Seis detenidos y más de 30 heridos tras la segunda manifestación contra la amnistía en Madrid
ESPAÑA
Más de 7.000 personas se congregaron en las inmediaciones de la calle Ferraz, donde se encuentra la sede del PSOE y llegaron hasta el Congreso de los Diputados
08 nov 2023 . Actualizado a las 16:02 h.La segunda noche de protestas con un alto grado de tensión en la calle Ferraz, donde se sitúa la sede nacional del PSOE, finalizó alrededor de las 23.30 de ayer, donde se congregaron más de 7.000 personas y se desplegó un fuerte dispositivo policial que se saldó finalmente con seis detenidos por desórdenes públicos, dejando además una cifra de 39 personas heridas, de las cuales 29 son policías.
La Policía se equipó desde el primer momento de la tarde con cascos y procedió a cortar la calle Ferraz, Buen Suceso y parte de Marqués de Urquijo evitando así acceder a la sede nacional socialista. Pese a que la convocatoria que se había viralizado en redes se esperaba a las 20.00, ya desde una hora antes se acercaban los primeros manifestantes envueltos en banderas de España y coreando «España no se vende, España se defiende»; «Puigdemont a Prisión» o «Pedro Sánchez hijo de puta».
A la congregación se sumó el líder de Desokupa, Daniel Esteve, junto a decenas de seguidores que se unieron a los allí presentes. Entre otros, también asistió la portavoz de Vox en el Congreso, Pepa Millán, el diputado de Vox, Manuel Mariscal o la diputada Rocío de Mer.
En primera línea y separados por vallas de la Policía Nacional, se agruparon afiliados a la formación ultra España 2000 con una gran pancarta en la que se leía «España no se vende. Resistencia social», un punto donde se produjo tensión con otros manifestantes cercanos contrarios a las proclamas nazis que proferían estos manifestantes. Además, la líder del grupo neonazi de Bastión Frontal, Isabel Medina Peralta, se subió junto a otro chico al techo de un quiosco de tabacos haciendo el saludo nazi y portando una bandera con la cruz de Borgoña.
Hasta este momento se respiraba una calma tensa en la calle Ferraz. Sin embargo, alrededor de las 21.15 horas los asistentes comenzaron a lanzar huevos a la prensa y a la Policía Nacional, además de botellas de cristal que han impactado contra los furgones policiales, poniéndose los efectivos en preaviso y avanzando lentamente hacia las vallas y con las porras en la mano.
Fueron numerosas las pitadas por parte de los asistentes tanto al Gobierno de Pedro Sánchez, al que llamaron «traidor», como a la Policía Nacional a los que gritaban «cobardes» y «contra los moros no tenéis cojones», y al Rey (Felipe masón, apoya a tu nación). Banderas de España y franquistas ondearon durante toda la protesta así como pancartas en las que se leía «España no paga a traidores. Amnistía no» o «la Constitución destruye la nación», escrita en una bandera de España.
Hacia el Congreso
Debido al enorme blindaje dispuesto por los efectivos de la UIP alrededor de la calle Ferraz, un grupo de manifestantes dirigieron sus protestas contra los pactos el PSOE y los independentistas catalanes hacia la Gran Vía de Madrid y el Congreso de los Diputados.
Estos se habían citado a las 19.00 horas en el Parque del Oeste desplazándose posteriormente a Ferraz. Poco antes de las 20.00 horas, se volvieron a trasladar hacia la Gran Vía para dirigirse al Congreso de los Diputados y se congregaron en Neptuno después de que la Policía blindase los alrededores de la Cámara Baja. Posteriormente, el mismo grupo regresó por Gran Vía para volver a unirse al grueso de la protesta en Ferraz.
Fue sido a partir de las 23.30 horas cuando los antidisturbios pudieron controlar a los sectores más revolucionarios y dispersar la concentración que ha dejado la calle Ferraz y sus aledañas deterioradas.
Las cargas del lunes en la sede del PSOE enfrentan al ministerio del Interior y a los sindicatos policiales
La protesta convocada el lunes frente a la sede del PSOE, en la calle Ferraz, desembocó ayer en un enfrentamiento de las derechas y los sindicatos policiales con el ministerio de Interior a raíz de la violencia en la manifestación, que se saldó con tres detenidos gracias a que «200 personas de estética ultra reventaron una manifestación legítima contra la amnistía», tal como denunció Jupol en un comunicado.
El titular de Interior, Fernando Grande-Marlaska, aseguró que asume «todas las órdenes en el ámbito operativo, como si hubieran sido dadas por este ministro», pero descartó que estas obedecieran a motivos políticos para ejecutarlas. El propio ministerio agregó que la respuesta fue «proporcional» al peligro percibido por los agentes, que se vieron agredidos por dos de los detenidos y que recibieron impactos de botellas de cristal.
Los sindicatos policiales no lo vieron así y sí criticaron la existencia de «órdenes políticas». Jupol pidió en un comunicado el cese o la «dimisión inmediata» del delegado del Gobierno en Madrid, Francisco Martín, «por las órdenes emitidas en la noche del lunes en las que presuntamente ordenó la carga contra los manifestantes de la calle Ferraz». Asimismo, el CEP criticó que Marlaska se mantuviera durante gran parte del martes «escondido y silente, esperando a que escampe la tormenta y que sean los policías quienes reciban críticas por hacer su trabajo».
Querella contra Marlaska
El PSOE ordenó el cierre de sus sedes por las convocatorias de más manifestaciones en los próximos días para centrarse en los últimos esfuerzos de la investidura de Pedro Sánchez. Sin embargo, para Vox la respuesta de Interior a la manifestación fue «abusiva». Concretamente, el líder de Vox, Santiago Abascal, presente en la concentración el lunes, calificó a Sánchez de «aprendiz de tirano» por «ordenar emprenderla a porrazos y con gases lacrimógenos» contra lo que Rocío Monasterio, también de Vox, dijo que eran «jóvenes y ancianos». Además, el sindicato afiliado al partido verde, Solidaridad, presentó ayer una querella contra Marlaska.
Por parte del PP, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, criticó que se tratara a los protestantes como si fueran delincuentes. «A este paso los CDR son gente de paz y los jubilados son peligrosos terroristas», censuró tras asegurar que la actuación policial fue una «sobreactuación». Sumar, el PNV, Coalición Canaria y algunos barones socialistas denunciaron la violencia de los manifestantes y reclamaron protestas pacíficas,