Sánchez salva los muebles a costa de sus socios

Francisco Espiñeira Fandiño
Francisco Espiñeira SIN COBERTURA

ESPAÑA

Pedro Sánchez y Begoña Gómez, tras votar en las elecciones europeas.
Pedro Sánchez y Begoña Gómez, tras votar en las elecciones europeas. Eduardo Parra | EUROPAPRESS

10 jun 2024 . Actualizado a las 00:28 h.

Pedro Sánchez logra una bola extra, pero el proyecto de la coalición contra la derecha sale dañado de la cita con las urnas. Alberto Núñez Feijoo vuelve a ganarle otra vez —lo hizo en las municipales y las generales del año pasado, y en casi todas las autonómicas—. Los votos de la derecha y los potenciales adversarios del sanchismo —Vox y Se Acabó La Fiesta— son más que los de los aliados del PSOE. El PP cuadruplica su ventaja sobre el PSOE en apenas un año y la diferencia entre los bloques de la derecha y la izquierda es de más de diez puntos.

Los populares, además, siguen aumentando su presencia en territorios tradicionalmente hostiles y aparcan el mal sabor de boca de ganar el 23J y quedarse sin Gobierno por las alianzas con los independentistas. La peor noticia para Feijoo es que Vox apuntala su posición y casi duplica representación. Pero haber impedido la anunciada y publicitada remontada socialista mitigó cualquier duda en la sede de Ferraz.

Porque, si Sánchez ha conseguido salvar los muebles, es una vez más a costa de sus aliados. Especialmente castigada sale Yolanda Díaz. Logra apenas tres escaños, lo que deja fuera de Bruselas a Izquierda Unida, la formación de la que procedía y que acaba de cambiar de liderazgo para exigir más protagonismo. Pero, sobre todo, vuelve a sobrevolar sobre el espacio de la extrema izquierda la sombra de Podemos, que parecía neutralizada tras las elecciones del 23J, Irene Montero logra un altavoz y recursos económicos para mantener el acoso a Sumar y obligar a la coalición a radicalizar su posición en el Gobierno para librarse de la etiqueta de la izquierda cómoda para Sánchez.

A los tres aliados más incondicionales del líder socialista —el BNG, Bildu y, sobre todo, Esquerra— pierden apoyos a raudales en sus respectivos territorios, en un claro trasvase hacia el PSOE, aunque logran salvar sus tres actas en Bruselas por el incremento de la representación de España.

A esa misma circunstancia puede dar gracias el PNV, que seguirá en Bruselas con apenas el 1,6 % de los votos. Junts seguirá pagando el sueldo al huido Toni Comín, pero sigue bajando en apoyos en Cataluña.

Queda por ver qué recorrido tendrá el activista Alvise Pérez. En Ferraz confían en que sirva para dividir el voto de la derecha, como antes hizo Ciudadanos, pero en unas elecciones domésticas hay otros requisitos que complican esa opción.

PP y PSOE tendrán un peso mayúsculo en sus respectivos grupos en Bruselas y serán claves para elegir el futuro gobierno comunitario. Podría ser un buen momento para reabrir el diálogo y anteponer el bienestar común. Porque en la política española, el mazo lo seguirá teniendo Puigdemont. Y los problemas legales de Begoña Gómez seguirán marcando la actualidad política española. Para disgusto de Sánchez, que no la logrado su «absolución» popular en las urnas. Y populista.