Las claves de la desaparición de Ana María Henao: los mensajes sospechosos, el marido detenido y la búsqueda de un cuerpo

La Voz

ESPAÑA

Ana Maria Henao, en una imagen de archivo
Ana Maria Henao, en una imagen de archivo EUROPA PRESS

Ana María Knezevich, apellido de casada, desapareció el pasado 2 de febrero en Madrid, donde se había instalado procedente de Miami escapando de un divorcio tormentoso. Su marido David ha sido detenido como principal sospechoso y el FBI ha desplazado siete agentes hasta España para colaborar con la Policía Nacional en su búsqueda

12 jun 2024 . Actualizado a las 13:55 h.

Quería poner tierra de por medio. Ana María Henao Knezevich llegó en diciembre a Madrid escapando de un proceso de divorcio tormentoso. Tras trece años de matrimonio con el serbio David Knezevich, la relación se había deteriorado, y tras el verano del 2023 iniciaron los trámites de separación. 

Un divorcio atascado en el reparto del patrimonio

Ana María, de 40 años y natural de Colombia, se había instalado en Estados Unidos hace 18 años. Comenzó a trabajar en un centro de educación para niños con discapacidad, hasta que conoció a David. Juntos emprendieron varios negocios, con los que obtuvieron beneficios millonarios. Habían levantado varias empresas de alquiler de apartamentos turísticos y también de material informático. Y fue precisamente el reparto de este conglomerado de empresas lo que dificultó que el divorcio saliese adelante. Ana María Henao pretendía una división del 50% del patrimonio, algo que su marido David Knezevich no estaba dispuesto a asumir: él quería el 75%. 

SOS DESAPARECIDOS | EUROPAPRESS

La desaparición

En medio de este escenario —Ana María tuvo que «pedir ayuda médica por depresión», explicó el presidente de SOS Desaparecidos— , la mujer se mudó a España. En Madrid tenía algunas amigas y pretendía emprender nuevas aventuras empresariales. Se instaló en un piso cuyo alquiler finalizaba en marzo, y por eso el día antes de su desaparición había estado buscando una nueva vivienda junto a una de sus amigas de la infancia. En estos meses de separación, Ana María siguió recibiendo mensajes de su marido, en los que le proponía desde venir a visitarla a España hasta una reconciliación, pero ella siempre se había negado. 

El 2 de febrero fue la última vez que se vio a Ana María: entraba en el edificio en el que residía con un ramo de flores en la mano. A las 11.30 horas de ese día envió un mensaje a su amiga para decirle que no le había gustado la vivienda que habían visitado. Y aunque la amiga le escribió, sin obtener respuesta, y la llamó por teléfono, no pudo contactar con ella. Le pareció muy extraño que no le contestara, pues tenían programado un viaje a Barcelona el día 5, y Ana se había mostrado «muy ilusionada» con el plan. Pensando incluso que había perdido el teléfono, se presentó en vano en la estación de Atocha el día del viaje: Ana María no apareció.

Unos mensajes de WhatsApp sospechosos

El 3 de febrero, su teléfono, que permanecía apagado, se conectó para enviar dos mensajes de WhatsApp. El primero, en inglés, lo recibió una amiga que reside en Suecia. A las tres de la tarde, la amiga que vive en España recibió el segundo. El texto estaba en castellano: «Conocí a una persona muy chévere. Tiene una casa de recreo a unas dos horas de Madrid. Ahora nos vamos y pasaré unos días allí. Aunque apenas hay señal. Te marco cuando vuelva». Ambas intentaron ponerse en contacto con Ana María, realizando varias llamadas a su móvil para tratar de hablar con ella, pero no contestó. Estaban sorprendidas, no solo por el contenido de los mensajes, sino también por la forma: no era su estilo, ni sus palabras, no había faltas de ortografía —habituales en sus textos— y tampoco solía usar signos de puntuación. Era como si no los hubiese escrito ella. Saltan las alarmas. 

Denuncia en comisaría

La amiga que reside en España acudió al domicilio de Ana María Henao. Nadie respondió a la puerta, por lo que preocupada llamó a los servicios de emergencias. Tras contarles lo ocurrido, los bomberos entraron al piso por una ventana y comprobaron que no había signos de violencia ni desorden, sino lo normal en estas estancias. Eso sí, una vecina afirmó que había visto luz en la vivienda la madrugada del sábado 3 de febrero. Y que en ese fin de semana intentaron taparon con un espray negro la cámara del teléfono de la entrada y la de seguridad junto al ascensor.

Interpusieron una denuncia por su desaparición en la comisaría de la Policía Nacional: tanto la amiga como los familiares aseguraron a los agentes que no encajaba con la forma de actuar de Ana María que desapareciese de esa manera, dejando colgadas a las personas tan allegadas con la que había hecho planes. Sería la primera vez que lo hiciera. Tampoco les cuadraba que abandonara Madrid de repente, una ciudad cuya vida cultural le encantaba y en la que quería rehacer su vida. Y desde luego no creían que fuera ella la autora de los mensajes, por lo que temían que estuviera con alguien en contra de su voluntad.

David Knezevich, detenido por la desaparición de su mujer Ana María Henao
David Knezevich, detenido por la desaparición de su mujer Ana María Henao

¿Dónde estaba el marido?

Tras la desaparición de Ana María, su todavía marido, David Knezevich, contrataba a un abogado penalista llamado Ken Padowitz. El letrado aseguró en el mes de marzo en varios medios estadounidenses que su cliente estaba colaborando en todo lo posible y que si no viajaba a España era por su desconocimiento del idioma y por la falta de conocidos en el país.. «Sabemos que el FBI está realizando sus pesquisas, tanto aquí como en Serbia —donde se encuentra el marido de Ana María— y que la Policía se ha tomado la desaparición muy en serio», subrayaba de nuevo Medina en lo que parecía un augurio de lo que iba a suceder. Precisamente ha sido el FBI quien le ha detenido en los Estados Unidos.  

Las matrículas robadas, el espray negro y una maleta

El día de la desaparición de Ana María, David Knezevich se encontraba en su natal Serbia. Cuatro días antes había alquilado un automóvil marca Peugeot, y justo en esos días en España un hombre denunció que le habían robado su matrícula:  la misma que luego fue vista sobre un Peugeot transitando por la calle Francisco Silvela, donde estaba ubicado el apartamento de Ana María. Posteriormente, el sitio de alquiler de coches reportó a las autoridades que cuando Knezevich devolvió el coche le había tintado los cristales, el marco de la matrícula había sido cambiado y que dos etiquetas del vehículo habían sido retiradas.

El FBI sospecha que Knezevich es el hombre que el día de la desaparición de Ana María llevaba un casco de motociclista y roció con espray de pintura en las cámaras de seguridad del edificio de apartamentos en Madrid en el que ella se alojaba, tal y como había alertado la vecina. Un hora después, las cámaras lograron registrar al mismo hombre abandonando el edificio llevando lo que aparenta ser una maleta.

La Policía española obtuvo una copia de una cámara de seguridad en una tienda local en la que aparece «un individuo que parecía ser Knezevich» comprando la misma marca de pintura y dos rollos de cinta adhesiva al mediodía de ese 2 de febrero.

Un texto por encargo en «perfecto colombiano»

De acuerdo con la investigación del FBI, días antes de la desaparición de su esposa, David Knezevich le escribió a una mujer colombiana que había conocido unos meses antes a través de una aplicación de citas para que le hiciera el favor de transcribir en «perfecto colombiano» un mensaje. Le aseguró que era para una amiga suya guionista. Pero el mensaje traducido es el mismo que recibieron luego las dos amigas de Ana María el día 3 de febrero. 

La detención de Knezevich y la búsqueda del cuerpo

David fue detenido en el aeropuerto internacional de Miami el pasado 4 de mayo como principal sospechoso de la desaparición de su mujer Ana María Henao. Siete agentes del FBI se desplazaron a España esta semana para colaborar con la Policía Nacional en la búsqueda de la empresaria desaparecida. Barajan como principal hipótesis que su marido recorrió varios miles de kilómetros en coche para matarla y luego se deshizo de su cuerpo.

La búsqueda del cuerpo de Ana María se ha llevado a cabo los últimos días en el entorno del río Jalón en la provincia de Soria, de acuerdo con una orden emitida por la jueza Inés Malagón, responsable de la investigación en España., que también ha permitido que los agentes estadounidenses utilicen su propio equipo técnico «para la localización de torres de datos y cobertura móvil».