Los motivos que llevan a Albert López a admitir su participación en el crimen de la Guardia Urbana
ESPAÑA
Los dos condenados por el asesinato de Pedro Rodríguez han cambiado sus estrategias judiciales en las últimas horas. Rosa Peral y su amante fueron condenados a 25 y 20 años de cárcel
18 abr 2024 . Actualizado a las 08:58 h.Cuatro años después de la sentencia, mucha polémica y una serie de por medio, el crimen de la Guardia Urbana vuelve a estar de actualidad. Los condenados por el asesinato de Pedro Rodríguez mueven ficha para tener un mejor futuro dentro de prisión o lejos de ella.
Albert López, condenado a 20 años de prisión, admitía este martes por primera vez su participación en el crimen. Tras negarlo en el juicio en repetidas ocasiones, el exagente busca acceder de esta forma a beneficios penitenciarios.
Horas después, la principal condenada por el asesinato de Pedro Rodríguez, Rosa Peral, también hacía un movimiento estratégico, pero en un sentido muy diferente. La que fuese pareja de la víctima valora ahora presentar un recurso a su condena, de 25 años. Se trataría de un recurso «extraordinario» que puede presentarse en caso de que haya nuevas pruebas sobre la causa, a pesar de que la pena ya sea firme, como en este caso, y lo resolvería el Tribunal Supremo.
Rosa Peral siempre mantuvo que fue Albert quien se presentó en su casa armado y que había sido su amante quien había matado a Pedro mientras ella estaba encerrada en una habitación con sus hijas. Según la exagente, él la amenazó para que no contase nada.
¿Por qué admite Albert López el crimen?
Con su «confesión» y arrepentimiento dentro de prisión, López puede conseguir beneficios penitenciarios, aunque con decirlo no basta. Tal y como han apuntado expertos legales a Efe, el arrepentimiento del reo tiene que ser «activo». O lo que es lo mismo, tiene que ir acompañado de otras acciones por su parte, como la voluntad real de resarcir el daño causado —por ejemplo, hacer frente a la responsabilidad civil—, someterse a algún programa de tratamiento dentro de la cárcel (como lo está haciendo Albert López), tener buen comportamiento, etc. Ahora mismo el ex guardia urbano sigue un tratamiento individual de reinserción.
¿Puede conseguir permisos?
Salvo que la sentencia deje claro que el condenado no podrá acceder a permisos (hay pocos casos, pero los hay), una condición indispensable para disfrutarlos es que el reo haya cumplido la cuarta parte de la condena, lo que en su caso ya ha ocurrido. Rosa Peral y Albert López fueron condenados en abril del 2020 por el crimen y detenidos en mayo del 2017. También es necesario que el recluso esté clasificado en segundo o tercer grado penitenciario y que haya un informe preceptivo del Equipo Técnico de la prisión que, en cualquier caso, no es vinculante.
Aun cumpliendo esos requisitos objetivos, hay otros de carácter subjetivo que pueden determinar la denegación de esas salidas, como que sea probable un quebrantamiento de la condena o que sea previsible que cometa nuevos delitos. Será la Junta de Tratamiento de la cárcel quien tome la decisión.
La legislación penitenciaria establece un total de 36 días al año de permiso para los clasificados en segundo grado y de 48 para los de tercer grado. Cada permiso tiene que tener una duración máxima de 7 días.
En general, dicen las fuentes, no suele trascender a la opinión pública —como sí ha ocurrido tanto en este caso, como en el del Rey del Cachopo— el arrepentimiento o confesión de los presos, porque suelen hacerlo dentro del ámbito penitenciario.
Los expertos recalcan que puede haber algún caso en el que el preso intente lavar su imagen haciéndolo público, e insiste en que el arrepentimiento o la confesión una vez condenado ya no influye para nada en la pena impuesta. «No hay rebaja ninguna».
¿Qué pasa si no se arrepiente?
Hay quien no confiesa ni admite el delito convencido de su inocencia. Prefiere renunciar a permisos antes de «traicionarse a sí mismo», subrayan los especialistas.
Rosa Peral, por ejemplo, nunca ha confesado su participación en el crimen porque se considera un víctima de Albert López y mantiene que actuó en todo momento movida por el miedo que le tenía.
¿Qué dice la defensa de Albert López?
Lo más curioso del caso de Albert López es que su abogado niega que su cliente haya admitido la participación en el crimen de la Guardia Urbana. Este miércoles, José Luis Bravo ha sido tajante en unas declaraciones en el programa Espejo Público. «Creo que lo prudente cuando uno ejerce la defensa penal es hacer declaraciones cuando hay una cristalización de algún hecho en concreto. Si realmente hubiera visto una confesión podría hacer una manifestación, pero es que nadie ha visto una confesión. El hecho de que ahora la señora Peral se manifieste en ese sentido diciendo que quiere una revisión me parece una excentricidad».
Lo más curioso es que en el mismo espacio televisivo también participó Nuria González, abogada de Rosa Peral. «Nosotras no hemos hecho nada. Ha sido el tema de Albert el que ha saltado. Nosotras estábamos en nuestras cosas», mantiene la letrada al asegurar que el movimiento de su defendida nada tiene que ver con el otro condenado.
Uno de los casos más mediáticos
El crimen de la Guardia Urbana se remonta al 2017. Fue el 4 de mayo de ese año cuando los Mossos d´Escuadra encuentran un coche calcinado en las inmediaciones del pantano de Foix, en El Garraf. Dentro hay restos humanos, pero están muy deteriorados. Los investigadores conocen por primera vez el nombre de Pedro Rodríguez.
Su pareja, Rosa Peral, declara que ella no sabe dónde está Pedro, pero que días antes habían discutido y él se había marchado de casa.
Ahí arranca una de las investigaciones criminales más complicada de los últimos años en las que se descubre un triángulo amoroso. Rosa Peral era la novia de la víctima, pero además tenían una relación paralela con otro agente del cuerpo, Albert López.
Ambos fueron detenidos el 13 de mayo del 2017 después de que se descubriese que la geolocalización de sus móviles coincidía con la de Pedro Rodríguez en la noche del 1 de mayo, cuando se le perdió la pista al fallecido.
En el juicio se acusaron mutuamente del asesinato, pero ambos fueron condenados.