La ley socialista será apoyada por Sumar, Junts, ERC, Bildu, PNV, BNG y Podemos
26 may 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Cuando el PSOE decía que «la amnistía no cabe en la Constitución» y el independentismo era un juguete roto, la reclamación del borrado de los delitos de los implicados en el proceso secesionista catalán que culminó en el otoño del 2017 volvió a unir a Junts per Catalunya, Esquerra y la CUP. El fin lo justificaba.
Estas formaciones habían tomado caminos divergentes después de días de duras acusaciones a raíz de la reunión de Josep Costa (JxCat) con partidos de la extrema derecha secesionista para sondear una alianza electoral a finales del 2020. Ahora, cuando todavía no han pasado cuatro años, y esa grieta en el independentismo no se ha cerrado, como tampoco la abierta con el Gobierno de coalición, el PSOE tiene la oportunidad este jueves de recomponer relaciones con su socio de Gobierno y con los aliados de la investidura.
Ese día el Congreso votará la ley de amnistía, un suerte de pegamento que los socialistas utilizarán para restaurar los nexos rotos con los grupos parlamentarios que los sostienen en la Moncloa. Ese adhesivo político del PSOE y Sumar con los independentistas de ERC, Junts, Bildu, BNG, PNV y Podemos (178 votos con Ábalos) nacido de la necesidad que provoca el ser dos partidos sin mayoría parlamentaria, proporcionará una efímera tranquilidad al Gobierno. La química política entre esas fuerzas no irá mucho más allá del Boletín Oficial del Estado. Una vez que la ley sea aprobada en el Congreso y entre en vigor tras ser publicada, cada formación volverá a su campaña electoral para llevar al Parlamento Europeo sus proclamas. Otra cuestión será cómo evolucionará la aplicación de la norma por parte de los tribunales. Pero el PSOE y Sumar ya habrán cumplido su compromiso con el independentismo catalán.
El oxígeno de horas que les regalará la amnistía permitirá a los dos partidos que conforman el Gobierno emplear la misma cola entre ellos. Aunque también es previsible que tampoco sea muy eficaz y duradera. La alianza Sumar y PSOE no atraviesa por los mejores momentos. Y si la semana entrante puede ser de apaciguamiento de los enfrentamientos en el Ejecutivo, la que acaba estuvo plagada de cruces de acusaciones por la fallida reforma de la Ley del Suelo que Sumar rechazaba y que la ministra de Vivienda, Isabel Rodríguez, tuvo que retirar para evitar perder la votación en el Congreso. Tanto le escoció esa labor que acusó a sus compañeros de Sumar de «ignorantes». El martes, el choque PSOE-Sumar lo ocasionó la iniciativa socialista contra la prostitución. Los de Yolanda Díaz dejaron caer la ley junto a ERC, PP, Junts, PNV y Bildu.