Sánchez y la financiación marcan los primeros compases de la campaña

Xavier Gual BARCELONA / E. LA VOZ

ESPAÑA

De izquierda a derecha, Alejandro Fernández, candidato del PP; Pere Aragonès, de ERC; Salvador Illa, del PSC; y Josep Rull, número tres en las listas por Barcelona de Junts, en el primer debate de la campaña electoral catalana celebrado en Barcelona.
De izquierda a derecha, Alejandro Fernández, candidato del PP; Pere Aragonès, de ERC; Salvador Illa, del PSC; y Josep Rull, número tres en las listas por Barcelona de Junts, en el primer debate de la campaña electoral catalana celebrado en Barcelona. Quique García | EFE

Rull afirma que Junts tiene un «manual de resistencia» sobre el «lawfare»

26 abr 2024 . Actualizado a las 22:02 h.

Como no podía ser de otra manera, el órdago de Sánchez está marcando los primeros compases de la campaña electoral del 12 de mayo en Cataluña. Casi sin tiempo de reponerse del susto, y a la espera de lo que pase el lunes, los candidatos a la Generalitat disputaron este viernes su primer debate de la cuenta atrás con la carta del secretario general del PSOE planeando sobre sus cabezas. Fue en la casa del Grupo Godó, bajo la batuta de los reputados periodistas Enric Sierra y Jordi Basté, de La Vanguardia y RAC1, respectivamente, donde los presidenciables debían contrastar los puntos principales de sus programas políticos. Aunque eso este viernes, tal como están las cosas, casi era lo de menos.

Preguntó Basté por la famosa carta: «¿Lo de Sánchez es táctica o un acto de sinceridad?». Respondió sin dudar el socialista Salvador Illa: «Un acto de sinceridad, lo puedo afirmar con conocimiento de causa». A lo que el candidato del PP, Alejandro Fernández, replicó: «Tenemos a toda la prensa internacional alucinando por que su jefe de filas ha dejado España en el limbo; Pedro Sánchez se ha cargado su campaña». En nombre de Puigdemont, que se lo miraba desde Argelers, el tercero en la lista de Junts, Josep Rull, se mostró comprensivo: «Nosotros podemos empatizar con Pedro Sánchez desde un punto de vista personal, pero podríamos entregarle un manual de resistencia en relación con el lawfare; nosotros ya se lo advertimos». También trató de empatizar el presidente de la Generalitat y candidato a la reelección por Esquerra, Pere Aragonès: «Entendemos lo que se siente desde un punto de vista personal, pero la actuación de la ultraderecha no comenzó ayer, hay que plantarle cara siempre». No se dio por aludido Ignacio Garriga, de Vox: «Hace mucho tiempo que el señor Pedro Sánchez, y lo saben, está rodeado de corrupción». En la misma onda, el líder de Ciudadanos, Carlos Carrizosa, le llamó egoísta: «Ha dejado España en estado de animación, haciendo gala de su egoísmo legendario». Jèssica Albiach, de los Comunes, apeló a la resistencia: «Es el momento de resistir y pasar a la ofensiva».

Tras la sacudida de Sánchez, el debate entró en los temas más domésticos, como la sequía, el precio de los alquileres, el proyecto del macrocasino Hard Rock o la calidad de los servicios públicos. De hecho, el eje social acaparó mayor protagonismo que el nacional, donde el modelo de financiación primó sobre cuestiones como la amnistía o la independencia. Casi todos coincidieron, en el fondo, que Cataluña necesita una mejora de la financiación, aunque discreparon en la forma. Aragonès defendió su propuesta de cupo mientras Illa apostó por el consorcio.