Prefiere coger 44 vuelos al mes a vivir en Ibiza de alquiler

I. G. REDACCIÓN

ESPAÑA

Pasajeros en el aeropuerto de Ibiza
Pasajeros en el aeropuerto de Ibiza DPA vía Europa Press

Los prohibitivos precios de la isla por la escasez de oferta han llevado a una profesora con plaza fija a tomar esta drástica decisión: «aún así ahorro 1.000 euros»

08 abr 2024 . Actualizado a las 16:34 h.

Karla Andrade considera imposible vivir en el lugar en el que tiene su plaza fija como profesora, Ibiza. El precio de los alquileres por la poca oferta y una demanda turística que sigue creciendo cada año, hace que por un mes se pidan de media unos 2.300 euros según un estudio inmobiliario realizado por RealAdvisor. Hace un lustro, ya se pedían hasta 500 euros por dormir en un simple sofá-cama. En el 2017, se ponía en alquiler una furgoneta por 650 euros mensuales, recomendando el propio arrendador ducharse en los gimnasios que la isla pitiusa tiene abiertos 24 horas al día. El problema lo sufren especialmente aquellos profesionales públicos que tienen su plaza en territorio insular como policías, bomberos, médicos, enfermeras o al igual que Karla, docentes. El propio alcalde ibicenco, Rafael Triguero, anunciaba el pasado mes de febrero que el ayuntamiento trabaja para sufragar viviendas para alojar a más policías nacionales, que con sus salarios no pueden permitirse esos precios. 

«La vida allí está muy cara, los precios son imposibles» aseguraba en una entrevista en Antena 3 Karla Andrade, que ha tomado la decisión de volar desde donde vive con su familia, Palma de Mallorca, a Ibiza, para impartir sus clases. Son dos vuelos diarios, coge el que sale de Palma a las 7 de la mañana, que le permite estar en el colegio a las 8. De nuevo a las 15.45 se sube a un avión, para estar ya a las 17 en casa en compañía de su pareja y sus dos hijos. Aún así, le sale rentable. Los 44 vuelos mensuales que necesita le salen cada uno a 30 euros, haciendo un total de 1.300 euros. «Son 1.000 menos que irnos de alquiler a Ibiza», razona Karla.

La alegría por aprobar la oposición de esta mallorquina se ha convertido en drama para poder ejercer su profesión. Cada mes se ve obligada a recorrer 6.732 kilómetros para impartir sus clases, calculando 22 días laborables. Es un caso similar al de Xisca Sáez, profesora en el colegio ibicenco Can Raspalls, que confesaba a El País que el pasado septiembre empezó su «pesadilla» con el inicio de curso: «me tuve que reducir la jornada para pasar solo dos noches en Ibiza y empecé a buscar piso. Encontré un sofá en el que me dejaban dormir por 600 euros, me ofrecieron vivir en un piso en reforma, y en una habitación minúscula y deprimente de un piso con dos personas, a las que no conocía, por 450 euros».

Solo la ciudad de Madrid supera a Baleares en el ránking de alquileres más altos de toda España.