Cargas policiales, 24 detenidos y siete agentes heridos en la protesta con más asistentes en Ferraz

Carlos Peralta
C. Peralta REDACCIÓN / LA VOZ

ESPAÑA

Más de 8.000 personas en la séptima jornada de manifestaciones, que fue disuelta por la Policía Nacional tras la provocación de algunos manifestantes

10 nov 2023 . Actualizado a las 08:55 h.

20.30 horas de la tarde en la calle Ferraz. Algunos asistentes lanzan objetos a los antidisturbios. La escalada va a más: lanzamientos de bengalas y botellas. Así empezó a aumentar la tensión en la séptima jornada consecutiva de manifestaciones, reavivadas tras hacerse oficial el acuerdo entre Junts y el PSOE. Ferraz revivió la tensión del martes, con la Policía Nacional disolviendo la zona con cargas y lanzamientos de pelotas de goma y botes de humo. Los antidisturbios avanzaron y disolvieron la manifestación hacia el parque del Oeste y la calle Princesa, próximos ambos a la sede del PSOE. También se llevaron a cabo 24 detenciones, según relatan fuentes policiales a Efe.

Anteriormente, las «serias preocupaciones» mostradas por el comisario de Justicia de la Unión Europea, Didier Reynders, sobre la medida de gracia, provocó que las concentraciones se dividieran ayer en la sede del Parlamento europeo. «SOS Europe», «Stop this man» (Parad a ese hombre) «Europa, detén la amnistía», fue uno de los gritos de los 1.500 desplazados (según la Delegación de Gobierno) ante la sede europea. Los presentes siguieron sus protestas por la Castellana. Algunos de ellos tenían clara la próxima parada: «Vamos a Ferraz».

El triple que el miércoles

En la calle que alberga la sede nacional de los socialistas, la manifestación, por primera vez comunicada a las autoridades, congregó a más de 8.000 asistentes. La cifra más alta desde que comenzaron las protestas frente a la sede del PSOE y más del triple de personas que en las protestas del miércoles. Con el paso de las horas, al frente de la misma se situaron manifestantes jóvenes, algunos de ellos de ideología radical, tal como demostraron con saludos nazis, proclamas racistas o la presencia de banderas anticonstitucionales.

Algunos de ellos, ya en torno a las diez de la noche, apostaron por crispar la concentración al lanzarle bengalas, botellas y petardos a los cuerpos de seguridad. También zarandearon y le propinaron golpes a las vallas de protección que había instalado la Policía Nacional. La mayoría de los que protagonizaron estos altercados lo hicieron con el rostro cubierto.

A esa hora, pasadas las diez de la noche, la fotografía en la primera línea había cambiado por completo: de un perfil de manifestante mayor y más pacífico a uno integrado por jóvenes radicales. Los cánticos e insultos se centraron en críticas a Pedro Sánchez y el PSOE —«queremos quemar la sede de Ferraz»—, Carles Puigdemont —«Puigdemont, a prisión»—, los medios de comunicación —«periodistas terroristas»— e incluso a Felipe VI, al que le reclaman que actúe para detener la aprobación de la ley de amnistía: «Felipe, masón, defiende tu nación». La tensión comenzó a aumentar a causa de los mencionados participantes violentos, que en su mayoría llevaban la cara cubierta y lanzaron objetos aislados, petardos y botes vacíos, una violencia que ha sido condenada por los manifestantes pacíficos. El balance final del Ministerio del Interior incluía siete policías nacionales heridos (ninguno de ellos de gravedad) y 24 detenidos. 

Eso sí, al igual que sucedió el miércoles, una parte de los presentes reprocharon a los más violentos su actitud, al grito de «fuera, fuera». Estos intentos no dieron sus frutos y, finalmente, los antidisturbios, que custodiaban los aledaños de la sede del PSOE, cargaron contra esta primera línea, disolvieron el grueso de la concentración y realizaron al menos quince detenciones, según publica Efe tras consultar a fuentes policiales.

Algunos manifestantes se quedaron por las proximidades, en el céntrico barrio de Argüelles, varios de ellos quemaron mobiliario urbano y otros trataron de regresar a la ubicación del núcleo de la manifestación. En la calle Marqués de Urquijo, una vía colindante a Ferraz, otros manifestantes iniciaron una sentada pacífica. «Policía, únete», le gritaron a los agentes. Según El País, un grupo atacó a varios periodistas en el paseo Pintor Rosales, una amplia vía perpendicular a la calle Ferraz. Los últimos manifestantes fueron desalojados en torno a las doce de la noche, aunque entonces los agentes todavía realizaban registros.

La manifestación en Madrid tuvo su réplica en otras capitales de provincia. Destacan las 3.000 personas reunidas en Granada, según datos de la Policía Local granadina, que recorrieron las calles del centro de la ciudad de la Alhambra hasta dividirse entre la sede de la Subdelegación del Gobierno y los jardines del Triunfo. Un total de 31 agentes cubrieron todo el recorrido de una manifestación que no fue comunicada con anterioridad, tal como indica el periódico Granada Hoy.

Barcelona y Madrid

También se citaron unas 350 personas, según la Guardia Urbana, frente a la Delegación del Gobierno de Barcelona, en la que se escucharon cánticos de índole racista. Un centenar de personas iniciaron la manifestación desde la plaza Artós, en el barrio de Gracia, y acabó en la sede gubernamental. Durante este trayecto, cortaron el tráfico de las calles por las que pasaban.

En condiciones similares, de cifras y duración, se desarrolló la protesta en Valencia. En este caso, el epicentro de las críticas fue la sede del PSPV. La capital del Turia experimentó su cuarto día consecutivo de protestas. Se vivió cierta tensión cuando el diputado de Vox por esta provincia, Carlos Flores, tuvo un desencuentro con un manifestante. Más allá de este incidente, y del lanzamiento de un único petardo, la concentración se saldó sin altercados.

Al igual que en la capital valenciana, hubo presencia de políticos de Vox en todas las manifestaciones citadas. En Ferraz se personó por segunda vez en los últimos siete días su líder, Santiago Abascal, y ayer, en Barcelona, hizo lo propio el secretario general de esta formación, Ignacio Garriga.