios de oficinas y dos hoteles y sus calles son conocidas desde hace varias décadas por sus numerosos concesionarios y talleres de coches junto al trazado de la antigua carretera entre Murcia y Alicante.
Las discotecas de mayor extensión de Murcia están en Atalayas y, en palabras de la portavoz de Colombianos Unidos, han servido también para fortalecer los lazos de unión entre españoles y sudamericanos a través del ocio nocturno y la música. «Los españoles querían tecno, por decir algo, y lo encontraban en la zona, y nosotros buscábamos el acogimiento de la familia de la Fonda», ha explicado.
Publicitados de forma muy activa en redes sociales, los locales de Atalayas acogen fiestas temáticas, pequeños conciertos y eventos, y ofertan palcos y áreas reservadas con animación y trato exclusivo a clientes que tienen algún motivo especial de celebración, como Eric, el nicaragüense que celebraba su 30 cumpleaños la noche del sábado y murió en la Fonda Milagros junto a su novia, su madre, uno de sus hermanos y otros tres amigos.
«Fonda Milagros era nuestra casita»
Ese local, ambientado «hasta el más mínimo detalle en una casa colombiana, con su chiva, su burrito, macetas, banderas, el poncho y cualquier otra cosa que uno pueda imaginar», en palabras de Paulina Carrillo, abrió sus puertas en una división de espacio de la sala Teatre, con la que compartía instalación eléctrica y aire acondicionado, y que tenía, esta última, una ambientación de teatro, con pista central, palcos y suelos enmoquetados.
La discoteca latina compartía nombre con el restaurante «Fonda Milagros», en la pedanía de Puente Tocinos, a menos de dos kilómetros de Atalayas, donde muchos latinos cenaban empanadas y patacones antes de ir a bailar, y que fueron bautizados ambos locales en honor a Mila, la mujer del propietario y «alma» de la sala de baile, según Paulina Carrillo.
Esta semana no ha abierto sus puertas el restaurante. «No pueden hacerlo. Están destrozados», ha lamentado, muy afectada por su amistad con los dueños y con «otra clienta especial, casi hermana de Mila» y mujer del locutor de la emisora latina Supermix FM Murcia Ferney Lozano, muy querido en la comunidad. Ella era ecuatoriana y murió en el incendio. Tenía 56 años.