El juez que investiga las conexiones de Puigdemont con Rusia pide escolta policial tras recibir un paquete bomba simulado
ESPAÑA
El artefacto solo contenía un temporizador electrónico y una bolsa de falso explosivo
19 abr 2024 . Actualizado a las 11:14 h.El juez Joaquín Aguirre, titular del Juzgado de Instrucción 1 de Barcelona, ha solicitado escolta después de recibir un paquete con apariencia de bomba que personal de su propio equipo recogió en la Ciudad de Justicia de Barcelona. El envío solo contenía un temporizador electrónico, al que acompañaba una bolsa que pretendía aparentar que estuviera cargada con algún tipo de explosivo plástico.
La detección de este paquete provocó preocupación entre los Mossos d'Esquadra y entre los especialistas del Ministerio del Interior, habida cuenta de que el titular de este juzgado, Joaquín Aguirre, tiene entre manos varias causas muy sensibles. Entre ellas, sobre todo, el llamado caso Volhov, que investiga las supuestas conexiones entre el independentismo catalán y el espionaje ruso durante el procés.
Aguirre -como también lo es el juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón que investiga a la plataforma Tsunami por la que ha acabado imputado por terrorismo Carles Puigdemont- se ha convertido en uno de los togados más odiados del independentismo. Aguirre también instruye el caso Negreira, que involucra a altos cargos del Fútbol Club Barcelona en una presunta trama de corrupción. Se trata de un sumario que en ciertos círculos radicales independentistas también se ve como una maniobra anticatalana.
El envío de la falsa bomba a este magistrado tiene lugar de que este haya sido señalado por diferentes fuerzas políticas catalanas como uno de los exponentes del denominado lawfare, la supuesta guerra sucia de la clase judicial española contra el independentismo.
Alta traición
El pasado febrero el nombre de Aguirre fue particularmente señalado por el independentismo después de que este acusara poco menos que de alta traición a Puigdemont por sus contactos en el 2017 con los servicios secretos de Moscú, además de con dirigentes de la ultraderecha alemana e italiana, en busca supuestamente de apoyos económicos y militares para el procés. Y ello a sabiendas de que entraba de lleno en la estrategia de Vladimir Putin de utilizar Cataluña para «desestabilizar» la UE. Aguirre situó entonces en el epicentro de esta trama al exdirigente de CDC Víctor Terradellas y al jefe de la oficina de Carles Puigdemont, Josep Lluís Alay, ambos, estrechos colaboradores del expresidente fugado.