Felipe González se reúne con Page en plena tormenta sobre el PSOE

Paula de las Heras, Lourdes Pérez MADRID / COLPISA

ESPAÑA

El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, y el expresidente del Gobierno y ex secretario general del PSOE, Felipe González.
El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, y el expresidente del Gobierno y ex secretario general del PSOE, Felipe González. Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha | EFE

El expresidente del Gobierno compartió mesa con el jefe del Ejecutivo autonómico en una reunión que ambos tenían pendiente y que coincide con el tramite decisivo de la amnistía y con el caso Koldo

04 mar 2024 . Actualizado a las 19:50 h.

Felipe González y Emiliano García-Page han compartido hoy mesa y mantel en Toledo, en un contexto de presión para el PSOE por la aprobación por rematar de la ley de amnistía y las consecuencias del caso Koldo. El expresidente del Gobierno y el máximo responsable del Ejecutivo de Castilla-La Mancha, las dos voces de mayor peso dentro del socialismo que se han posicionado contra la norma llamada a borrar las causas judiciales vinculadas al procés independentista, se han reunido ahora después de tiempo «queriendo coincidir» y de intentar cuadrar sus agendas, según fuentes próximas al líder autonómico. Ambos han estado acompañados por dos cargos del Ejecutivo regional —el consejero de Sanidad, Jesús Fernández Sanz; y la portavoz, Esther Padilla— y por Sergio Gutiérrez, secretario de organización del PSOE castellanomanchego y diputado por Toledo.

Aunque los medios consultados subrayan que no existe «ninguna razón concreta» para el encuentro, confirman lo obvio: que ambos interlocutores han charlado sobre los asuntos que están marcando la agenda política. Tanto González como García-Page, cada uno desde su actual ámbito de actuación, han censurado con razones similares el impulso a la amnistía y las ataduras que suponen para el partido la ley y el resto de contrapartidas pactadas con el independentismo para atar la investidura de Pedro Sánchez y, a partir de ahí, la legislatura. Y los dos han acabado con la reprobación de quienes ahora dirigen el PSOE en torno al liderazgo de Sánchez. González, que galvanizó las opiniones contrarias a la ley cuando ésta aún estaba germinándose y cuando se conoció su literalidad -a él se sumaron otros históricos como Alfonso Guerra, Virgilio Zapatero o Ramón Jáuregui, continúa apareciendo de tanto en tanto en la escena pública para incidir en sus objeciones a una ley que interpreta como lesiva para el Estado constitucional. Reparos que han sido despachados por Ferraz considerándolos como amortizados en un partido en el que no existe oposición interna al rumbo que ha emprendido el ahora inquilino de la Moncloa tras las elecciones del 23 de julio.

De hecho, García-Page es el único dirigente —y en la práctica, el único presidente autonómico socialista con mayoría absoluta— que mantiene una posición abiertamente enfrentada a la estrategia de pactos del secretario general y a un perdón para el desafío secesionista. Ferraz se había mantenido en la contención con respecto al barón castellanomanchego hasta que el pasado 25 de enero este acusó al partido de estar desplazándose al «extrarradio constitucional» con los últimos cambios forzados por Junts a la ley de amnistía para ampliar el catálogo de los delitos terroristas amparados por la norma. La dirección cargó entonces con dureza contra él, en un desencuentro que los acontecimientos no han paliado.